El estudio de sistemas económicos complejos

AutorGuillermo De León Lázaro
CargoReal Centro Universitario 'Escorial-María Cristina'. San Lorenzo del Escorial
Páginas427-449

Page 429

I La busqueda de leyes del comportamiento económico

La investigación sobre las leyes del comportamiento económico, pretenden proporcionar los cauces necesarios para hacer menos hostil la convivencia entre los miembros de nuestra sociedad y más soportables las batallas que se libran para conseguir ocupar un lugar en el incierto mundo que se vislumbra en el futuro.

Pero cambiar nuestro mundo exige, como paso previo, conocerlo en profundidad, descubrir, si existen, las leyes por las cuales se rige. En este intento, la ciencia económica y, como consecuencia de ello, las ciencias que estudian la empresa han ido impulsando, prácticamente desde sus orígenes, las miradas con que los físicos observaban el universo, con la esperanza de encontrar aquellas señales mediante las cuales, de alguna manera, se pudieran estimar los futuros escenarios en los que se desenvolvería la actividad económicofinanciera de las organizaciones. Fruto de estas actitudes ha podido comprobar que a las leyes de la naturaleza le han seguido las leyes económicas. Pero también a los "vacíos" o "anomalías" en la naturaleza se han unido los "comportamientos anómalos" en los sistemas económicos. Y han surgido y se han agolpado en las mentes de tantos y tantos físicos las insistentes preguntas sobre el significado de la realidad y sobre la existencia del tiempo, al mismo tiempo que los economistas se interrogaban sobre la esencia de los fenómenos económico-empresariales y sobre el funcionamiento de las "fuerzas" que los provocan.

Tampoco nosotros hemos podido evitar que en los recónditos vericuetos de nuestra mente se agiten, en torbellino, unos pensamientos que buscan el impulso suficiente para emerger en forma de palabras, para, así, ser presentados en los escenarios que proporcionan las ferias de la Ciencia. En esta espera, han acudido para prestar su ayuda los recuerdos de la Historia. Y desde su reposo oscuro, las enseñanzas recibidas, otrora casi olvidadas, se han convertido en letra escrita, recuperando, de esta manera, la memoria de escondidos conocimientos.

Y, así, en el siglo XVI Giordano Bruno (1548-1600) escribía que "el es uno, infinito e inmóvil..." No tiene nada fuera de él, entendiéndose que es el

Page 430

todo. No tiene generación propia, ya que no existe otra cosa que pueda buscar. No es corruptible, dado que no puede tornarse en otra cosa que pueda buscar. No puede disminuir o aumentar, puesto que es infinito. No es alterable, por no haber nada externo que le pueda afectar". Esta idea, expresada así por Bruno, desteñiría el pensamiento científico occidental durante siglos y de ella se derivaría la concepción mecanicista del universo.

Pero mientras nuestra civilización consideraba el universo como un mecanismo de relojería, pensando que las ecuaciones deterministas conducían siempre a un comportamiento regular, la filosofía oriental, y el hinduismo es un ejemplo, poseía una percepción más compleja. Así, en el pensamiento hindú el "cosmos" atraviesa tres etapas: oración (cuyo Dios es Brahma), conservación (que tiene como Dios Vishnu) y destrucción (con el Dios Shiva). La conservación representa el orden, la destrucción el desorden. La distinción entre orden y desorden representa dos maneras de manifestar la divinidad: benevolencia, armonía por una parte, cólera, discordia por otra. Lo que de ninguna forma significa es diferencia entre el bien y el mal. Los matemáticos, hoy, empiezan a considerar el orden y el desorden como dos manifestaciones diferentes de un determinismo subyacente. En otras palabras, un mismo fenómeno puede dar lugar a sistemas diferentes que proporcionan conjuntos de estados, unos "ordenados", otros "desordenados".

Esta actitud frente al funcionamiento del universo ha sido consecuencia de la observación de los movimientos que en él se producen y los intentos de resolver los problemas sobre ellos planteados. Ilustrativo es, en este sentido, el contenido del capítulo tercero de la memoria El problema de los tres cuerpos y las ecuaciones de la dinámica de Jules Henri Pinchare (1854-1912), en donde se esfuerza en poner de manifiesto la existencia de soluciones periódicas páralas ecuaciones diferenciales. Parte del supuesto de que, en un determinado momento, un sistema se halla en un estado concreto y que en un momento posterior vuelve, de nuevo, al mismo estado. Todas las posiciones y velocidades son las mismas después que antes. Así, debe repetirse, una y otra vez, el movimiento que le ha conducido desde un estado de nuevo a sí mismo: El movimiento es periódico.

