Evolución histórica de la sexología forense. El nacimiento de la Medicina Legal y los grandes clásicos (Siglos XVI-XIX)
| Autor | Jorge González Fernández |
| Páginas | 47-72 |
MANUAL DE ATENCIÓN Y VALORACIÓN PERICIAL EN VIOLENCIA SEXUAL GUÍA DE BUENAS PRÁCTICAS 47
CAPÍTULO 2
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA SEXOLOGÍA
FORENSE. EL NACIMIENTO DE LA MEDICINA LEGAL
Y LOS GRANDES CLÁSICOS (SIGLOS XVI-XIX)
Jorge González Fernández
La valoración pericial de las víctimas de violencia sexual ha experimentado
a lo largo de la historia notables modicaciones relacionadas con las convenciones
sociales de cada época y con la adaptación de la norma jurídica a su evolución.
La afrodisiología forense, sexología forense, ginecología forense, o como
quiera haberse denominado al estudio médico-legal de las víctimas de violencia
sexual, ha recibido diferentes orientaciones a lo largo de la historia, estrecha-
mente relacionadas con los condicionantes jurídicos, sociales y religiosos bajo los
que se desarrollaba la vivencia de la sexualidad, asignando a varones y mujeres
diferentes roles que inuyeron, en los albores de la medicina legal, no solo en el
concepto de violencia sexual, sino el modo de atender a las víctimas de este tipo
de delitos.
En palabras de Vigarello (1) «la violencia sexual no tiene el mismo conte-
nido jurídico a algunas décadas de distancia. La sensibilidad ante la violencia no
tiene los mismos criterios ni los mismos grados». De ahí que cuestiones relaciona-
das con el bienestar de la víctima, con su confort, con la recepción del mejor trato
durante la evaluación pericial, ni siquiera se planteaban en los primeros grandes
tratados de Medicina Legal, en los que la importancia parecía recaer únicamente
en la demostración de la violencia, bien a través de los signos propios del primer
contacto sexual, mediante un minucioso estudio del himen, o bien con la consta-
tación de otras lesiones propias de la fuerza empleada para la consecución ilícita
del acto sexual.
JORGE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ
CAPÍTULO 2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA SEXOLOGÍA FORENSE. EL NACIMIENTO DE LA MEDICINA LEGAL Y LOS GRANDES …
JORGE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ COORDINADOR48
La denominación «Delitos contra la honestidad», que ya ponía en cuestión
el que una mujer de la que se probase que no llevaba una vida «recatada» pudie-
se ser sujeto pasivo de este delito, quedó hace tiempo superada social y también
jurídicamente, aunque, pese a ello, existen textos médico-legales relativamente
recientes en los que se recomienda al perito que deje constancia de las vestimentas
de la víctima y de si «se trata de ropas humildes, modestas o, por el contrario, si
son llamativas o provocativas».
Como ya se ha expuesto, importancia capital en toda la literatura forense
se le da al himen, por cuanto sus lesiones pueden ser el único hallazgo visible
tras un acometimiento sexual. Es evidente que la desoración conlleva una se-
rie de signos claramente objetivables, y que de no existir tal membrana como
consecuencia de una normal vida sexual activa, los datos que pueden extraerse
en la exploración ginecológica suelen ser inexistentes. Es precisamente esa gran
trascendencia de las lesiones himeneales la que ha marcado históricamente la
valoración pericial en estos casos, haciendo que la mayor parte de los grandes
tratadistas a lo largo de la historia estableciesen al himen como el objeto de la
valoración médica pericial; por ello hacen rigurosas descripciones de sus diferen-
tes tipos y de la localización de los desgarros en el momento de la desoración,
dedicando atención a la existencia de lesiones extragenitales como prueba de la
resistencia ofrecida por la mujer, pero sin reparar en modo alguno en el estado
emocional de la víctima y en las repercusiones psicológicas que sobre ella tiene
el evento traumático.
Y así, siendo las lesiones el centro de la actuación médico-forense en orden
a aportar al juzgador los datos necesarios para el esclarecimiento de la verdad ju-
rídica, no es hasta principios del siglo XXI cuando se toma en rme consideración
que la mujer en estos casos no solo es prueba de un delito, sino también víctima
del mismo, y que por tanto necesita de una atención especial que, por una parte le
induzca a colaborar en la obtención de cuantos indicios y pruebas pueda haberle
ocasionado o transferido el agresor y, por otra, le permita afrontar el trauma en las
mejores condiciones para su superación.
Con carácter general puede decirse que todos los grandes tratadistas han
abordado los atentados contra las costumbres, contra la honestidad, contra la li-
bertad sexual… siguiendo el camino que los Códigos vigentes en cada momento y
país les marcaban, pero cabe armar, siguiendo a Casper (2) cuando habla de una
de las formas concretas de este tipo de delitos que «También en este asunto, todo
el mundo siempre ha copiado bona de a sus predecesores y ha generalizado los
mayores errores de diagnóstico».
Veamos por ello, en una revisión histórica, la manera en que la medicina–le-
gal se ha enfrentado a esta cuestión a través de los siglos.
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