Filosofía de la Miseria

AutorJavier Divar
Cargo del AutorDoctor en Derecho. Profesor de Derecho Mercantil de la Universidad de Deusto. Director del Departamento de Derecho de la Empresa.
Páginas15-22

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Tras años de dedicación al estudio del cooperativismo, he llegado al convencimiento de la utilidad de que el pensamiento económico cooperativista se enfrente comparativamente con las posiciones del capitalismo avanzado, para que de la comparación se pueda resolver sobre la conveniencia práctica de la alternativa de sus valores al "pensamiento único" que el capita-lismo actual impone.

Los años de cumplimentación de ésta línea de investigación me dan legitimidad, o al menos así lo espero, para escribir estas reflexiones apartándome, de ordinario, del tradicional método de citas sistemáticas, que como alguien dijo con buen humor, convierten muchos estudios académicos "en una casa de citas".

Debo de confesar que la pereza también ha mediado para que haya transcurrido el tiempo sin haber ordenado, hasta ahora, este resumen de posiciones personales, pera ya es bien sabido que un buen vago no se improvisa.

También ha de considerarse que el reposo del tiempo madura las ideas, máxime cuando se ha pasado sobradamente de la media-

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na edad y se entra en la etapa en al que, en el acelerado mundo actual, se conforma el limbo de los irreciclables, en la que se tiene no sólo la perspectiva sino también la libertad para manifestar la propia opinión, perdidos los "perfiles sociales", que son limitativas mordazas para quien espera algo ("el que escribe se proscribe", se dijo en la transición española desde la dictadura franquista).

Si tuviera que resumir en unas pocas palabras la esencia de estas reflexiones personales, debería decir que al final de todo, desde el escepticismo, la duda y la sombra de los tecnicismos que emborronan la visión, desde la desconfianza en lo humano, después de todo ello (y recuerdo aquí a mi padre, un viejo juez, que tras muchos años de judicatura decía: -"Al final, sólo creo en Dios y en el bicarbonato"-), debo decir que sigo creyendo en la esperanza cooperativa. Tengo para mí que las cooperativas pueden ser, como mínimo (porque, en el mejor caso, sus valores pueden servir para suavizar los actuales valores materialistas e insolidarios), una solución práctica para millones de seres humanos "afuerinos" (como diría un chileno) del sistema capitalista globalizado. La opción empresarial de los pobres (la inmensa mayoría de la humanidad). La aportación organizativa empresarial más eficiente que puede hacerse al llamado Tercer Mundo, si queremos superar la humillante caridad. También estoy convencido de que los principios cooperativos nos hacen mejores como personas, elevan nuestros valores, nos llevan al sueño quizá utópico (pero seductor) de un mundo mejor, aunque seamos ilusos y no "científicos" (Carl Marx, dixit, en contestación a la proudhoniana "Filosofía de la Miseria").

Quiero creer en la cooperación...

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