Para ejemplarizar esta idea, los físicos recurren a la sencilla imagen de un satélite artificial para el que se desea saber si posee una órbita periódica. Así, en lugar de seguir con un telescopio toda su trayectoria alrededor de la Tierra, lo enfocan de manera que "barra" un plano que vaya de norte a sur, desde un horizonte a otro, y que esté alineado con el centro de nuestro planeta. Toman nota del lugar donde pasa por primera vez, su rapidez y su dirección. Permanecen a la espera sólo enfocando el plano. La periodicidad

Page 431

exige que vuelva a pasar por el mismo punto, a la misma velocidad y en la misma dirección. Actuando de esta manera, en lugar de observar todos los estados, basta con mirar unos pocos.

A esta superficie se le conoce como sección de Pinchare, quien la utilizó para intentar hallar movimientos periódicos de un cuerpo pequeño sujeto a las fuerzas de otros dos cuerpos con masas grandes, los cuales no se hallan afectados por él, por ejemplo una partícula interestelar y dos planetas. Los dos cuerpos grandes se mueven formando sendas elipses alrededor de su mutuo centro de gravedad, pero el cuerpo pequeño se mueve oscilante de un lado hacia otro sin que nada pueda hacer para cambiar su rumbo. Su comportamiento es complicado y antintuitivo. En efecto el sistema inicia una actividad en un estado y sigue una curva. Cuando vuelve a la sección de Pinchare pasa por otro estado, luego por otro y por otro...., y así sucesivamente. El sistema, en definitiva, atraviesa la sección de Pinchare, por una secuencia incierta de puntos. Pinchare se hallaba ante un panorama que hoy llamaríamos caótico.

En nuestro ámbito del pensamiento se puede señalar que el estudio del comportamiento de los sistemas económicos ha sido realizado, con frecuencia desde una cierta perspectiva, a partir de los procesos mark óbvianos y pseudo-mark óbvianos. En base a ellos, los investigadores han podido encontrar algunas soluciones a los problemas secuenciales, los cuales han llevado a considerar tres grandes grupos:

  1. Cuando a partir de datos ciertos y de un sistema conocido, los resultados van a converger en el límite. Se trata de sistemas ergódicos.

  2. Cuando bajo estas mismas circunstancias, el sistema no posee una solución única conocida, sino que tiene lugar una oscilación regular de soluciones. Nos hallamos ante sistemas periódicos.

  3. Pero existen también sistemas en los cuales por muchos periodos de tiempo que transcurran, no somos capaces de hallar regularidades, sino estados" desordenados".

Nos sentimos reconfortados por la comodidad que proporciona el tratamiento de los dos primeros. Pero, en cambio, nos desconciértala impotencia ante la falta de "normas" de comportamiento regularizadles, en el último.

Este panorama, aún esbozado de manera grosera, puede explicar la ya señalada búsqueda de respuestas al significado de los dos elementos que subyacen en todo proceso de investigación: la realidad y el tiempo.

Page 432

II Los conceptos de realidad y el tiempo

Al adentrarnos en esta senda surge la primera pregunta: ¿Son estos conceptos indisociables entre sí? Normalmente, asociamos la realidad al momento actual. El pasado ha dejado de ser y el futuro no es todavía. Parece que nuestro pensamiento se desplaza de tal manera que la incertidumbre del mañana deja de serlo para convertirse en la realidad efímera de hoy, la cual deja paso, a su vez, a la certeza del pasado.

Pero esta percepción vital, choca frontalmente con la racionalidad con que los físicos asumen el concepto de tiempo. Para ellos, existe un "paisaje temporal" en el cual se hallan todos los acontecimientos del pasado, del presente y del futuro. El tiempo no se mueve, se mueven los objetos en el tiempo. El tiempo no transcurre. Simplemente es. El flujo del tiempo es irreal, lo que es real es el tiempo.

Resulta reveladora, a este respecto, la correspondencia sostenida los últimos años de sus respectivas vidas, entre Michele Beso y Albert Einstein. Ante la insistente pregunta del primero: ¿qué es el tiempo?, ¿qué es la irreversibilidad?, el segundo le contesta "la irreversibilidad es una ilusión". Con motivo del fallecimiento de Beso, Einstein escribe una carta a la hermana e hijo de aquel que contiene las siguientes palabras: "Michele se me ha adelantado en dejar este extraño mundo. Carece de importancia. Para nosotros, físicos convencidos, la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión, por persistente que esta sea".

A pesar de tan rotundas aseveraciones, resulta difícil aceptar una naturaleza sin el transcurso del tiempo. Homero, en La Aliada coloca a Aquiles en una posición de búsqueda de algo permanente e inmutable, que sólo descubre tardíamente, al perder la vida. La obra se apoya, pues, en el problema del tiempo. Como contrapunto, en La Odisea, Odiseo puede elegir entre la eterna juventud y la inmortalidad (será siempre amante de Calipso) o el regreso a la humanidad, es decir a la vejez y a la muerte. Se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR