In Memorian

AutorRamón de la Rica
Páginas1067-1072

El día 24 de julio de este año fallecía, en Santander, Mariano Hermída Linares, Publicista hipotecario, Registrador de la Propiedad y colaborador de la -Revista Crítica de Derecho Inmobiliario-.

Nuevamente la doctrina jurídica, en general, y el Cuerpo de Registradores de la Propiedad, en particular, están de luto por la desaparición de este ilustre jurista, que acaece poco después de las de Tirso Carretero García, que tuvo lugar en el mes de agosto del pasado año, y de Bartolomé Menchén, ocurrida recientemente.

Los grandes hipotecaristas de nuestro Cuerpo mueren en verano, cuando la diáspora de las vacaciones disgrega a los amigos y compañeros. Parece que quieren desaparecer discretamente, tal como vivieron, sin llamar la atención y con la modestia que acompaña siempre a las personas de verdadero talento. Recuérdese que Ramón de la Rica y Arenal moría un 10 de agosto del año 1968.

Pero no por ello estamos legitimados para silenciar la infausta noticia y dedicarle un emocionado recuerdo a quien, sin ninguna clase de hipérbole, dedicó su vida y su inteligencia al servicio y desarrollo de nuestra institución registral.

Nació Mariano Hermida Linares el día 14 de febrero de 1906, en el pequeño y viejo pueblo de Tama, partido judicial de Potes, en Santander, hoy Cantabria, casi a ios pies de los Picos de Europa, tierra de ásperas y duras crestas y suaves y verdes praderas, que forman un conjunto de impar belleza, forjadora de gente recia, bien dotada para la lucha por la vida, y de una familia de rancio abolengo montañés.

Fue un autodidacta. Estudió por libre el bachillerato, examinándose en el Instituto de Segunda Enseñanza de Bilbao. También por libre cursó la carrera de Derecho, obteniendo los títulos de la Licenciatura y del Doctorado en la Facultad de Oviedo. Preparó en su casa de Tama las oposiciones, ingresando en el Cuerpo de Regís-Page 1067tradores de la Propiedad en el año de 1933, y por el Registro de Potes, su patria chica.

La guerra civil le sorprende sirviendo el Registro de Motilla del Palancar, y a su término es destinado a Ceuta. Sus destinos posteriores fueron, por el orden con que se enumeran, los siguientes:' Puenteareas, Vinaroz, Montoro, Estella, Albacete y Madrid, donde en el Registro Mercantil se jubila, después de una fecunda vida profesional jalonada por éxitos, reconocidos en cierto aspecto por las condecoraciones que le fueron otorgadas.

Como hipotecarista, su contribución doctrinal para la más recta interpretación de...

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