Examinando las redes de actores en el análisis de las políticas públicas: debate teórico y técnicas cuantitativas

AutorJacint Jordana
CargoCoordinador del número
Páginas9-15

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Analizar los actores que participan en la definición, elaboración o puesta en práctica de las políticas públicas es una tarea muy importante, por cuanto nos permite conocer a los protagonistas del proceso político así como avanzar en el conocimiento de los motivos de sus acciones. Las limitaciones de carácter interno que afrontan para desarrollar sus estrategias y conseguir sus objetivos, las relaciones que establecen entre ellos y el estilo a la hora de configurar sus posiciones son algunos de los aspectos que pueden ser explorados y discutidos de forma sistemática con el apoyo de distintos modelos interpretativos. El análisis de las redes de actores constituye una de las posibles direcciones a seguir para estudiar el papel de los actores en los procesos políticos, tomando sin duda una perspectiva de carácter más estructural, en el sentido de suponer que la configuración de las relaciones entre los actores nos puede ayudar a entener el proceso político, más alla de las caracteristicas puramente individuales de cada uno de los participantes.

Así, partiendo de esta concepción, el estudio de las redes de actores en el marco del análisis de las políticas públicas sectoriales, y más en general sobre el proceso de toma de decisiones políticas, se ha ido desarrollando paulatinamente en las últimas décadas (Rhodes, 1990; Marin y Mayntz, 1991; Jordana, 1995; Thatcher, 1998), y actualmente constituye una perspectiva con una trayectoria ya ciertamente prolongada dentro de la Ciencia Política, que ha dado lugar a un amplio número de estudios y publicaciones, bien de carácter teórico, bien empírico, en las que se han empleado herramientas cuantitativas y cualitativas (Leifeld, 2007; Schneider et al., 2007).

Aunque los estudios basados en aplicaciones del análisis de redes de actores han sido frecuentes a lo largo de los años, también es cierto que a menudo han ido acompañados de una intensa discusión conceptual sobre la potencialidad de este enfoque para esclarecer algunos de los problemas clásicos del análisis de las políticas públicas. Tal vez, como señala Borzel (1998), una forma de simplificar la confusa variedad de interpretaciones y aplicaciones vinculadas con las redes de políticas públicas sea considerar la exis-

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tencia de dos grandes visiones entorno a esta perspectiva. Por un lado, la escuela anglo-sajona, que vincula el estudio de las redes con los modelos de intermediación de intereses y, en un plano más empírico, con la aproximación cuantitativa a las interpretaciones pluralistas; y por otro lado, la escuela germánica, más cercana a los modelos teóricos de la gobernanza, donde las redes se equiparan con formas de dirección política distintas a las jerarquías y los mercados, identificando a éstas con la infraestructura de procesos más consensuales de toma de decisiones. Estas dos visiones han dado lugar a una gran variedad de conceptos e interpretaciones, incluyendo algunas aproximaciones híbridas (van Waarden, 1992; Rhodes, 1997), así como numerosas polémicas y discusiones, que a veces ponían en duda su propio valor explicativo como perspectiva teórica (Dowding, 1995) o criticaban la relativa ausencia del Estado en su análisis (Zurbriggen, 2004).

En la última década, no obstante, la intensidad de los debates más teóricos se ha ido reduciendo, especialmente en lo que se refiere a las expectativas de poder explicar, mediante la identificación de la estructura de las redes, los posibles resultados de las políticas y las formas que podrían tomar los procesos políticos. El determinismo inherente en estas aspiraciones se ha visto escasamente refrendado por resultados empíricos, mientras que se ha destacado más las posibilidades de análisis de contexto que ofrece el estudio de las redes de actores, como por ejemplo la posibilidad de identificar distintas configuraciones de poder a través de sectores y países (Adam y Kriesi, 2007), o la capacidad de determinadas estructuras relacionales para reducir los costes de transacción en los procesos de decisión política (Hindmoor, 1998). Estudios recientes con una fuerte orientación empírica, utilizando diversos métodos cuantitativos para medir la estructura de las redes, nos muestran algunas aplicaciones del análisis de redes de actores que incluyen las lógicas de gobierno multi-nivel en las configuraciones de poder (Kriesi, Adam y Jochum, 2006) o la evolución de las redes de asociaciones empresariales frente a los cambios de su entorno (Grote, Lang y Schneider, 2008).

El análisis empírico de las redes de actores nos permite identificar la percepción de cada actor sobre...

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