Empresa individuale e societaria Mecha, de Enrico Saccá.

AutorJosé M. Piñol Aguadé
Páginas1286-1287

    SACCÁ, ENRICO: Empresa individuale e societaria Mecha, Giuffrè, Milano, 1988.

El tema que enuncia la obra tiene, desde diversos ángulos, antecedentes de relativa antigüedad; en Italia desde el Código de Comercio de 1882. En su estudio ha prevalecido en bastantes ocasiones más lo pasional o lo sentimental que la lógica jurídica y el interés social, sobre todo en la esfera de la empresa individual. Títulos como el de Bolaffio // bordelliere non è commerciante o estudios como los de Ghidino sobre contrabando y agiotaje de 1937, o los de los años ochenta/ de Turone, Spagnolo, Arlacchi o Centurrini sobre la mafia acentuaron tanto la confusión como la atención sobre estas materias. Saccá trata de clarificarlas en una obra de muy grata lectura y para ello subdivide el mundo empresarial en el de las individualidades, el de las sociedades de capitales y el de las personalistas.

Page 1287Para el análisis de la empresa individual efectúa una incursión por la vega de lo que sea la empresa, vexata quaestio, para concluir aceptando la doctrina prevalente, la de la actividad, coordinada y regular, distinta de la simple organización; en ella caben los actos neutros, los instrumentales y hasta los ilícitos, con independencia del aspecto teleológico, la finalidad u objeto. Pueden, incluso, existir empresas inmorales autorizadas por vía de tolerancia, o actividades ilícitas inobservadas. El juego, los burdeles y hasta el contrabando, en algunos supuestos en determinados períodos de fiestas o vacaciones, son ejemplos. Pero, normalmente, como finalidades, no aparecen frente al exterior como tales, aunque siempre hay alguna excepción.

Existen además empresas ejercidas o regidas por personas incompatibles por diversos motivos o a las que se ha prohibido la gestión por razón de actuaciones anteriores o resoluciones judiciales; otras carecen de licencia, autorización o concesión administrativa pero tales hechos o son desconocidos por los terceros o considerados intrascendentes. El objeto ilícito, como los casos referidos, sólo es conocido normalmente por el alto personal.

La doctrina ha efectuado sutiles distinciones entre objeto y finalidad y entre los ilícitas indirectas, simuladas y ocultas, pero también ha puesto de relieve que las fronteras entre lo lícito y lo ilícito no son siempre lo nítidas que fuera de desear.

Frente a tales empresas se han propuesto soluciones radicales, como las de Vivante, Scialoja o Mossa: la inmoral, la contraria al orden...

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