Identidad étnica en una sociedad multicultural

AutorJohn Rex
Cargo del AutorProfesor Emérito.Universidad de Warwick
Páginas521-541

Page 521

Introducción

Mi propósito cuando empecé a escribir este artículo era contrastar mi propia visión del problema de la integración de las minorías étnicas en un estado del bienestar moderno a partir de una cuidadosa lectura de Citizenship and Social Class (Marshall 1951)1 y en la definición de Roy Jenkins del concepto de integración de minorías étnicas (Joppke 1999) con los conceptos, muy populares hoy en día, de cohesión social y comunitaria, incluidos en los informes de Cantle (2001) y Ouseley (2001). Mi planteamiento era que todavía tiene un valor considerable aplicar el ideal de Mashall/Jenkins a problemas contemporáneos relacionados con relaciones interétnicas. Sin embargo, este foco de interés inmediato tiene que situarse en un contexto histórico más amplio, en que se incluyan otras cuestiones, entre ellas la inmigración clandestina y la inmigración procedente del Este de Europa, subsecuente a la ampliación de la Unión Europea para incluir ocho países más.

Page 522

La ciudadanía y clase social de Marshall en contexto

El trabajo de Marshall debería entenderse en los términos de la política y las cuestiones de políticas públicas que se discutían en la London School of Economics durante el período de entreguerras. Un pensador muy influyente de este período fue L.T.Hobhouse, quien, en su Morals in Evolution (1931) había revisado los principios morales subyacentes al bienestar social desde los días de la Ley Isabelina de los Pobres hasta el concepto emergente del Estado de Bienestar incluido en las políticas de seguridad social iniciadas por Lloyd George. Por otro lado, en el Departamento de Política, Harold Laski (1937) continuaba considerando la posibilidad de una guerra de clases. Al mismo tiempo que reconocía que la nacionalización pacífica de la industria en el parlamento podía prevenir, momentáneamente, un conflicto de clases violento, también creía que, si el Partido Laborista quería nacionalizar una industria realmente ren- table los hombres empezarían a tomar bandos hacia una guerra civil. En el período inmediatamente posterior a la guerra, otra influencia importante fue David Glass, quien, aunque se consideraba Marxista, estaba tan preocupado por el estatus y las diferencias ocupacionales como lo estaba por las cuestiones relacionadas con la clase y por cómo se podían superar a través de acciones parlamentarias pacíficas (Glass 1954). Describí a Glass como un personaje preocupado con el «registro contable de la reforma social» (Rex 1961). Finalmente, Tom Bottomore, que era un Marxista teórico, apoyaba el Austro-Marxismo, al que veía como una especie de sociología. (Bottomore 1972).

En Ciudadanía y Clase Social, Marshall revisa la manera en que los aspectos jurídicos, políticos y sociales de la membrecía de grupo se han relacionado, durante tres siglos, de un modo que recuerda a Hobhouse. Sin embargo, a él le preocupa la forma en que, una vez asegurados los derechos civiles y políticos, Gran Bretaña estaría en situación de garantizar los derechos sociales. Creía que, una vez garantizados los derechos sociales, los individuos llegarían a considerar la ciudadanía, en lugar dePage 523la clase, como el principal foco de su identidad. Podría considerarse en oposición al análisis marxista de Harold Laski.

Para este análisis de ciudadanía social fue crucial el trabajo de William Beveridge, en su informe Social Insurance and Allied Services2 y su segundo informe Full Employment in a Free Society (Beveridge 1944)3. El informe Beveridge afrontaba principalmente la cuestión de cómo podía asegurar la seguridad social unos ingresos en momentos de desempleo y enfermedad. Indicaba al inicio del informe que esto debía considerarse como parte de un programa más amplio que cubriera cinco «gigantes»: Necesidad, Enfermedad, Ignorancia, Miseria y De -so cupación4.

El segundo informe de Beveridge planteaba otra cuestión, la del Pleno Empleo. Se conseguiría a través de negociación colectiva entre empleadores y empleados, más que a través de una imposición desde arriba. El significado completo de la ciudadanía se obtiene de su interpretación de Beveridge. Existía la asunción, tomada de Pleno empleo en una Sociedad Libre, de que habría sindicatos libres y negociación colectiva. También habría seguridad social para asegurar que los individuos tendrían al menos unos ingresos mínimos en tiempos de desempleo y enfermedad. Y que habría por ende acceso a los servicios sanitarios, educación y vivienda adecuada. No abogaba por la igualdad completa, sino por un mínimo garantizado en todas esas esferas.

Marshall asume que estas características de la ciudadaníaPage 524social surgirán de la política gubernamental. He cuestionado esto sugiriendo que es probable que surja como consecuencia de una tregua en la lucha de clases. Otras alternativas posibles serían una situación de clase dirigente en la que la clase dominante impusiera su voluntad y una situación de revolución en que una clase previamente dominada y explotada tomara el poder e impusiera su propia hegemonía (Rex 1961)5.

Algunas de las asunciones que Marshall hizo en relación a la ciudadanía social se cuestionaron a finales de los años 70 y durante los 80. La primera de ellas fue el establecimiento de cuestiones relacionadas con los salarios y las condiciones laborales a través de un proceso de negociación colectiva. Este punto se cuestionaba entre los socialistas del Partido Laborista. Así, Barbara Castle, Ministra de Empleo y Productividad, elaboró un Libro Blanco titulado In Place of Strife (En Lugar de Conflicto), que requeriría que los sindicatos votaran antes de una huelga, y pedía el establecimiento de un Consejo Industrial que tuviera el poder de establecer acuerdos en disputas relacionadas con la industria. Sin embargo, este Libro Blanco encontró la oposición de los sindicatos y de James Callaghan en el Gabinete, y no se actuó de acuerdo con sus provisiones. La implementación de sus recomendaciones recayó en la líder conservadora Margaret Thatcher, y en el campo de las relaciones industriales, en particular tras haber derrotado a los sindicatos en la huelga minera.

El gobierno Thatcher también socavó la noción Marshalliana de ciudadanía social de otros modos. Se opuso a la Educación Secundaria Polivalente, promovió el Cuidado Médico privado y dispuso la venta de viviendas sociales a susPage 525arrendatarios. Sorprendentemente, Thatcher dijo que defendería el Estado de Bienestar y el Servicio Nacional de Salud. Sin embargo, en el mejor de los casos, esto significaba la continuidad de la seguridad social y el servicio Sanitario. En el peor, implicaba una regresión a un sistema de servicios sociales a dos niveles. Cuando John Major sucedió a Margaret Thatcher, ofreció una separación aún más radical de los principios Marsha- llianos. Como él no tenia estudios superiores, postuló la idea de una «sociedad sin clases» en la que todos tenían las mismas oportunidades a través del entrepreneurismo económico.

Roy Jenkins y la integración de inmigrantes

Debería quedar claro que el problema tratado por Marshall era simplemente la integración de las clases. Especialmente le preocupaba la integración de la clase trabajadora en una sociedad única. El tercer estadio de esta integración implicaba el establecimiento del Estado del Bienestar. No consideró en ningún momento las dos cuestiones de la integración de las unidades sub-nacionales como los galeses, escoceses, irlandeses o inmigrantes del exterior a Gran Bretaña y sus sub-naciones.El primero de estos problemas es muy complejo, y no podemos detenernos en él. Los escoceses, los galeses y los norirlandeses han luchado y conseguido diferentes tipos de autonomía.

Escocia disfruta de lo más cercano a una autonomía completa, con una serie de instituciones separadas de las inglesas6y su propio Parlamento. Este Parlamento tiene un poder limitado en cuestiones relativas al sistema impositivo y se rige en última instancia por el Parlamento Británico en Westminster, para el que las circunscripciones escocesas aún eligen parlamentarios. Gales tiene mucha menos autonomía y su Asamblea

Page 526

Parlamentaria tiene poderes apenas mayores que los de los ayuntamientos en Inglaterra. El futuro de Irlanda del Norte se disputa entre los llamados Republicanos y los Unionistas, aunque cabe decir que son simplemente dos tipos de Unionistas; los que reclaman la unión con Inglaterra, y los que reclaman la unión con la República de Irlanda. La cuestión se complica aún más por el hecho de que los llamados Republicanos suelen ser católicos apostólicos romanos y los unionistas del norte protestantes. La historia del Norte es la de una guerra civil en los últimos tiempos, pero una paz inestable ha hecho posible la creación de una Asamblea y un Gobierno Norirlandeses7.

La otra cuestión que cabe afrontar es la integración de las comunidades inmigrantes en Inglaterra o en cualquiera de las subnacionalidades, y el multiculturalismo. El politólogo hindú Bhiku Parekh lo ha planteado como una simple cuestión de coexistencia de culturas (Parekh 2000), pero de maneras diferentes, Barry...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR