Retraso de la edad de la procreación e infertilidad. El recurso a la reproducción asistida y selección de embriones. El problema intergeneracional

AutorNatalia López Moratalla - Sara Palacios Ortega - Marta Lago Fernández Purón - Nuria Chinchilla Albiol - Mercedes Beunza Santolaria
Páginas325-340

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1. El retraso de la edad para concebir infiuye en la fecundidad

La sociedad ha experimentado grandes cambios en los roles adjudicados tradicionalmente a hombres y mujeres. La incorporación de las mujeres al mundo laboral ha implicado que la formación del núcleo familiar se haya pospuesto hasta que hayan alcanzado el desarrollo profesional deseado. Lo que ha generado un retraso cada vez mayor en la edad de la maternidad. Pero el reloj biológico sigue su ritmo, y la capacidad reproductiva de la mujer no es igual a los 25 que a los 35 años.

Mientras que la tasa de esterilidad, incapacidad de concebir sin recurso a las técnicas de fecundación artificial, se mantiene en un 1% aproximadamente y no depende de la edad, la fertilidad ha descendido dramáticamente los últimos

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años, llegando a afectar al 15% de las parejas. Y este descenso de la fecundidad es atribuible en primer lugar al envejecimiento de los gametos (óvulos y espermatozoides) con el paso del tiempo.

En la mujer, la maduración de los óvulos se realiza siguiendo estrictamente un ritmo biológico. La génesis de los óvulos se inicia en el desarrollo embrionario con la proliferación de las células progenitoras primarias. Con la madurez sexual, y por acción de la hormona estimulante del folículo (FSH), que transforma paulatinamente el folículo primordial, se produce periódicamente la maduración de un óvulo. La fecundidad es cíclica y su límite es la menopausia de la mujer, a diferencia de la fecundidad lineal del varón.

Aunque hasta el momento no existe un procedimiento estandarizado para evaluar el correcto funcionamiento de los óvulos, se ha demostrado que el número de folículos ováricos, la reserva ovárica, y la calidad de los oocitos van disminuyendo con la edad. La maduración de un oocito es el resultado de un largo y regulado proceso, especialmente consistente en la regulación de la expresión de los genes. Y el patrón de expresión de los genes cambia durante la maduración. Un grupo numeroso de genes se expresan de modo diferente en mujeres menores de 35 años y en mujeres de entre 37 y 39 años. Estos genes desempeñan un papel importante en la regulación del ciclo celular y el estrés oxidativo.

Otra de las causas principales de la pérdida de la capacidad reproductiva en la mujer es el daño en las trompas de Falopio, que puede desembocar en la enfermedad infiamatoria pélvica. Se desarrolla en muchas ocasiones como consecuencia de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la infección por Chlamydia. Aunque no todos los casos desembocan en desajustes reproductivos, se sabe que el 22,5% de las mujeres que habían sido diagnosticadas alguna vez con este tipo de alteración desarrollaban esterilidad.

Aproximadamente entre el 25-35 % de los casos de infertilidad en la pareja se deben a factores masculinos. También la edad afecta a la fertilidad del varón. Las causas más comunes de infertilidad masculina están relacionadas con la calidad del esperma. Varios estudios afirman que a lo largo de los años el volumen del semen y la movilidad de los espermatozoides disminuyen progresivamente. La pérdida de movilidad puede deberse en parte a cambios en la función del epidídimo o de las glándulas sexuales accesorias y esas alteraciones suelen estar acompañadas de anormalidades en la morfología de los gametos y de un incremento del deterioro de su DNA.

Existen otros factores que pueden afectar a la calidad del esperma masculino. Cada vez son más los datos que apoyan el hecho de que la contaminación ambiental por óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, plomo y otros metales pesados o la consumición de alimentos contaminados con los mismos, afectan gravemente a las funciones del esperma masculino tanto teniendo en cuenta los parámetros seminales clásicos como el daño de los gametos a nivel genómico. Desde hace más de una década, se sabe

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que los pesticidas y los «disruptores endocrinos ambientales» son causantes de infertilidad y esterilidad en varones.

Además de la edad modifican la fertilidad otros factores como el tabaquismo, el sobrepeso y sedentarismo, la anorexia y la diabetes, y las formas de vida estresantes.

Las alteraciones genéticas, tanto de los óvulos como de los espermatozoides, pueden ocurrir con más probabilidad a medida que pasa el tiempo y puedan ser las causas subyacentes a la pérdida de fertilidad.

En resumen, los análisis de la infertilidad -medida como número de ciclos requeridos para concebir, con relaciones sexuales no protegidas ni física ni farmacológicamente- en función de la edad muestran que hay una clara tendencia a la disminución de la fertilidad a partir de los 35 años de la mujer. A la edad avanzada de la mujer se suma la del varón aunque la pérdida de fertilidad de los hombres se produce de manera moderada y a edades avanzadas.

Por otra parte, la confianza en que las técnicas de reproducción asistida solucionan los posibles problemas trae como resultado que cada vez son más las parejas que retrasan la edad de concepción de su primer hijo hasta después de los 30 años. Incluso, algunas mujeres han conservado sus oocitos congelados antes de los treinta años para acudir más tarde a las técnicas de FIV para su primer hijo.

Diversos estudios subrayan que este hecho lleva consigo un progresivo descenso de la fertilidad y un incremento gradual de las complicaciones durante el embarazo, y de alteraciones en el desarrollo del hijo, y su futura fertilidad, si los óvulos envejecidos llegaran a ser fecundados.

Algunas de las alteraciones de los gametos de los padres tienen infiuencia durante el desarrollo embrionario de los hijos, de forma que conllevan riesgo para la salud y además pueden pasar a las generaciones siguientes ya que estas alteraciones inducidas durante el desarrollo temprano pueden ser permanentes, a diferencia de los cambios que ocurren durante la vida adulta.

Es por ello un problema intergeneracional que requiere una atención especial y una información veraz que haga posible la refiexión.

2. Edad de la procreación y el invierno demográfico de occidente

Es un hecho que la fertilidad ha descen-dido. Alcanzar el equilibrio de natalidad que asegure el reemplazo generacional supone que nazcan 2,1 niños por mujer en cada país. Y la mayoría de los países está muy por debajo de esa tasa de natalidad.

Los modelos teóricos afirman que todas las naciones atraviesan tres fases de cambio demográfico, pasando de índices de natalidad decrecientes -situación actual de la mayoría de las naciones desarrolladas-, a índices por debajo del nivel de reemplazo -que atraviesan todos los países desarrollados, excepto Estados Unidos-, y finalmente a la recuperación con índices cercanos al nivel de reemplazo, logrados por unos pocos países del Norte de Europa, a través de la inmigración.

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Quienes se adhieren a la hipótesis de la recuperación generacional dicen que la caída de los índices europeos de fertilidad puede deberse a que las mujeres posponen la maternidad. Según afirman los modelos teóricos, el resultado de la dilación para concebir puede ser permanente para la población en su conjunto, aún cuando no lo fuera para una mujer.

La ONU ha desandado una década de especulaciones sobre el invierno demográfico en occidente, para plantear ahora el viejo cálculo carente de rigor que asegura que cada país alcanzará el nivel de natalidad exigido para el recambio generacional para 2100, y entonces -amenaza de nuevo- no habrá reservas y recursos suficientes.

Sin embargo los datos reales de fecundidad difieren. Los Informes recientes de la Comisión Europea y del gobierno japonés, por ejemplo, asumen que la fertilidad se mantendrá cercana a los niveles actuales, que se encuentran alrededor de 1,3 en Japón y de 1,46 en Alemania.

Es muy significativo que la ministra de familia alemana, Kristina Schröder, anuncie que Alemania comenzará a pagar a familias para que use las tecnologías de FIV a fin de conseguir nacimientos, en mujeres en el límite de edad de su reloj biológico.

3. Falsos supuestos en los sistemas de control de la natalidad sobre el envejecimiento

Otro factor relacionado con la infertilidad-edad-envejecimiento de los gametos ha sido la percepción, sin base científica alguna, de las ventajas de los anticonceptivos hormonales y desventajas de los sistemas naturales.

En el primer caso se presupone que las hormonas retrasan el envejecimiento de los oocitos, al impedir la ovulación, pero no hay datos para concluir ese efecto.

En el segundo se afirmó que las fecundaciones que se generan en días alejados del periodo fecundo conllevarían, por el envejecimiento de los gametos, serias taras para los hijos, además de ocasionar numerosas muertes embrionarias.

El artículo de Gonzalo Herrán publicado en el número 75 de Cuadernos de Bioética «Retractación de artículos en bioética: propuesta de un caso paradigmático», analiza, con todo rigor, el infiuyente artículo publicado en 1976 por Bernard Häring9quien criticaba duramente al método de regulación natural de la fecundidad basado en la abstinencia periódica. Según sus afirmaciones sus...

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