Igualdad y Unión Europea

AutorElena Pereda Lagartos
CargoEstudiante de Licenciatura de Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid
Páginas269-274

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La conferencia que más re?exiones me ha suscitado ha sido la referente a la “Agenda Social y políticas de igualdad de la Unión Europea: aportaciones de la Presidencia española”. Como no hablamos mucho de la presencia de mujeres a nivel europeo he decidido investigar un poco sobre el tema. Primero he investigado sobre la presencia de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en Europa, especialmente en lo concerniente al Parlamento Europeo; las sorprendentes diferencias entre los distintos países me han llevado a analizar por encima la situación de las mujeres a nivel particular en varios de estos países, incluyendo España, lo cual me ha llevado también a comentar una situación que me ha venido llamando la atención desde hace tiempo.

Con mis pesquisas he averiguado que en el Parlamento Europeo, en mayo del año pasado, a pesar de que más de la mitad de los votantes fueron mujeres, éstas ocupaban sólo el 31% de los escaños. He podido observar que también variaba la presencia de mujeres en función del partido político de que se tratase: de los siete grupos tres de ellos tenían una mujer como co-presidenta (Verdes/ALE, UEN y IND/DEM), pero ni uno solo tenía a una mujer como única presidenta. En las comisiones parlamentarias sólo un 27,3% de los presidentes eran mujeres y había un 33.7% de vicepresidentas. Y el dato más signi?cativo: desde que los miembros del Parlamente Europeo comenzaron a elegirse por sufragio universal, tan solo 2 de los 26 Presidentes han sido mujeres. Entre los puestos con mayor responsabilidad sólo el 24,1% estaban ocupados por ellas de manera que hasta el propio BARROSO expresó su malestar por las pocas candidatas hasta el momento: “no puede ser que tengamos sólo una o tres mujeres y todavía estoy peleando para tener la nominación de mujeres competentes”, dijo en una ocasión.

Pero lo que más me ha llamado la atención es que, en este aspecto, la diferencia entre los distintos países es bastante notable. Algunos países han usado la legislación como medio para que más mujeres lleguen al poder, por ejemplo en Francia, con la Ley de Paridad, han introducido un mecanismo llamado “Zipper” que consiste en listas trenzadas en las que se intercalan mujeres y hombres. En Suecia, voluntariamente por los partidos políticos,

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también ha sido utilizado este mecanismo y ambos países se han acercado a la paridad. Lo sorprendente es que se observan grandes diferencias entre países como los mencionados, o como Estonia, Luxemburgo y Eslovenia, que ya han alcanzado la paridad en el Parlamento Europeo, y países como Polonia, donde la paridad es muy baja o incluso, como Chipre y Malta, que no tienen ni una sola eurodiputada.

En vista de estas cifras he estado investigando los cambios acaecidos en España en relación al Parlamento Europeo con la entrada en vigor de la Ley de Igualdad. Pues bien, en 2004 sólo había 14 mujeres de 54 eurodiputados españoles (concretamente nueve del grupo socialista y cuatro del popular). Con la Ley de Igualdad, que obliga a que ningún sexo supere el 60% ni sea inferior al 40%, en las pasadas elecciones se presentaron un 45,35% de mujeres en las listas españolas, cifra que contrasta con el 32,97% de mujeres que se presentaron en las elecciones anteriores.

Me falta por analizar qué ha ocurrido después de las pasadas elecciones al Parlamento Europeo y, a nivel global, lo cierto es que no hubo grandes diferencias a pesar de la campaña iniciada por el Lobby Europeo de Mujeres con el objetivo de alcanzar el compromiso por la paridad por parte los partidos políticos y de las instituciones europeas: el porcentaje de mujeres subió ligeramente de un 31% a un 35%. Esta poca diferencia la achacan a la ligera inclinación a la derecha en las elecciones que, en su opinión, signi?ca menos voluntad para adoptar legislaciones progresistas.

Al ver estas diferencias entre los distintos países, me he propuesto investigar qué ocurre en los parlamentos a nivel nacional y he comprobado que hay diferencias poco desdeñables: en 2009 los parlamentos nacionales en Europa tenían una media de un 21,7% de diputadas, pero así como los países nórdicos, en los que se llevan implantando políticas de igualdad durante más tiempo, tienen un porcentaje muy igualitario de diputados y diputadas –sólo Suecia (46,7% de diputadas), Finlandia (41,5%) y Holanda...

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