González-Haba Guisado, Vicente María, y Sánchez Gil, José Luis: Casos prácticos de Derecho administrativo y Derecho constitucional, Editorial Aranzadi, Pamplona, 1993. Un tomo de 581 páginas

AutorFrancisco Corral Dueñas
Páginas359-360

    GONZÁLEZ-HABA GUISADO, VICENTE MARÍA, Y SÁNCHEZ GIL, JOSÉ LUIS: Casos prácticos de Derecho administrativo y Derecho constitucional, Editorial Aranzadi, Pamplona, 1993. Un tomo de 581 páginas.

Cuando estudiábamos en la Universidad el Derecho administrativo (¡cuántos años hace ya de esto!) estábamos bastante lejos de suponer que aquellos Page 360 que llamábamos «rollazos», y no sin razón, habrían de tener después una gran importancia para nuestra vida profesional. No imaginábamos lo que podría suponer para los ciudadanos que un expediente estuviese correctamente llevado o que los procedimientos se ultimasen con todos los trámites, notificaciones o garantías necesarios. Y es que no se trata de que el administrado firme un formulario enterado sin enterarse, sino de que todos puedan llegar a tener la certeza de que el actuar de la Administración esté en el fiel de la balanza; de que hay Justicia, y mejor sin venda que con ella. Se trata, nada más y nada menos, de garantizar la seguridad jurídica, pieza fundamental en un Estado de Derecho.

Con este exordio un tanto añorante y en el que después nos hemos puesto tan serios y hasta solemnes, queremos decir simplemente que para que la Administración funcione bien, como debe ser, lo que precisa es un plantel de personas que sepan su oficio y que actúen siempre desinteresadamente y en conciencia; en una palabra, que sean buenos funcionarios.

Este es el quid de la cuestión y a donde queríamos ir a parar. Interesa tener un funcionariado capaz y consciente de su papel, y para eso es preciso formarlo. La Universidad podría ser el inicio de esa formación; por supuesto, es el escalón primario y allí se aprende lo que es el Derecho, una noción de cada una de sus ramas; pero luego vienen las distintas especializaciones.

Y para los que quieran trabajar en las Administraciones no hay otro camino que la oposición. Este medio de ingreso, con todos sus inconvenientes, sigue siendo el menos malo para seleccionar a los mejores, pero tiene el gran defecto de que sus ejercicios siguen siendo mayormente memorísticos; el que dice o escribe mejor los temas obtiene las más altas puntuaciones y consigue la ansiada plaza. Lo teórico suele primar, y luego vienen los apuros a la hora de enfrentarse con los problemas prácticos en el ejercicio de la carrera.

Que yo recuerde, en tiempos pasados funcionaba de modo eficiente una Escuela de Administración Pública en la antigua Universidad de Alcalá de Henares donde se impartían...

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