Factores actitudinales y cognitivos de los empresarios nacientes.

AutorPilar Valencia DeLara - Juana Patlán Pérez
CargoFacultad de Ciencias Sociales, Universidad de Castilla-La Mancha - Facultad de Psicología de la UNAM
Páginas3-20

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1. Introducción

La perspectiva psicológica especialmente desde el enfoque tradicional ha sido pionera y generadora de la mayor parte del trabajo empírico desarrollado en CE (Mintzberg Ahlstrand y Lampel, 1999; Lee y Tsang, 2001). Esta perspectiva se ha interesado por identificar los rasgos de personalidad y las características demográficas del empresario. Sin embargo, en los últimos años, las investigaciones desarrolladas desde este enfoque han sido fuertemente cuestionadas, debido a las metodologías utilizadas en las mismas. No obstante, a pesar de que estos estudios poseen cierta debilidad de tipo metodológico (Gartner, 1988; Robinson, Stimpson, Huefner y Hunt, 1991), éstas han sido el punto de inicio para el desarrollo de la investigación en CE (Ucbasaran y Westhead, 2002).

De ahí que desde el enfoque de la Psicología Social, en los últimos años, se han desarrollado otros estudios que intentan identificar cuáles son esas actitudes, percepciones, habilidades cognitivas, creencias o valores que poseen o desarrollan los individuos que ponen en marcha una empresa. Al respecto, Shaver y Scott (1991) indican que si nosotros queremos entender al empresario necesitamos estudiar las representaciones mentales características de estos sujetos y el modo como proyectan el ambiente en sus profesiones. Desde esta perspectiva se considera que nosotros

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aprendemos las creencias, actitudes y asunciones sobre el mundo, desde los días más tempranos de nuestra vida hasta la madurez (Katz, 1992a; Krueger y Breazeal, 1994), es decir, el aprendizaje continuo es una constante en el ser humano.

A continuación nos centraremos en la revisión de algunos de los principales estudios de CE desarrollados desde la perspectiva de la Psicología Social, con el objeto de establecer cuáles son esos factores actitudinales y cognitivos que pueden influir en la puesta en marcha de un nuevo negocio.

El estudio se estructura en los siguientes cuatro apartados: 1. Introducción; 2. Factores actitudinales relacionados con el empresario; 3. Cogniciones del emprendedor; y 4. Conclusiones.

2. Factores actitudinales relacionados con el empresario

La Teoría de las Actitudes ha sido ampliamente estudiada y aporta elementos tanto teóricos como prácticos para el estudio de la creación de empresas (Robinson, et al., 1991; McCline, Bhat y Baj, 2000; Solymossy y Hisrich, 2000; Moriano, Trejo y Palaci, 2001), ya que la principal característica de las actitudes es precisamente su naturaleza dinámica y cambiante (Solymossy y Hisrich, 2000), de tal forma que los estudios desarrollados desde esta perspectiva permiten considerar la creación de empresas como un proceso dependiente del individuo y el ambiente (Shaver y Scott, 1991; McCline, et al., 2000).

En la literatura basada en la teoría de las actitudes se distinguen dos enfoques de acuerdo a los componentes de las mismas. En el primer enfoque se considera que las actitudes tienen un solo componente: las reacciones afectivas; mientras que el segundo enfoque sugiere que toda actitud posee tres elementos -afectivo, cognitivo y conductual- que se integran entre sí dando origen a la propia actitud (Robinson, et al., 1991). En este enfoque tripartito, el componente afectivo consiste en esos sentimientos positivos o negativos que experimenta el sujeto respecto al objeto de la actitud, de tal manera que este componente captura la forma como el individuo siente el estímulo del medio ambiente. Mientras que el componente cognitivo se refiere al conjunto de creencias y pensamientos del individuo en relación con el objeto de la actitud; a

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diferencia del elemento correspondiete a la conducta, que se centra en las intenciones o predisposiciones de tipo conductual del sujeto, para asumir un determinado comportamiento frente al objeto de la actitud, recogiendo así el comportamiento del individuo respecto al estímulo medioambiental.

