Evaluación y satisfacción: ¿medimos el impacto?

AutorIsmael Crespo Martínez - Cecilia Nicolini - Juan Parodi
Páginas121-125

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Poco se ha estudiado y trabajado en el ámbito de la evaluación e impacto de la comunicación interna en las instituciones. No solo no se tiene en cuenta en la mayor parte de ellas, sino que en los estudios desarrollados hasta el momento tampoco se indaga sobre esta cuestión.

Actividades como la comunicación encuentran en muchas ocasiones dificultades metodológicas a la hora de medir su impacto. Pero esto se debe en gran medida a: 1) porque se cree que solo lo que es cuantificable monetariamente es

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susceptible de ser medido, 2) porque no se han desarrollado las herramientas adecuadas para poder medir y 3) porque simplemente se actúa bajo una lógica que responde a la vorágine del día a día, sin mayor interés por planificar y ejecutar las acciones de forma que causen un mayor impacto.

En la era en la que casi cualquier objeto o proceso puede ser «prototipado» en una universidad, un centro de innovación de una empresa o en el garaje de una casa, el factor metodológico no debería ser una traba. Y si pensamos en el dinero que se invierte en personas, formación, herramientas de comunicación -entre otros- y lo relacionamos con los índices de productividad, disminución del absentismo o reconocimientos externos, sí que lo podemos cuantificar económicamente. Por tanto, la evidencia nos muestra que debemos atacar en primer lugar la tercera opción mencionada: tomarnos la comunicación interna como una cuestión estratégica prioritaria para alcanzar los objetivos de la institución.

Hoy más que nunca, que la sociedad exige rendición de cuentas de la labor de las Administraciones Públicas, debemos ser capaces de responder con agilidad brindando la máxima información de una forma clara, transparente y veraz. Pero como siempre mencionamos, primero se debe empezar en el interior.

En el año 2014, el 30% de las Administraciones Públicas de España no realizó ningún tipo de análisis o evaluación de las acciones de comunicación interna en su institución, ni siquiera reuniones esporádicas con los responsables de la actividad (una de las opciones).

[VER PDF ADJUNTO]

De aquellos que sí realizaron algún tipo de análisis o evaluación, la mayoría eligió métodos sencillos relacionados con el día a día como reuniones esporádicas en un 95% o de tipo reactivo, cuando se debe analizar una situación derivada de un conflicto interno, en un 89%. Solo el 34% de quienes realizaron alguna evaluación hicieron encuestas a los empleados, focus groups (34%) o...

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