Horarios y efectos psicosociales

AutorCecilia Peñacoba Puente
Páginas153-180

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I Introducción. el estudio científico de los aspectos temporales del trabajo. la psicología del trabajo

Los aspectos temporales del trabajo han sido uno de los elementos más analizados dentro de lo que se denomina "condiciones de trabajo". De forma general, se entiende por "condiciones de trabajo" los diferentes aspectos circunstanciales en los que se produce la actividad laboral, incluyendo tanto factores del entorno físico en el que se realiza la actividad laboral como las circunstancias laborales en que se da, las condiciones bajo las cuales las personas desempeñan su trabajo, etc. Sintetizar la investigación realizada sobre estas condiciones de trabajo y sobre los aspectos temporales en particular, supone un esfuerzo considerable por los numerosos trabajos realizados sobre la actividad laboral desde una aproximación psicológica. No obstante, en la mayor parte de los mismos, el principal objetivo se centra en las consecuencias de los aspectos temporales sobre otro tipo de variables agrupadas en grandes bloques como la salud laboral, la higiene y la seguridad en el trabajo, y recientemente la ergonomía y la repercusión psicosocial, incluyendo aspectos como el estrés y el bienestar psicológico, la satisfacción laboral y diversas experiencias resultantes del trabajo, junto con otro tipo de conductas laborales relacionadas con el rendimiento de los trabajadores y con la organización en su conjunto.

El interés por el estudio de la actividad laboral desde una aproximación psicológica puede situarse en 1901, a raíz de una charla de Walter Dill Scout acerca del potencial uso de la psicología en la publicidad, siendo en 1926 cuando se acuña el término "Psicología del Trabajo", considerado equivalente al anterior de "Psicología Industrial" (Ferguson, 1961). Dejando al margen las diferentes conceptualizaciones de la Psicología del Trabajo, las posibles inclusiones y derivaciones de otras disciplinas de la psicología, y sus diferentes denominaciones ("Psicología del Trabajo", "Psicología de las Organizaciones", "Psicología Industrial" entre otras) que responden más a razones históricas (características del trabajo en cada etapa) que de contenido, lo cierto es que el principal objetivo de la disciplina ha sido el comprender cómo las personas trabajan y qué se puede hacer para mejorar su trabajo.

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De manera más específica, la Psicología del Trabajo tendría como objeto de estudio las conductas y experiencias de las personas desde una perspectiva individual, social y grupal en contextos relacionados con el trabajo. Su objetivo consiste en describir, explicar y predecir los fenómenos psicosociales que se dan en estos contextos, así como prevenir o solucionar los posibles problemas que se presentan; en definitiva, mejorar la calidad de vida laboral, la productividad y la eficacia laboral (Peiró et al., 1996; Gil, 2005). En 1990, la Red Europea de Psicólogos del Trabajo y de las Organizaciones (ENOP), puso en marcha un proyecto cuya finalidad era la homogenización de la formación de profesionales en esta disciplina (Roe et al., 1994). Como fruto de este trabajo, se procedió a delimitar tres grandes áreas de contenido, propias de la denominada Psicología de Trabajo ó Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. Tal y como señalan Peiró et al. (1996), las tres grandes áreas de estudio son la Psicología del Trabajo, la Psicología de las Organizaciones y la Psicología de los Recursos Humanos. La Psicología del Trabajo se ocupa de la actividad laboral de las personas, la persona es considerada como "trabajador" y sus principales temas de interés son las tareas, el ambiente laboral, los esquemas temporales que regulan el trabajo, el rendimiento, el error humano, la carga, la fatiga, el diseño de tareas...La Psicología de las Organizaciones se encarga del estudio de la conducta (colectiva) de las personas en relación a las estructuras socio-técnicas denominadas organizaciones, la persona es considerada como "miembro organizacional" y abarcaría temas como la comunicación, la toma de decisiones, el poder, el liderazgo, la cultura organizacional, el cambio organizacional...Finalmente, la Psicología de los Recursos Humanos se centra en el desarrollo de relaciones entre las personas y su organización, se considera a las personas como "empleados" y los aspectos de interés tendrían que ver con los procesos de elección entre individuos y organización, las habilidades y capacidades, las necesidades, el compromiso, el desarrollo de carreras, las pagas e incentivos...Esta división permite entender los diferentes objetos de estudio de la Psicología del Trabajo en función de las diferentes facetas que afectan al individuo en relación con la organización en la que desempeña su actividad laboral, aunque en numerosas ocasiones existen claros puntos de interrelación entre los diferentes aspectos comentados, no siendo áreas de contenido mutuamente excluyentes.