Ahora bien, uno los de constructos estudiados en la creación de empresas desde el enfoque tripartito de la psicología actitudinal es la innovación (Robinson, et al., 1991; McCline, et al., 2000); de ahí que a continuación el trabajo se oriente a este factor.

2.1. La innovación: La principal actitud del empresario naciente

Un factor que ha sido objeto de atención por parte de los estudiosos de la creación de empresas es la innovación, sin embargo ésta es factor que ha sido estudiado más en el campo de la tecnología y el diseño que desde la propia psicología actitudinal (Brazeal y Herbert, 1999).

La innovación tradicionalmente ha sido definida como la aplicación exitosa de ideas creativas (Brazeal y Herbert, 1999). Una definición de innovación aplicable a la actividad empresarial se entiende que debe estar en consonancia con las definiciones de empresario y empresa desarrolladas por Schumpeter (1963), considerando por tanto la innovación como una actitud del sujeto y no como una característica de personalidad; pues como Schumpeter señala, la condición de empresario no es vitalicia sino temporal y sólo se adquiere cuando el individuo realiza nuevas combinaciones. De ahí que en este estudio se adopte la definición de innovación sugerida por Robinson et al. (1991), entendiendo por innovación la capacidad del individuo de percibir y actuar de maneras nuevas y únicas en las actividades empresariales.

De otra parte debe distinguirse la creatividad de la innovación, ya que la creatividad se manifiesta en la generación de ideas, mientras que la innovación se orienta a la aplicación de esas nuevas ideas generadas a través de la creatividad. Así la creatividad es una característica del ser humano que no es igual para todas las personas (O’connor y Rice-Hao Ho, 2001), pues ésta es una función de la pericia (que comprende el conocimiento adquirido y las habilidades del sujeto para desarrollar su trabajo), la

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capacidad de pensamiento creativo (consistente en el grado de flexibilidad de pensamiento con él que los individuos afrontan sus problemas) y la motivación (intrínseca o extrínseca).

La innovación, de manera similar a la creatividad, requiere de talento, ingenio y conocimiento, además de diligencia, perseverancia y entrega (Drucker, 2000). Sin embargo, la diferencia más clara entre estos dos conceptos -creatividad e innovación- puede estar en que la creatividad puede ayudarse a desarrollar, ya que existen actitudes y acciones que contribuyen a reforzar la creatividad de los individuos (Amabile, 2000); mientras que la mayoría de las innovaciones exitosas son el resultado del trabajo disciplinado, consistente en la búsqueda consciente y deliberada de oportunidades para la innovación (Drucker, 2000).

3. Las cogniciones del emprendedor

Debido al escaso éxito obtenido por los estudios centrados en los rasgos de personalidad, la investigación en CE en los últimos años se ha orientado al estudio de las cogniciones del sujeto que toma la decisión de crear una nueva empresa (Palich y Bagby, 1995; Das y Bing-Sheng, 1997; Mintzberg, et al., 1999).

De esta forma, Kirzner es el pionero en abrir el camino para el estudio de la CE desde el enfoque cognitivo (Das y Bing-Sheng,1997). Este economista propuso y sustentó su teoría de reconocimiento de oportunidades, postulando que en el centro del descubrimiento se encuentra una capacidad humana de tipo cognitiva -la perspicacia o vigilancia de empresa- que es la que le permite al individuo descubrir y aprovechar oportunidades que otros no ven.

Por otro lado, el estudio de las cogniciones del hombre tiene su origen en las investigaciones de Herbert Simon y Noam Chomsky. Para estos científicos cognitivos el pensamiento es un conjunto de procedimientos lógicos de inducción y deducción o reglas lingüisticas (Root-Bernstein y Root-Bernstein, 2002; Kickul, Gundry, Barbosa y Whitcanack, 2009). En este sentido, las cogniciones se definen como todos los procesos por los que la entrada sensorial se transforma, reduce, guarda, elabora, recupera y utiliza (Mitchell, Smith, Seawright y Morse, 2000: 975).

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Así, en los últimos años desde el enfoque cognitivo se ha incrementado el interés por investigar cómo en la mente del individuo, en nuestro caso del empresario, se representa la...

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