La II república española y el código penal de 1932

AutorNoelia Corral Maraver
Páginas111-133

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1. Contexto histórico

La II República española se proclamó tras las elecciones municipales de 12 de abril de 1931, que habían adquirido el carácter de plebiscito sobre la continuidad o no de la monarquía. En realidad el triunfo global en dichos comicios fue monárquico pero los republicanos consiguieron la mayor parte de los concejales en casi todas las capitales de provincia. Así, el día 14 de abril de 1931 se proclamó la República en la localidad de Eibar y se extendió rápidamente a varias capitales. Ante esto, Alfonso XIII decidió entregar el poder y marchar al exilio el día siguiente para, según su carta de despedida al pueblo español, no provocar una guerra civil201.

La II República fue acogida con bastante entusiasmo, especial-mente por las clases populares, quienes veían el cambio de régimen como una oportunidad de reformar el sistema y de acabar con el poder de las élites tradicionales.

1.1. El gobierno provisional

El mismo día 14 la junta revolucionaria dicta un decreto por el que se recomienda el nombramiento de Alcalá-Zamora como presidente interino. Se forma entonces un gobierno provisional presi-dido por éste y compuesto por representantes de todas las fuerzas

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políticas, con ideologías muy diferentes entre sí y cuya única nota en común era la oposición al sistema monárquico202.

Este gobierno inició una gran cantidad de reformas para conseguir asentar el nuevo sistema político. Entre ellas estuvo la modificación de la ley electoral el día 8 de mayo reconociendo el derecho de sufragio pasivo a mujeres, bajando la edad para votar de los 25 a los 23 años y estableciendo la provincia como circunscripción –acabando así con las pequeñas circunscripciones herederas de las redes caciquiles–.

El primer problema al que tuvo que enfrentarse el gobierno provisional fue la proclamación el mismo día 14 de abril de la República catalana de la federación ibérica. Tras las negociaciones que siguieron se volvió a la normalidad a cambio de la tramitación de un estatuto de autonomía para Cataluña203. En segundo lugar, hubo de acometerse la reorganización del Ejército, cuyo volumen era desproporcionado. Se suprimieron muchos cargos, destacamentos y cuarteles, como la Academia militar de Zaragoza, a cuyo frente estaba el general Franco. Otra problemática fue la mala relación de la República con la Iglesia. Algunos altos cargos de la Iglesia criticaron desde el principio la legitimidad del nuevo régimen, lo cual potenció el anticlericalismo, produciéndose quemas de conventos en varias provincias y episodios violentos contra el clero. Esto dividió al gobierno, algunos de cuyos miembros eran católicos practicantes204.

1.2. El bienio reformista (1931-1933)

El 3 de junio se convocaron elecciones a Cortes constituyentes. Las Cortes tenían una amplia mayoría de izquierda, si bien estaban muy fragmentadas. Los dos partidos que obtuvieron más representación fueron el PSOE (114 escaños) y el Partido Radical (94 escaños).

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Hubo poca presencia de la derecha, que se hallaba muy dividida tras la caída de la monarquía y el exilio del rey205. Las Cortes se abrieron con una coalición republicano-socialista, con Azaña como presidente del Consejo de ministros, que estaría en el poder hasta 1933 e iniciaría un ambicioso programa de reformas206.

Dichas Cortes se encargaron de crear una nueva Constitución. En ella se preveía un amplio catálogo de derechos y libertades políticas. Se reconocía la descentralización del Estado y se establecía un parlamento unicameral. Se otorgaron amplios poderes al presidente de la República y se permitía la intervención del Estado en la economía en beneficio del interés general pudiendo, por ejemplo, nacionalizar empresas, lo cual fue entendido por muchos como un peligroso golpe contra la propiedad privada. La Constitución estableció la aconfesionalidad del Estado español, por lo que se suprimió la oficialidad de la religión católica y se decretó la disolución de las órdenes religiosas que obedecieran a autoridad distinta del estado español, en alusión a los jesuitas. Se establecía la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza207y se prohibía la enseñanza por parte de las órdenes religiosas; además, cesaba su financiación pública y quedaban sometidas al mismo régimen tributario que las asociaciones208. Estas medidas provocaron una fuerte oposición entre el clero y parte de la sociedad española. Además, en España no hubo desarrollo de partidos demo-cristianos o de catolicismo social, por lo que los defensores de la religión se aliaron con el bando antirrepublicano.

