El heurigrama

AutorLluís Muñoz Sabaté
Páginas37-48
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VI
El heurigrama
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Sirve de notable ayuda para tener presente todo el espacio
probático cuyos elementos se especifican en la corres-
pondiente tabla de símbolos. Consta de un envés y un
revés. El primero dispone de varios compartimentos
donde se marcan y se van marcando las pruebas de que
nos valdremos. En el revés se anotan en forma manuscri-
ta los nombres, direcciones y teléfonos de las personas
que deberán citarse judicialmente o se traerán por la
parte. Todo lo dicho no es axiomático y la letra «L», por
ejemplo no significa nada, pero dentro de la casilla y en
un contexto dado podría ser tomada como «L» de lisis,
una diosa del antiguo Egipcio que se perpetuó extensiva-
mente en el Imperio Romano y luego, con el paso del
tiempo parece que se fue trasmutando en la Virgen María.

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