Historia de los derechos fundamentales y el legado del Profesor Gregorio Peces-Barba

AutorMassimo la Torre
CargoUniversità degli Studi 'Magna Graecia' di Catanzaro
Páginas17-25

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I

Debo decir que estar aquí con Ustedes hoy es para mi motivo de alegría, pero también de tristeza. La alegría es obvia; me encuentro aquí en una sede prestigiosa, con los amigos y los colegas de la Fundación Gregorio Peces-Barba y del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Carlos III, y discutiendo de una obra qua admiro. Pero no puedo ocultar mi tristeza.

Estar en Madrid para mi por muchos años ha significado estar acompañado por la figura y la persona de Gregorio Peces-Barba. La misma idea de la capital española siempre me evocaba la personalidad de Gregorio, que ha amado esta ciudad con pasión verdadera. Gregorio interpretaba lo mejor de esta ciudad y de su historia, el pasado ilustrado y republicano (aunque todos conocemos su ferviente apoyo a la monarquía parlamentaria después de la Constitución del 78). Es el Madrid de Carlos III, del general Prim y de Azaña que resonaba a menudo en sus palabras. Pero ahora las palabras suyas de que podemos disfrutar sólo son las escritas. Su voz está muda. Y de él ahora se podría decir lo que Miguel Hernández constataba de sí mismo al final de su vida, en la soledad y desesperación de la celda: "Yo que creí que la luz era mía, precipitado en la sombra me veo".

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Pero aquí estamos, y para echar en la sombra del destino último la luz de la amistad y de la razón discutidora, la misma que detestaron y combatieron Donoso Cortés y su epígono Carl Schmitt. Sin embargo ellos no son de los nuestros, pero sí que lo es Gregorio, y aquí -repito- estamos para al silencio dar otra vez voz y con esta voz dialogar.

Ahora bien, su voz vibra fuerte en la obra que hoy quiero, muy brevemente, comentar, la Historia de los derechos fundamentales, que creo es de Gregorio el legado intelectual más relevante de sus últimos años. En los muchos volúmenes de esta historia se perfila nítida su personalidad y su filosofía. Esta obra por supuesto es resultado de un gran esfuerzo colectivo y de la convergencia de distintas opiniones y de plurales puntos de vista. Sin embargo, permítanme concentrar mi mirada sobre la aportación del Profesor Gregorio Peces-Barba, del que hoy también celebramos el cumpleaños.

La Historia de los derechos fundamentales (publicada por Dykinson, y editada por Gregorio Peces-Barba junto a los Profesores Eusebio Fernández, Rafael de Asís, Francisco Javier Ansuátegui y Carlos Fernández Liesa) se articula, lo sabemos, en cinco tomos, todos, con exclusión del primero, a su vez compuestos de varios volúmenes y libros. Empieza tratando del siglo XVI y termina con el siglo XX.

De verdad, más que una historia, es una compleja y riquísima enciclopedia de los derechos humanos, donde se pueden encontrar y consultar estudios sobre todas la corrientes y las etapas del pensamiento político moderno. Pero también sobre los temas substantivos más significativos que conciernen a la temática de los derechos fundamentales y humanos.

Esta vocación enciclopédica, y, yo diría también, enciclopedista es manifiesta en el ultimo tomo, aquel que trata del siglo XX, donde en varios volúmenes podemos leer de la trama compleja de los asuntos que los derechos humanos están llamados a afrontar, a señalar sino a resolver, en nuestros tiempos. El siglo XX, a pesar de ser el "siglo breve", todavía proyecta sus sombras, y sus luces, en el nuevo milenio en que ahora estamos -permítanme de decir- como perdidos.

II

Cuando hablamos de la historia de las ideas políticas y jurídica hoy en día hay inevitablemente que referirse a dos grandes escuelas. La primera y

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más conocida e influyente es la de Cambridge, la culta perspectiva metodológica de Quentin Skinner (cuya historia del pensamiento político moderno está muy presente en los escritos de Gregorio para su Historia de los derechos fundamentales). Aquí se rompe con la dos antecedentes visiones tradicionales de la historia de las ideas, según las cuales éstas, las ideas, por un lado se podían estudiar de manera sincrónica como paradigmas eternos ("unit-ideas", como dice Arthur Lovejoy) o posturas en una discusión intemporal o contemporánea, y por otro lado como evolución interna de modelos teóricos engendrados por la dialéctica propia del mundo ideal al cual pertenecen (a la manera de Benedetto Croce).

Para Skinner las ideas políticas, y así los derechos fundamentales, hacen parte de un discurso que es valido eminentemente dentro de un contexto histórico determinado y a partir de intenciones lingüísticas bien identificables. Detrás de esta perspectiva hay una buena dosis de teoría lingüística post-witt-gensteiniana, el intencionalismo de Paul Grice para entendernos. Pero más que nada un elevado...

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