El homicidio. La delincuencia en serie

AutorJosé Ibáñez Peinado
Páginas305-353
CAPÍTULO V
EL HOMICIDIO. LA DELINCUENCIA EN SERIE
Para la mayoría de las personas los crímenes violentos suponen un des-
concertante enigma. Muy pocos son capaces de acostumbrarse a asesinatos
horripilantes, cuerpos mutilados, cadáveres arrojados a barrancos... y entre
estas personas se incluyen también muchos agentes de la policía local,
quienes raras veces se encuentran ante asesinatos de estas características.
Sin embargo, ni siquiera este comportamiento espantoso e indescriptible es
inaudito e incomprensible; si se analiza adecuadamente, puede comprenderse
lo suf‌i cientemente bien como para establecer determinadas pautas, predeci-
bles en cierto modo.
Robert K. Ressler
PSICOLOGÍA E INVESTIGACIÓN CRIMINAL: LA DELINCUENCIA ESPECIAL
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1. INTRODUCCIÓN
Otro de los delitos a los que, sin duda, podríamos dedicar un capítulo completo
sería al homicidio / asesinato y a sus circunstancias, cosa que sería de gran valor si
estuviéramos pensando en un compendio jurídico, pero se nos quedaría corto en
el contexto en que estamos “componiendo” este libro.
No quiero con ello que se entienda que quitar la vida a una sola persona no tiene
importancia, por supuesto, sino que:
a) La variedad de sus formas entra de lleno en la literatura jurídica.
b) Sus motivaciones pueden ser las mismas que las de los homicidios seria-
les.
c) La investigación debe ir en la misma línea que cualquier otra investigación
sobre homicidio, sea éste único o serial, si bien el segundo necesita de
una mayor preparación tanto técnica como personal.
d) La importancia social de uno y otro caso es totalmente diferente . Es verdad
que cualquier homicidio causa alarma social, pero esta es incomparable
con la que se generaría si una comunidad supiese que cuenta entre sus
miembros con un asesino en serie que mata a hombres, mujeres, niños,
policías o prostitutas, que mas da, la sensación de miedo e indefensión es
totalmente diferente.
e) Todos los homicidios seriales han comenzado por uno determinado, no
descubierto, que ha dado inicio a la serie por la que, al f‌i nal, el autor ha
sido descubierto.
La persona que comete un único atentado contra la vida de otra persona no
tiene siempre una motivación específ‌i ca y, de acuerdo a las estadísticas,
son descubiertos en la mayoría de los casos, es decir, se saben los datos
sobre el agresor, con independencia de su inmediata detención.
Por desgracia, son muchos los homicidios que se cometen en España por
negligencia, como puedan serlo en cuestiones de tráf‌i co o deportes como la caza y
otros de esta índole. También lo son, demasiados, los que se cometen en situaciones
de violencia doméstica o de género, en riñas o peleas. Otros se cometen durante
el desarrollo de otra actividad delictiva, como en robos o atracos a personas o
entidades. Otros se cometen en relación con cuestiones sociales o de comunidades,
e incluso intrafamiliares, como puedan serlo por herencias o límites de f‌i ncas (re-
cordemos los famosos sucesos de Puerto Urraco). Sin duda, otros pueden también
ser cometidos por otras muy diferentes razones y situaciones a las antes mencio-
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EL HOMICIDIO. LA DELINCUENCIA EN SERIE
nadas. Pero si hemos prestado atención al contexto, una cosa tiene que sobresalir
de todo lo dicho anteriormente y es que, en casi todos, por no decir en todas las
situaciones expuestas, sus autores son conocidos o “reconocibles” y llegan a ser
detenidos, antes o después, y los casos en que las investigaciones siguen abiertas
y sin resultado positivo, son minoría.
Por contra, y por desgracia, a los agresores seriales se les llega a detener, o no
se consigue nunca, tras una macabra “serie” de cadáveres, de asesinatos horrendos,
cuya motivación, a veces, es impensable e inaceptable para los demás, sean estos
los investigadores o el pueblo en general.
Es por eso por lo que, si bien desde el punto de vista legal estaremos a lo
que marca nuestro Código Penal (CP) sobre el homicidio simple, el resto de las
características las aplicaremos a los agresores seriales. Además, y por considerarlo
de interés, aparte de las generalidades comunes, def‌i niremos los diferentes tipos
de asesinos y diferenciaremos entre delincuentes seriales contra la vida (asesinos
en serie) y aquellos que cometen delitos de contenido sexual (agresores sexuales
–violadores– en serie).
2. REGULACIÓN JURÍDICA
Recogido en el Libro II: DELITO Y SUS PENAS, Título I: Del homicidio y
sus formas, el Artículo (Art.) 138 determina: “El que matare a otro será castigado,
como reo de homicidio, con la pena de ...”.
La f‌i gura del asesinato esta recogida en el Art. 139, que dice: “Será castigado
con la pena de ..., como reo de asesinato, el que matare a otro ocurriendo alguna
de las circunstancias siguientes:
1ª. Con alevosía.
2ª. Por precio, recompensa o promesa.
3ª. Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del
ofendido.
Una circunstancia agravante (concurrencia de más de una de las circunstancias
del artículo anterior) se recoge en el Art. 140.
El Art. 141 contempla otras formas de comisión del delito, provocación,
conspiración y proposición.
El Art. 142 contempla otras circunstancias de la comisión:

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