Sobre la futura Comisión Nacional del Mercado Financiero

AutorFernando Zunzunegui

Entre las importantes cuestiones que tendrá que abordar la futura ley de modernización financiera destaca la opción por una autoridad que integre las funciones de supervisión que en la actualidad corresponden al Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores y Dirección General de Seguros. Comienza a existir un consenso sobre la necesidad de integrar la supervisión financiera como consecuencia de la creciente complejidad de los productos financieros y la aparición de conglomerados que actúan como verdaderos supermercados de este tipo de bienes.

Surgen productos sintéticos que combinan la captación de ahorro bancario con la inversión bursátil, o modernas técnicas de garantías autónomas que se superponen a las tradicionales cauciones bancarias y a los seguros de crédito. De este modo, podríamos seguir enumerando nuevos productos financieros que combinan las técnicas bancarias, con las bursátiles y las actuariales. Son creaciones de la ingeniería financiera que dificultan la vigilancia de las autoridades sectoriales, como lo demuestran los casos más recientes de fraudes financieros. La agencia de valores Gescartera, que comercializaba unos denominados depósitos estructurados, justificaba las inversiones de sus clientes mediante certificados bancarios. En este caso, la CNMV justificó la limitación de sus inspecciones por la naturaleza bancaria de las entidades depositarias de las inversiones. A su vez, al Banco de España le pareció suficiente el control de la autoridad bursátil sobre los productos comercializados por la citada agencia. Y la casa sin barrer.

Si hacemos memoria, en el caso de la agencia AVA también se comercializaban productos estructurados, en concreto, bonos sintéticos sobre deuda pública latinoamericana. El resultado fue una supervisión deficiente que reflejaba la necesidad de una integración de la vigilancia bancaria y bursátil.

Los nuevos productos y la aparición de grandes conglomerados financieros exige la designación de autoridades de control financiero únicas, que vigilen la solvencia e integridad de los intermediarios y la correcta información a los ahorradores. Es lo cierto que las autoridades financieras tratan de proteger al consumidor exigiendo una información clara sobre el contenido de los nuevos productos. Aunque su actuación en defensa de la transparencia se ve limitada por el ámbito sectorial en el que operan.

Pero frente al consenso alcanzado sobre la necesidad de integrar la supervisión financiera...

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