La globalización en Boaventura de Sousa Santos. El papel de la epistemología del Sur y de América Latina

AutorÁngel Pelayo González-Torre
Páginas109-150

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1. La globalización como marco de análisis

Se pretende en este artículo analizar una de las teorías contemporáneas sobre la globalización que considero más lúcida intelectualmente, sobre todo por el valor de sus instrumentos conceptuales y metodológicos; y, a la vez, más crítica y comprometida socialmente1. Me interesa también por la forma en que aborda y da realce a la realidad actual de América Latina. Por muchas razones es este un espacio que despierta nuestro interés y merece nuestra atención, y con el que podemos aprender a dialogar mejor gracias a los planteamientos de Santos.

Es importante empezar destacando que la globalización es el contexto en el que Santos formula y desarrolla su teoría sociológica y también en el que lleva a cabo su abordaje de los fenómenos jurídicos. No puede ser de otra manera si se considera que la globalización es hoy en día una realidad omnipresente, que está marcando la actual evolución social y que se ha convertido en un esquema de observación clásico para la teoría sociológica contemporánea.

Para Santos la globalización se presenta como un fenómeno polifacético, con dimensiones económicas, sociales, políticas, culturales, religiosas y también jurídicas, que se combinan entre sí de forma extremadamente compleja. En ella las implicaciones económicas son especialmente importantes2, ya

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que la línea fundamental de la globalización es la que tiende a establecer un modelo de desarrollo global orientado hacia el mercado, y de hecho, una de las notas más destacadas de la globalización habría sido el haber consuma3do la convergencia entre el paradigma de la modernidad y el capitalismo3. Sin embargo no hay que olvidar las otras vertientes de la globalización, especialmente la jurídica, que tiene también un importante papel en el nuevo contexto4.

En cuanto a la forma en que Santos aborda y explica la globalización, adelantamos que el sentido que Santos da al fenómeno es muy claro, y pasa por destacar la globalización como un fenómeno con un relevante trasfon-do político que tiende, en sus líneas más destacadas, a consolidar el poder mundial del capitalismo5, lo que le llevará precisamente a intentar explicar y desarrollar la posibilidad de fenómenos también globales que se opongan a esta tendencia hegemónica, configurando una globalización resistente con vocación alternativa y emancipadora.

En este punto es interesante señalar que Santos va a actuar en su análisis sobre la globalización al modo en que lo hace el luchador oriental, que pre-

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tende aprovechar la fuerza del enemigo para formular sus propias propuestas de defensa y ataque. Es consciente de que muchos peligros provienen de la globalización, pero esta es un enemigo demasiado fuerte como para ignorarle u oponérsele frontalmente con posibilidades de éxito, de manera que ni renuncia a ella ni se sale de sus esquemas generales de funcionamiento, sino que pretende aprovechar sus estrategias para articular sus propias propuestas de resistencia. Con este método veremos aparecer muchos de los conceptos de su epistemología, que pretenden desempeñar una función emancipadora, y que trabajan con fenómenos ya sea en sí mismo globaliza-dores, o susceptibles de ser globalizados, o bien surgidos como reacción a la globalización o en el contexto de la globalización. Todo ello hasta el extremo de que un punto de conexión con la globalización se presenta ya como un requisito de la posibilidad emancipadora de las prácticas o de los conoci6mientos alternativos6.

Hay que dejar sentado también que para Santos la emancipación es el objetivo de su pensamiento sociológico, pensamiento que tiene un claro trasfon-do político, en el sentido de que está destinado a lograr objetivos de liberación. La emancipación habría sido una aspiración del pensamiento moderno desde sus orígenes ilustrados, sin embargo la evolución del pensamiento occidental habría acabado lastrada por su sometimiento a la lógica capitalista de la productividad; y el capitalismo, y su consecuencia, el colonialismo, serán los marcos que acaben por condicionar el pensamiento occidental moderno en los distintos ámbitos sociales7. Como consecuencia de este sometimiento el pensamiento moderno habría perdido la tensión entre regulación y emancipación que le habría caracterizado originalmente, y que habría sido la fricción que habría permitido evitar el estancamiento o la regresión de los objetivos de progreso en Occidente. Esta tensión entre la regulación existente y la aspira-

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ción emancipadora, que estaba llamada a provocar la reacción y el progreso emancipador, y que habría sido el acicate liberador al inicio de la modernidad, habría sido superada en el contexto del pensamiento moderno por el imperio de la racionalidad cognitivo-instrumental de la ciencia y por la reducción de la regulación moderna al principio del mercado, de manera que el desarrollo de los mecanismos de regulación se habría consolidado al integrar dentro de sí las posibilidades de emancipación8, haciendo que la emancipación no pueda desenvolverse dentro de los cánones del pensamiento tradicional, por lo que su realización necesita cambiar de paradigma de pensamiento9.

Precisamente, al hacer el primer abordaje al fenómeno de la globalización Santos sostendrá que esta puede ser analizada desde dos perspectivas. Una que la hace funcionar dentro de ese contexto intelectual moderno, y otra que exige un nuevo marco para pensarla. Optar por uno u otro planteamiento teórico tendría indudables consecuencias prácticas en relación con el estudio y con la posición que se defiende ante el fenómeno. A la primera

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interpretación sobre la globalización Santos la denominará sub-paradigmá-tica, precisamente porque ve la globalización como un proceso estructural de transformación que puede desenvolverse dentro del paradigma capitalista, es decir como un sub-paradigma del paradigma capitalista, teniendo el capitalismo los medios adecuados para gestionar su desarrollo. Esta interpretación refuerza el poder del capitalismo que se presenta como el marco en el que se puede desarrollar la inevitable globalización. Por el contrario, la segunda interpretación de la globalización es la que denomina paradigmática, y sostiene que lo que llamamos globalización es un cambio o una crisis más profunda, que afecta estructuralmente al sistema capitalista y a su régimen de acumulación, y que debe ser abordada desde un paradigma nuevo distinto al capitalista10. En relación con estas dos opciones teóricas se colocarían dos tipos ideales de audiencias, o de posiciones que adoptan los sujetos ante el fenómeno de la globalización, una adaptativa, que responde a la interpretación sub-paradigmática y que busca simplemente la adaptación del modelo capitalista a la nueva realidad, y otra transformadora, que responde a la interpretación paradigmática y que plantea un escenario analítico nuevo alternativo al actual capitalismo11. Y naturalmente Santos se moverá en este segundo ámbito, intentando encontrar o construir un nuevo enfoque para abordar la globalización12.

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2. Los procesos globalizadores

A la hora de analizar el proceso de la globalización Santos considera que, si bien es complejo y está cargado de contradicciones, no se trata de un fenómeno anárquico, ya que todo proceso de globalización tendría un núcleo originario reconocible que sería "la globalización exitosa de un localismo dado". Aquí se encontraría el origen de los diversos fenómenos globalizado-res, partiendo de la idea de que todo lo global habría sido antes, por más o menos tiempo, local. De hecho Santos propone una definición de la globalización según la cual esta sería "un proceso a través del cual una determinada condición o entidad local amplía su ámbito a todo el globo y, al hacerlo, adquiere la capacidad para designar como locales las condiciones o entidades rivales13". Es interesante notar que con esta definición se está revitalizando lo local, al menos en tres aspectos. En primer lugar, al indicar que no hay nada originalmente global, sino que todo fenómeno global ha sido inicial-mente local; en segundo lugar al poner de manifiesto que lo global califica como local las realidades a las que pretende imponerse, con lo que estas se hacen también protagonistas, aunque sea como resistentes; y en tercer lugar en la medida en que, como veremos, lo global va a adaptarse en cada lugar a las condiciones de lo local, adquiriendo con frecuencia características propias en cada zona de ubicación14, y por eso, para Santos, la globalización no implica siempre homogeneización.

Si el núcleo de desarrollo de todo fenómeno globalizador es la globalización exitosa de un localismo dado, a partir de ahí se iniciará un comple-

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jo proceso que Santos contempla en relación con cuatro formas distintas de globalización. La primera es precisamente lo que denomina "el localismo globalizado", en referencia a fenómenos locales que se globalizan con éxito, ejemplo del cual sería el uso del inglés como lengua franca, o la adopción mundial de las leyes norteamericanas sobre propiedad intelectual para los programas informáticos; y donde podríamos incluir en el campo jurídico-político, la expansión de la democracia liberal o los derechos humanos; en el campo económico las reglas del capitalismo neoliberal; el laicismo y la secularización en el campo religioso; o en el campo del pensamiento, la misma modernidad occidental, que Santos presenta como un paradigma local que se globalizó con éxito15. La segunda forma de globalización sería lo que denomina "el globalismo localizado", entendiendo por tal el impacto...

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