Federalismo multinivel y el futuro de Europa

AutorMichael Keating
Cargo del AutorChair in Scottish Politics at the University of Aberdeen. Director of ESRC Centre on Constitutional Change
Páginas47-65
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Federalismo multinivel y el futuro de Europa
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Chair in Scottish Politics at the University of Aberdeen
Director of ESRC Centre on Constitutional Change
Introducción
El reajuste de Europa
Gobernanza multinivel o federalismo multinivel
Federalismo coordinado, cooperativo y competitivo
Federalismo plurinacional
Reflexiones finales: Europa como federación multinivel
Referencias
INTRODUCCIÓN
Los estudios de la UE han estado dominados por una división entre perspectivas
intergubernamentales y neofuncionalistas. En el caso de los intergubernamentalistas,
su unidad de análisis es el estado-nación, a menudo considerado un agente más o menos
unitario, pero esta perspectiva cosifica el estado, viéndolo como el único interfaz entre Europa
y los agentes sectoriales o territoriales de los propios estados. Por su parte, el neofuncionalismo
se critica por su teleología y por su incapacidad a la hora de explicar lo que realmente ha
ocurrido. Una perspectiva federalista considera el nivel europeo como un escenario político
en el que examinar la política, la mediación de intereses y las complejas relaciones entre los
niveles nacional y europeo. Vuelve a introducir asuntos normativos como el equilibrio de
poder, la subsidiariedad, la soberanía, la representación y la solidaridad.
Sin embargo, si queremos adoptar una perspectiva federal a nivel europeo,
lógicamente debemos ampliar nuestro enfoque para tener en cuenta también el nivel
subestatal. No obstante, el nivel subestatal no es un conjunto de unidades fijo y conocido
que pueda ser plasmado en una constitución federal, sino un ámbito muy heterogéneo y
cambiante. Mientras el rescaling, o reajuste territorial, altera las relaciones entre función,
movilización política e instituciones, la integración europea y el gobierno regional
pueden verse como esfuerzos que van de la mano para recuperar ámbitos políticos que
Michael Keating
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han escapado del alcance de los estados-nación. Los reajustes ascendente y descendente
son proyectos controvertidos que no pueden resolverse haciendo referencia a argumentos
puramente funcionales.
La importancia del nivel subestatal se ha puesto de relieve en debates sobre: la Europa
de las regiones; la perspectiva territorial sobre política comunitaria y su implantación;
el impacto de Europa sobre el federalismo intra-estatal; el potencial para acomodar las
reivindicaciones de autodeterminación dentro del marco europeo global; y la representación
de los intereses territoriales en el proceso de la política europea. Existe una búsqueda de
mecanismos que permitan institucionalizar este “tercer nivel”, pero aún no se ha llegado
a ninguna solución. Una perspectiva federal tiene la ventaja analítica de centrarse en las
relaciones entre territorio, función e instituciones, a la vez que trata asuntos normativos que
incluyen la representación, la soberanía y la solidaridad. No obstante, también debe tener
en cuenta los recientes avances de la teoría federal, que la historizan y se alejan del modelo
estadounidense. Ése es el punto de partida de este artículo, que considera el federalismo
como un conjunto de principios analíticos en lugar de una forma de gobierno fija. Europa
no es una federación, según las definiciones más comunes de la misma, pero el federalismo
puede ayudarnos a entender su dimensión territorial.
EL REAJUSTE DE EUROPA
Las interpretaciones modernistas de la construcción del estado consideraban que se
trataba de un proceso de integración territorial y diferenciación funcional en el que la
política iba por detrás del cambio social. Sin embargo, tal como demostró Stein Rokkan
(1999), algunos de los principales puntos débiles sociales continuaron presentes en los
estados. Podría realizarse un mapa conceptual de Europa que no se limitara a las fronteras
entre estados, sino que reconociera las complejidades subyacentes. No obstante, la idea
de que el territorio desaparecería como principio de organización social resucitó en las
postrimerías de la Guerra Fría con una avalancha de publicaciones sobre el tema del final
del territorio o de un mundo sin fronteras (Badie, 1995; Ohmae, 1995). La mayor parte
de dichas publicaciones se refería al final del estado como marcador dominante de un
territorio, que era el modo en que lo consideraban las interpretaciones más realistas de las
relaciones internacionales, y pertenecía a la categoría de estudios sobre globalización. Sin
embargo, si desvinculamos conceptualmente el territorio del estado-nación, la imagen se
vuelve más compleja. No era tanto una des-territorialización de los sistemas económico
y social, sino más bien una re-territorialización de los mismos, dado que las funciones y
la articulación política avanzaban hacia nuevas escalas horizontales y verticales respecto
al estado. En esto consiste el proceso de rescaling, es decir, en un proceso de reajuste en
el que el territorio, no solo sobrevive como legado del pasado, sino que se reproduce
continuamente (Brenner, 2009; Jessop, Brenner y Jones, 2008; Keating, 2013).

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