Prensa agraria en la España de la Ilustración. El Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos (1797-1808), de Fernando Díez Rodríguez.

AutorFrancisco Corral Dueñas
Páginas1342-1345

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    DÍEZ RODRÍGUEZ, FERNANDO: Prensa agraria en la España de la Ilustración. El Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos (1797-1808). Serie Estudios, Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura, Madrid, 1980, un tomo de 217 págs.

El día 4 de enero de 1797 aparecía en Madrid, con el largo título citado, el que iba a ser el primer periódico agrícola de España, que nacía con un objetivo claro: Fomentar el desarrollo agrícola y el de aquellas artes y manufacturas próximas al quehacer del agricultor. Para ello se proponía llegar al campo, cosa que era un objetivo difícil en el panorama cultural y económico de la época. Y aquí es donde cobra su papel de protagonista el párroco rural, al que expresamente se dirige el Semanario; con esto se pretendía resolver el dilema que, en las propias palabras de, los promotores de la idea, se podría formular así: en España, los que labran no leen, y los que leen no labran.

Fernando Diez Rodríguez nos presenta diversos aspectos de esta curiosísima publicación, significativa para la época ilustrada de nuestra Patria, que se vio truncada por los acontecimientos cruciales de la guerra contra los invasores franceses. Para ello nos expone primero el entorno general de la época, para mostrarnos después la biología del original periódico y el análisis de los temas que en él se publicaron.

Primera parte.-El marco histórico: España 1796-1808.-Es un dato claramente establecido por la historiografía actual el notorio aumento de la población española durante el siglo XVIII, y este crecimiento demográfico se interrelaciona con el correspondiente aumento del producto nacional agrario y será elemento propulsor de las corrientes reformistas que tienden a fomentar la agricultura.

El trauma creado en Europa por la Revolución Francesa y las guerras posteriores afectará gravemente a España, mermando los escasos beneficios de un largo período de auge iniciado desde Carlos III. En el reinado de Carlos IV se notan dos repechos en la coyuntura inflacionista: hasta 1804 uno, y el otro de 1806 a 1812, habiéndose de emitir vales y empréstitos para enjugar la deuda pública. En este punto crítico convergen las ideas manifestadas por los ilustrados sobre los problemas de la agricultura con las apremiantes necesidades del erario público. La primera desamortización, promulgada en 1798, "se produce por las condiciones que crean estos tres factores: la aguda crisis financiera del Estado, el ansia de tierras cultivables y la existencia de un cuerpo de doctrina favorable a limitar la propiedad vinculada. El recurso a la desamortización y la acogida que los inversores le deparan son datos muy significativos, que en 1798 dejan traslucir algunas líneas estructurales de la economía de la época.

El alza de los precios de los productos agrícolas produce un incremento en la renta procedente de la tierra, lo que conduce a un mayor interés por este medio de producción. Esto se trasluce en un aumento del número de propietarios que cultivan directamente sus campos, en un alza del precio de los arrendamientos y en la profusión del subarriendo como especulación sobre un bien sometido a una demanda creciente. Pueden Page 1343 también apuntarse las tensiones con la Mesta, que se agudizan al ampliar los cultivos a zonas de dehesa o eriales.

Las raíces de la corriente ilustrada en España se hunden más profundamente de lo que...

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