La Facultad de Derecho, espejo del conflicto político

AutorJosé María Puyol Montero
Páginas23-47
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I
LA FACULTAD DE DERECHO,
ESPEJO DEL CONFLICTO POLÍTICO
1. Los días de la proclamación de la II República
Cuando el 14 de abril de 1931 fue proclamada la II República, la Facultad
de Derecho de la Universidad Central siguió muy de cerca aquellos aconteci-
mientos y los vivió con una particular intensidad. Ya desde los comienzos de
la Dictadura de Primo de Rivera la universidad en España se había conver-
tido en un campo de disputa ideológica1. La politización que había envuelto
distintos órdenes de la sociedad española encontró allí un importante caldo
de cultivo, porque debe haber pocos sitios en que se muevan con tanto vigor
las ideas y las ideologías como en la universidad, y más en aquellos años de
apasionamiento de la II República. Y todo lo que se gesta en el mundo univer-
sitario suele tener una gran repercusión en el resto de la sociedad.
1 “Como en el resto de España, durante la Dictadura del general Primo de Rivera tuvo
lugar una importante politización de la universidad de Madrid, con constantes incidentes
que enfrentaron a los estudiantes entre sí y con las autoridades políticas y académicas”
(Jaume Claret Miranda, El atroz desmoche: la destrucción de la universidad española
por el franquismo, 1936-1945, Barcelona 2006, p. 288; “El 16 de marzo, el Directorio pro-
mulgó un decreto por el que se clausuraba la Universidad Central hasta el 1 de octubre de
1930, por lo que sus alumnos se verían obligados a examinarse en otros distritos. Durante
doce días, las vías más céntricas de la capital (Alcalá, Castellana y Puerta del Sol) fueron el
escenario de una inaudita batalla campal entre los estudiantes y las fuerzas de orden públi-
co, que se saldó con la muerte de un huelguista y numerosos heridos y detenidos. Las ex-
presiones de solidaridad de más de un centenar de profesores (entre ellos, Felipe Sánchez
Román, Fernando de los Ríos, Alfonso García Valdecasas, Wenceslao Roces, José Ortega
y Gasset y Luis Jiménez de Asúa, que abandonaron voluntariamente sus cátedras) dieron
marchamo de respetabilidad a la protesta, recreando un ambiente de tensión académica
que recordaba la “cuestión universitaria” de 1865” (Eduardo González Calleja, “La politi-
zación de la vida universitaria durante los años veinte y treinta”, La Universidad Central
durante la II República. Las ciencias humanas y sociales y la vida universitaria (1931-
1939), Eduardo González Calleja y Álvaro Ribagorda (ed.), pp. 271-300, Madrid 2013, pp.
276-277. También Genoveva García Queipo de Llano, “La rebelión de los estudiantes y la
movilización intelectual contra la Dictadura (1929)”, Boletín de la Real Academia de la
Historia, CLXXXIV-II (Madrid, mayo-agosto 1987), pp. 332-357.
JOSÉ MARÍA PUYOL MONTERO
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Quizás nadie como Primo de Rivera sufrió lo que suponía tener enfrente
a estudiantes y profesores y, en general, a los intelectuales2. No quedaban
entonces muy lejanos aquellos incidentes que llevaron a varios profesores de
aquella prestigiosa Facultad de Derecho de la Central –entre ellos, Luis Jimé-
nez de Asúa y Felipe Sánchez-Román– a enfrentarse directamente contra la
política del Primo de Rivera y a renunciar a sus cátedras como protesta por la
política del dictador3. Lo mismo hicieron otros conocidos profesores de aque-
lla Universidad, como José Ortega y Gasset o Fernando de los Ríos. El Minis-
terio de Instrucción Pública y Bellas Artes, dirigido por Callejo de la Cuesta,
aceptó entonces la renuncia a sus cátedras, con el consiguiente disgusto de la
junta de facultad de Derecho. Pero poco después, incluso su decano Rafael
Ureña fue también invitado por el ministro a dimitir de su cargo, lo que de
nuevo provocó la indignación y la solidaridad de aquellos profesores4.
Los días anteriores a aquel 14 de abril de 1931 fueron convulsos en Madrid.
La tensión que se vivía en las aulas universitarias quedó así reejada en las
actas de la junta de facultad de Derecho:
2 Ya desde la primavera de 1925 habían tenido lugar las primeras protestas orga-
nizadas contra la Dictadura y hubo un incidente serio durante un acto celebrado en la
Escuela Especial de Ingenieros Agrónomos de Madrid cuando acudió el rey Alfonso XIII
a clausurar el curso académico. Pero la cuestión universitaria se disparó a partir de 1926
y se sucedieron los incidentes de protesta contra el rey y contra la política del dictador.
Desde marzo de 1929 hubo graves sucesos universitarios que afectaron seriamente a la
Universidad de Madrid. Con motivo de una huelga estudiantil convocada desde el 7 de
marzo, por decisión del Gobierno de la Dictadura todas las autoridades académicas de la
Universidad fueron suspendidas y sustituidas por un Comisaría Regia de la que formaban
parte, entre otros, dos conocidos catedráticos de Derecho de la Universidad Central: De
Diego y Díez Canseco. Los decanos de las distintas Facultades pidieron que fueran restitui-
das en sus funciones las autoridades académicas y que se dejase en libertad a un alumno
detenido llamado Sbert. Después de momentos de cierta tensión, la recticación del Go-
bierno tuvo lugar dos meses después y la Universidad Central fue reabierta a continuación.
Pero los también catedráticos de Derecho de Madrid Sánchez-Román y Jiménez de Asúa
decidieron seguidamente renunciar a sus cátedras como protesta por la intervención gu-
bernamental” (acta de la junta de facultad, 1 julio 1929, fols. 139 y ss.; véase también José
María Puyol Montero, “El plan de estudios de Derecho en la Universidad Central”, CIAN 8
(2205), pp. 281-358, pp. 312 y 315).
3 Acta de la junta de facultad, 1 de julio de 1929, fols. 140-145; 11 de diciembre de
1929, f. 163; y 28 de febrero de 1930, fols. 168-170.
4 Acta de la junta de facultad, 17 de marzo de 1930, fols. 173-177; y de 9 de abril de
1930, f. 177.

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