Frontera y fronterizos: el caso de los Alduides (Pirineo de Navarra)

AutorFernando de Arvizu
Páginas9-44

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1. ¿Por qué los alduides?

La frontera, por definición, es la línea -más o menos visible- que separa una nación de otra, un reino de otro, un país de otro. Cuando se piensa en una frontera -con abstracción de la situación europea que en ciertos aspectos ha excluido las fronteras interiores- de manera mecánica se piensa en una separación absoluta: lo que ocurre de un lado de la línea no tiene nada que ver con lo que ocurre del otro lado. Y nada hay menos exacto: las relaciones transfronterizas entre pueblos colindantes son inevitables, hasta el punto de que cuando no pueden emprenderse o continuarse de manera legal, se llevan a cabo al margen de la ley: tal es el caso del contrabando.

Por tanto, un análisis de la «vida de la frontera» dista mucho de ser sencillo: normalmente será de una extraordinaria complejidad. Y se ha elegido el caso de los Alduides1 porque entre Hendaya y Port-Bou no ha existido en la historia dePage 10 los Pirineos un conflicto tan largo, tan cruento y tan intenso como el de estas montañas2. Este trabajo pretende ser una reflexión jurídico-política sobre este conflicto.

Antes de continuar, conviene decir que los Alduides son una extensión montañosa de unas 28.000 ha., que limitan al Norte -en Francia- con los propios del valle de Baigorri, cuya capital es St. Etienne, aunque el valle cuenta con varios pueblos más. Por el Sur, lindan -en la Navarra española- con los propios del valle de Erro, llamado conmúnmente Valderro y de Burguete; al Este, con los propios de Roncesvalles y de Valcarlos, y al Oeste, con los propios del valle de Baztán3. La frontera actual no respeta los contornos meridionales de estos montes: es más, ni siquiera va por las crestas de las montañas, como se había dispuesto en el Tratado de los Pirineos, sino a media ladera. Los motivos que impusieron un trazado tan ilógico serán expuestos a lo largo de este trabajo; baste por ahora señalar que fueron lo suficientemente poderosos como para constituir la excepción de lo que era un principio jurídico inspirado por un condicionante geográfico: la línea de frontera debe pasar por las cumbres más altas de la cadena montañosa del Pirineo. Además, desde principios del siglo XIII, existen normas que se han ocupado de la delimitación y del disfrute de estos montes4. Es decir, fueron obje- Page 11 to de una abundante regulación jurídica, siempre planteada como respuesta a conflictos previamente suscitados, no entre los reyes o los gobiernos, sino entre las comunidades fronterizas.

En mi opinión, los Alduides constituyen un campo paradigmático para la aplicación de la metodología institucional de nuestra disciplina. Como enseñaba el maestro don Alfonso García Gallo, el Derecho surge como respuesta a la valoración que a la comunidad merece un problema o situación de importancia social considerable; y tanto en la situación en sí, como en la valoración, intervienen factores metajurídicos o externos que el historiador del Derecho debe conocer, para entender correctamente la norma o la institución jurídica objeto de su estudio. Unos factores pertenecerán al medio físico, y otros al cultural, entendido éste como conjunto de valores de toda índole compartidos por el grupo social.

Aplicando esta formulación al conflicto de los Alduides, veamos, en primer lugar, esa situación de hecho de importancia social considerable. Estos montes constituyen el medio de sustento del ganado de los valles fronterizos, principalmente Erro, Baigorri y Baztán, que viven en un sistema de economía silvopas-toril5. Pero aquí juega un papel determinante el medio geográfico. Mientras que, por el Sur, Valderro cuenta con buenos pastos de verano, sin necesidad de un aprovechamiento exhaustivo de los pastos altos -es decir, de la parte meridional de los Alduides, en la zona llamada Quinto Real-, Baigorri tiene muy pocos terrenos propios, y necesita de los pastos de los Alduides, a los que debe acceder después de una fortísima pendiente de rocas y heléchos -poco aprovechable para el ganado- hasta llegar al llano llamado de Jaurmendía6, donde hoy se alza el pueblo de Alduides, y seguir subiendo, hasta llegar a los pastos más altos, también en la zona del Quinto Real, en su vertiente norte.

Una economía silvopastoril implica que la agricultura tiene una importancia no fundamental. En los Alduides se cultivaba el maíz después de su introducción desde América. También se cultivaba la vid -los vinos de Irouléguy gozaban y gozan hoy de buena reputación- y el tabaco, llamado belarra -en la parte alta de los Alduides-, que debía tener una calidad más bien baja. Los recursos fundamentales para la vida de los valles fronterizos son el aprovechamiento del bosque: madera, carbón vegetal, así como el aprovechamiento ganadero. Hasta el siglo XVII, el ganado predominante en Francia era el bovino, pero en la segunda mitad, el ministro Colbert impulsó la cría del ganado ovino, que necesita de mucha más superficie de pastos para sustentarse. La finalidad de ColbertPage 12 era hacer la competencia a las lanas españolas, de manera que los baigorrianos encontraban un negocio lucrativo en la cría de ovejas, que además necesitan de pocos cuidados fuera del esquileo y del ordeño para la fabricación de quesos de consumo doméstico.

Además, ha de considerarse la importancia de la demografía. Mientras que, del lado altonavarro, las tierras tenían una población a la vez reducida y bastante estable, del lado francés ocurría exactamente lo contrario: el crecimiento vegetativo de las familias baigorrianas no contaba con suficientes terrenos para sustentar al ganado, que era su modo de vida. La actividad extractiva de mineral de hierro, comenzada en el siglo XVIII en una fundición propiedad del vizconde de Etchauz -la antigua La Fondérie, hoy llamada Banca- vino a complicar más las cosas, al atraer gente foránea y añadir bocas que alimentar con los mismos terrenos, de por sí insuficientes para los habitantes oriundos del valle de Baigorri7.

Pasemos ahora a examinar la valoración de esa situación. El aprovechamiento de los Alduides era algo vital para todas las partes, pero los derechos de cada una de ellas no eran iguales; es más, los de los baigorrianos estaban basados mucho más en vías de hecho que en las normas y en los Tratados convenidos a lo largo de los...

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