Estudios sobre la jurisprudencia civil, de L. Díez Picazo.

AutorJosé María Chico y Ortiz
Páginas405-410

    DÍEZ PICAZO, L.: Estudios sobre la jurisprudencia civil. Editorial Tec-nos. Volumen I. 2.a edición. Madrid, 1973.

En el año 1966, cuando empezaba a hacer mis primeros ensayos en materia de recensiones en la Revista de Derecho Notarial, publiqué una referida a la primera edición de esta obra, y mi trabajo fue no sólo elogioso para el autor, sino que en él expuse con plena objetividad el gran valor que suponía como aportación al estudioso. Es curioso que en el prólogo de demasiado, por cuanto que, en general, estaba dictada por móviles de amistad, en unos casos, y de generosa benevolencia, en otros». La primera esta segunda edición el autor diga «que en la crítica no se debe confiar vez que cené con Luis Díez Picazo fue dos años más tarde de hacerle la crítica de la obra, pues yo no le conocía personalmente entonces y circuns-tancialmente se presentó la ocasión de la cena, en la que uno de los temas fue esa recensión hecha a persona sólo conocida de nombre.

El hacer andar una obra de Derecho por segunda vez en un mercado tan limitado como el español, supone unos valores que la crítica, con su benevolencia, no le pudo prestar. Es bien cierto que mis compañeros de Page 406 recensión, Amorós, en la Revista Crítica, y De los Mozos, en la de Derecho Privado, se anticiparon a lo que la realidad ha venido a demostrar.

Por supuesto que este primer volumen ha sufrido ciertos retoques, que el autor explica en su prólogo. Se han recogido una serie de sentencias comentadas que han visto la luz en esos cinco años que separan las dos ediciones, así como se han añadido ciertas notas y comentarios producto de esa constante evolución del pensamiento del escritor a medida que va pasando el tiempo. Sistemáticamente se ha alterado algo la anterior, y fundamentalmente, en lo referente al Derecho de daños, en razón-como dice el autor-a la importancia teórica y práctica que cada día, insistentemente, va adquiriendo.

Aparte del servicio práctico que la obra me proporciona en mi constante peregrinar por el campo del Derecho, debo destacar cómo la parte más releída por mí sigue siendo el prólogo, del cual ya he tomado más de una vez, a efectos de hacer una cita, aquellas frases sobre la forma de exponer en lo sucesivo la jurisprudencia, y que puede ser su manera de presentárnosla en este volumen: «Una investigación verdaderamente seria de la jurisprudencia no debe proponerse solamente el análisis minucioso de la corrección y de la exactitud de los argumentos de lógica jurídica, sino que debe proceder a un examen detenido y riguroso de los factores condicionantes de la decisión. Cabe así preconizar desde ahora lo que acaso podríamos llamar una interpretación sociológica de la jurisprudencia.»

Creo que mi mejor homenaje a esta obra es reproducir lo que en el año de la publicación de la primera edición dije, para así conservar esa objetividad que entonces tuve y que ahora, después de iniciada la amistad con el autor, sería más difícil de mantener, pues sin querer, la amistad obliga al recensionista a buscar el posible fallo que compense la balanza del elogio.

Todos recordamos aquellas famosas frases del maestro Castán al explicarnos el ámbito de la interpretación, que decían: «La doctrina moderna rechaza la máxima in claris non fit interpretatio, todavía recogida algunas veces en la jurisprudencia de nuestros Tribunales, y entiende que la interpretación se aplica a todas las leyes, sean claras u oscuras, porque no hay que confundir la interpretación con la dificultad de la interpretación.» Pues bien, este principio moderno rige también en materia de recensiones, y al recensionista no se le ha podido perdonar la de este libro sensacional, que encierra una doble dificultad. La primera es la de la categoría jurídica de su autor y variedad y profusión de su obra, cosas ambas que hacen el sentirse acomplejado por las pocas líneas que puede dedicar modestamente a tan importante obra. Del profesor DÍEZ Picazo se ha dicho hace poco, por un ilustre conferenciante, que es y representa una de nuestras primeras cabezas jurídicas. La segunda dificultad reside en el propio contenido de la obra, que no se presta más que a un resumen esquemático de lo que es su objeto, sin poder inducir de las apostillas y comentarios del autor las líneas de su pensar jurídico.

Claro está que esta segunda dificultad la salva el autor brindándonos, en...

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