¿Un futuro de censura?

AutorPaul Coleman
Páginas109-117

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¿un futuro de censura?

El famoso marxista Herbert Marcuse, mencionado a menudo en los medios de comunicación como «el padre de la nueva izquierda», abogó en 1965 por la legitimación de la intolerancia en ciertas circunstancias con estas palabras: «El criterio tradicional basado en un peligro actual y claro parece haber dejado de resultar adecuado en una fase en la que la sociedad en su conjunto está en la misma situación que el público de un teatro cuando alguien grita: “fuego”». Marcuse razonó —en referencia a la Alemania nazi— que un «discurso precipitado» podría desencadenar una catástrofe en cualquier momento. Su solución fue «suspender la tolerancia antes de los hechos».1Las palabras de Herbert Marcuse describen claramente un eventual futuro de Europa. Se trata de un futuro con mayor censura estatal en el que las suspensiones extremas del derecho a la libertad de expresión se justifican sobre la base de que la sociedad en su conjunto corre el grave peligro de perderse por el «extremismo».

Por lo tanto, después de echar la vista atrás, constatar el auge de las leyes europeas contra el «discurso del odio» y evaluar el efecto de tales leyes en el presente, debemos mirar hacia adelante y preguntar: ¿Qué le depara el futuro a Europa?

Cada año que pasa otro país europeo amplía su legislación contra el «discurso del odio». En muchos casos las organizaciones de derechos humanos son las que encabezan la marcha, haciendo campaña para que el Gobierno limite la libertad de expresión de sus ciudadanos. Estudiantes de destacadas universidades dan más importancia a estar protegidos de la ofensa que a gozar de la libertad de expresión. Actualmente, tanto las principales instituciones europeas e internacionales como los organismos de supervisión de los derechos humanos prestan un apoyo inquebrantable a las leyes que ponen límites al discurso. Así, en vista de las restricciones a la libertad de expresión causadas por el aumento de las leyes contra el «discurso del odio», es probable que en el futuro aumente la censura estatal en Europa. Este capítulo reflexionará sobre cómo puede ser ese futuro. Si Europa continúa su tra-

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yectoria de censura creciente es posible hacer varias predicciones basadas en tendencias pasadas y en la aplicación actual de las leyes contra el «discurso del odio».

La ampliación del alcance de las leyes contra el «discurso del odio»

En primer lugar, una ampliación considerable del alcance de las leyes contra el «discurso del odio» supondrá una censura creciente. . Esta es una predicción bastante segura. Como hemos visto, en los últimos cincuenta años la concepción original de prohibir las formas más extremas del discurso racista se ha ampliado para incluir otras formas de expresión, como el odio religioso, el odio homofóbico y, más recientemente, el transfóbico. Sin embargo, la muñeca rusa de las restricciones del discurso es infinita.

En 2012 el Comité de Derechos Humanos de la ONU denunció «estereotipos de género negativos» en Islandia. El comunicado de prensa de la ONU decía: «Los estereotipos de género negativos existentes en la sociedad islandesa son los típicos —dijo un delegado—, por ejemplo, la creencia de que solo un hombre puede ser albañil y solo una mujer puede ser enfermera. Las investigaciones han demostrado que esos estereotipos son motivo de discriminación y violencia basadas en el género. Islandia mostró su preocupación sobre la legislación ineficaz contra el discurso del odio y se comprometió a hacer todo lo posible para combatir el problema».2Mientras Islandia ponderó esta legislación, Bélgica fue más lejos, y en 2014 aprobó una nueva ley penal: «La Ley para Combatir el Sexismo en los Espacios Públicos». Según esta ley «cualquier demostración o acto [...] con el que se pretenda de forma evidente expresar desprecio hacia una persona a causa de su género, o que implique su consideración como inferior, o lo reduzca a su dimensión sexual y cuyos efectos violen la dignidad de alguien» será penalizada hasta con un año de prisión».3Si bien la idea de utilizar el derecho penal para abordar los «estereotipos de género negativos» puede haber parecido alguna vez descabellada, ese es ahora el futuro que apunta en el horizonte. Y el alcance de las leyes contra el «discurso del odio» solo puede ir en aumento sin un límite discernible a la vista.

el descenso del umbral de las leyes contra el «discurso del odio»

Además de la ampliación del alcance de las leyes contra el «discurso del odio», también podemos predecir un descenso del umbral en la aplicación dichas leyes. En consecuencia, un futuro con una mayor censura supondrá la prohibición de un mayor número de tendencias corrientes, y no solo de tendencias «radicales».

Resulta revelador el comentario de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea en el que se afirma que «actualmente la UE carece de un ins-

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trumento vinculante adecuado para combatir de manera eficaz la expresión de opiniones en contra del colectivo LGBT». Evidencia la finalidad principal de algunas organizaciones: la represión o eliminación de todas las opiniones disidentes. El comentario es aún más destacable por aparecer en la sección titulada «Protección a través del derecho penal frente a las expresiones y la violencia anti-LGBT»;5lo que significa que la «opinión negativa» se debe contrarrestar mediante el derecho penal y que la tendencia corriente estará cada vez más sometida a las leyes contra el «discurso del odio». La visión de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea —como demuestran las siguientes citas— no es, ni mucho menos, única:

Una encuesta realizada en Gran Bretaña mostró que una gran mayoría de las expresiones de odio está siendo cometida, no por extremistas o radicales, sino por la gente común.6La identificación del [...] «discurso del odio» en ocasiones es difícil [...]. También puede ocultarse en declaraciones que a primera vista pueden pare-cer racionales o normales.7[...] a veces el discurso del odio no es en absoluto directo [...] [el] uso de la palabra «familia» y de la frase «valores familiares tradicionales» es en sí mismo una forma de discurso de odio [...].8Una concepción muy diluida del «discurso de odio» provocará el descenso del umbral a partir del cual se considera que alguien ha infringido la ley que lo prohíbe, y en consecuencia se verá afectado un ámbito cada vez mayor de la libertad de expresión. Este es el objetivo actual del Gobierno británico, el cual —preocupado por la existencia de personas o colectivos que «propagan el odio venenoso sin infringir la ley»9— pretende introducir Órdenes contra los Trastornos del Extremismo dirigidas contra «las actividades dañinas de individuos extremistas que propagan el odio, pero no violan las leyes».10Así, en un...

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