Fuentes de la Constitución de 1869

AutorAscensión Pastor Parres
Cargo del AutorSenadora por la Comunidad Autónoma del País Vasco

3. FUENTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1869

Como acertadamente nos recuerda el profesor CARRO MARTÍNEZ, y como anteriormente hemos referido, las principales fuentes inspiradoras de la Constitución de 1869 no sólo tienen su origen en la evolución previa del movimiento constitucionalista español, sino que debemos buscarlas también en textos de procedencia extranjera como es el caso de las Constituciones norteamericana de 1787 y belga de 1831, o incluso, en el sistema del Common Law inglés59.

Ahora bien, a pesar de que estos datos nos puedan llevar a concluir que nos hallamos ante un texto de escasa originalidad, nada más lejos de la realidad, sobre todo si nos atenemos a lo que respecta a la declaración de derechos que contiene, puesto que resulta radicalmente novedosa frente a las elaboraciones conocidas con anterioridad. Así, se aprecia la concurrencia de disposiciones que, o bien no presentan precedente alguno en nuestro Derecho, o, como es lo habitual, aluden a determinados derechos y libertades que hasta ese momento habían estado proscritas o, al menos, fuertemente restringidas en la práctica habitual.

Asimismo, se observan diversas novedades en la parte orgánica del texto constitucional al que aludimos, las cuales, al igual que las reseñadas con anterioridad con respecto al elenco de libertades recogidas en aquél, serán largamente analizadas con posterioridad.

En cualquier caso, influencias extranjeras como la proveniente de la Constitución belga de 1831, antes mencionada, resultan más que notables, hecho que es notoriamente apreciable en el evidente paralelismo existente entre el citado texto y la Constitución de 1869 que analizamos, siendo clara la afinidad de matices que se observa en los mismos.

Como señala el profesor CARRO MARTÍNEZ, en relación al aspecto mencionado, la influencia belga es perfectamente justificable, por cuanto que en aquel momento histórico concreto, la nación belga era, sin ningún género de dudas, la poseedora de código escrito que...

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