Se prosigue en este periodo con la restructuración del Ejército, ya que se era consciente de que éste estaba en contra del régimen y que suponía un peligro para su supervivencia209. También se intenta realizar una reforma agraria para acabar con la prevalencia del latifundio y aumentar la renta campesina210.

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En 1932 se aprobaron las leyes de matrimonio civil y divorcio, y la que reconocía el sufragio universal femenino, encaminadas a la equiparación de sexos y que chocaron con una mentalidad social muy tradicional211. También se tomaron medidas en materia laboral para intentar frenar la conflictividad social. Así, se crea en 1931 la ley de jurados mixtos, para mediar en conflictos laborales, y las inspecciones de trabajo212.

En 1932 se había creado un partido aglutinador de las posiciones conservadoras, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), liderado por Gil Robles. También se desarrolló una oposición claramente antirrepublicana y antiparlamentaria, formada por partidos como Acción Española, Renovación española y Falange española y de las JONS (coalición entre dos partidos similares de corte fascista)213.

El 12 de agosto de 1932 se produjo en Sevilla un intento de golpe de estado por parte del general Sanjurjo, que fracasó pero mostró la oposición de parte del Ejército al régimen y a la política de reforma214.

Las continuas huelgas y protestas coordinadas por los sindicatos y los llamados sucesos de Casas Viejas en enero de 1933, en los que el campesinado anarquista ocupó tierras y fue duramente reprimido por la guardia civil y el Ejército, fueron lo que, junto con las discrepancias internas, terminó de desestabilizar el gobierno de Azaña. Hasta la celebración de las elecciones se sucedieron dos gobiernos bastante inestables215

1.3. El bienio radical-cedista (1933-1935)

En las elecciones de noviembre de 1933 obtuvo una gran victoria la CEDA216, aunque tuvo que pactar con el Partido Radical para for-

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mar nuevo gobierno, nombrándose a Lerroux jefe del Consejo de ministros.

En este periodo se paralizaron muchas reformas iniciadas en el anterior217. Estos cambios produjeron la plena oposición de la izquierda, que mostraba desconfianza hacia la CEDA, debido al contexto internacional y al auge de la extrema derecha y la represión del socialismo y comunismo en Europa218.

El día 5 de octubre de 1934 se convocó una huelga general219que fracasó en la mayor parte del país aunque tuvo éxito en algunas zonas. Así, en Asturias, la huelga derivó en una sublevación que duró quince días, llegando a tomarse fábricas y cuarteles. Para combatir la protesta el gobierno envió al Ejército, que la aplacó de forma virulenta220. Paralelamente, el 6 de octubre, se proclamó en Cataluña la República catalana dentro de la República federal, levantamiento que también fue reprimido y provocó la encarcelación de los dirigentes de la Generalitat y la suspensión del estatuto de autonomía. La denominada Revolución de octubre se saldó con numerosos muertos, heridos y encarcelados en toda España221.

La crisis de gobierno se produjo finamente en 1935 debido a la polarización de la sociedad222, la conflictividad social que no se logró controlar y un escándalo de corrupción por el cobro de comisiones ilegales que salpicó al propio Lerroux, conocido como escándalo del estraperlo. Gil Robles intentó formar nuevo ejecutivo, a lo que se

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opuso el presidente de la República, Alcalá-Zamora. Tras dos gobiernos técnicos, se convocaron elecciones para febrero de 1936223.

1.4. El periodo del Frente Popular

El auge de los fascismos en Europa y la dura represión en España tras los sucesos de octubre provocaron la creación de una coalición de izquierdas, el Frente Popular, formado por los partidos republicanos, el PSOE, UGT y el PCE, con apoyo de la CNT. Las derechas no fueron capaces de realizar un pacto similar, con lo que en las elecciones de febrero de 1936 se produjo un gran triunfo de las posiciones de izquierda224. Los partidos centristas apenas obtuvieron representación. Formó gobierno Azaña sólo con el apoyo de los partidos republicanos, ya que el PSOE, el partido más votado, se negó a entrar en el ejecutivo. El gobierno nació débil y tuvo pronto una gran oposición por parte de todos los sectores conservadores e, incluso, de los suyos, que pedían la inmediata continuación de las reformas del primer bienio. En abril de 1936 el Parlamento decidió sustituir a Alcalá-Zamora como presidente de la República debido a su discrepancia con el proyecto...

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