II Condiciones de trabajo y calidad de vida. los aspectos temporales como condición de trabajo

No cabe duda que desde que en 1978, la Organización Mundial de la Salud, en su declaración de Alma-Ata definiera la salud como "un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no sólo ausencia de enfermedad", el bienestar aludido se ha identificado con calidad de vida, y se han priorizado los aspectos

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sociales por la dificultad de hablar de calidad de vida sin hacer referencia al bienestar social (Rodríguez Marín, Pastor y López Roig, 1993).

La calidad de vida es concebida como el resultado de la percepción individual de unas condiciones de vida (salud y otro tipo de circunstancias como alojamiento, ocio, trabajo y condiciones ambientales), y de la satisfacción que nos proporcionan cuando se comparan con las de otras personas (Blanco, 1985).

Así pues, la calidad de vida es descrita como un juicio subjetivo del grado en que se ha alcanzado la satisfacción, la felicidad, o un sentimiento de bienestar personal, pero ese juicio subjetivo se encuentra vinculado a determinados indicadores "objetivos" (biológicos, psicológicos, conductuales y sociales) (Diener, 1984).

Dentro de este contexto, trabajo y salud, calidad de vida y salud, son conceptos íntimamente relacionados. Los datos de los que se dispone en la actualidad ponen de manifiesto el elevado coste humano y social de los accidentes y enfermedades producidas por el trabajo. El individuo pasa numerosas horas en su lugar de trabajo, bajo determinadas condiciones de trabajo, dónde se incluyen una gran variedad de factores ligados a la tarea que realiza el trabajador, a los medios que utiliza y a la organización del proceso de producción, que influyen, sin duda alguna, en la salud del trabajador, desde su definición integral a la que hace referencia la OMS. En este contexto, el factor de riesgo es el agente laboral que tiene posibilidad de causar daño en la salud del individuo y de mermar su calidad de vida. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (21/1995) y sus posteriores reglamentos velan por garantizar al trabajador esa calidad de vida a través de la prevención de riesgos, mejorando para ello las condiciones de trabajo.

Aunque existen numerosas definiciones de condiciones de trabajo, más o menos dispares en función de la disciplina de la que emerjan, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT, 1987) define las condiciones de trabajo como "el conjunto de variables que definen la realización de una tarea concreta y el entorno en que ésta se realiza, en cuanto que estas variables determinarán la salud en la triple dimensión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (física, psíquica y social)" (p. 23). En una perspectiva similar, Montes (1992) agrupa los "factores de riesgo" en cuatro bloques: las condiciones de seguridad, las condiciones medio-ambientales (que incluyen factores físicos, contaminantes químicos y biológicos), la carga de trabajo (física, mental y nerviosa) y la organización del trabajo (referida a la jornada y ritmo de trabajo, las relaciones en el mismo, el mando, el contenido del trabajo y la promoción).

Dentro de estas clasificaciones, la organización del trabajo incluye los aspectos temporales relacionados con el desempeño. El tiempo es inherente a la propia definición de trabajo, mediante el cual el empleador paga al trabajador a cambio de una parte de su tiempo en el que desempeña una serie de actividades. Esta importancia como condición de trabajo se ve confirmada cuando se utiliza este

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criterio en la mayoría de las ocasiones como unidad de valoración de trabajo, y en otras muchas como base de un sistema retributivo complementario.

Existen numerosos elementos a estudiar cuando hablamos de aspectos temporales del trabajo. Entre ellos, la duración de la jornada laboral, el tipo de horario, los desplazamientos al lugar de trabajo, las horas extraordinarias, la presión temporal del puesto de trabajo, el tiempo no contabilizado ni retribuido como tal dedicado al trabajo ("llevarse trabajo a casa") etc. No cabe ninguna duda de que todos ellos tienen importantes repercusiones sobre la salud y la calidad de vida del trabajador. Así por ejemplo, la duración de la jornada laboral tiene implicaciones importantes...

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