Estrategias utilizadas en mediación

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Uso de la hipótesis.- La hipótesis es una tentativa que se hace con la finalidad de extraer y probar sus consecuencias. Implica una información insuficiente que deberá completarse durante el proceso de realización de pruebas y extracción de consecuencias, las cuales, finalmente, confirmaran o harán rechazable el planteamiento inicial.

La utilización de hipótesis flexibles, que puedan irse modificando- o desechando por completo para sustituirla por otra- a medida que avanza el procedimiento, constituye un buen instrumento de trabajo en este contexto. Las respuestas y las reacciones que generan en los implicados nuestras intervenciones, nos van a confirmar u obligarnos a modificar, de forma paulatina, las hipótesis formuladas651. La flexibilidad del mediador debe permitirle cuestionarse sus planteamientos continuamente a lo largo de las sesiones.

Escucha activa.- La utilización de este recurso supone que, el mediador, acompaña su escucha con la palabra, los gestos, la postura y los movimientos. Transmite interés al reformular, resumir, preguntar, legitimar, generar alternativas, en su colaboración al evaluar las opciones y al redactar el acuerdo652.

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El mediador, debe, desde el primer momento, mantener contacto ocular con las dos partes y transmitirles calidez y preocupación, mediante recursos verbales y no verbales. Es preciso demostrar con su lenguaje corporal que está escuchando a ambas, repitiendo con exactitud lo que acaban de decir. Eso puede ayudarles a escucharse la una a la otra. La mayor parte de las personas en estas situaciones, antes de ser capaces de escuchar, necesitan exteriorizar su rabia653.

La escucha activa requiere, por parte del profesional: eliminar distracciones, no emitir juicios y preguntar con claridad, evitando el deseo de hablar y ser el centro de atención654.

Legitimación.- Legitimar significa crear las condiciones para que las personas se sientan importantes, cómodas y puedan acceder a comunicarse y participar. Constituye una pieza clave para generar una actitud realmente colaboradora entre las partes. Es a través de esta técnica que van a sentirse en disposición de iniciar un auténtico diálogo, en términos diferentes a las confrontaciones previas. Quien está inmerso en un conflicto no tiene, general-mente, capacidad para tomar en consideración las razones de la otra parte, ambas se perciben y tratan como adversarios y ello les impide llegar por sí mismas a acuerdos para solucionar el problema.

Una persona quedará legitimada cuando haya conseguido justificar o, al menos, explicar de forma más positiva, frente a su contraparte, sus actitudes, comportamiento, pretensiones etc. Sólo entonces participará de forma operativa en el proceso; porque, según parece, las disputas no se producen por las diferencias, sino cuando éstas son excluyentes de los valores del otro655.

El concepto de legitimación, en el ámbito de este procedimiento, podría definirse como la posibilidad de justificar las razones que inducen a alguien a actuar de un modo determinado, a adoptar ciertas decisiones o a guiarse por unos criterios.

En toda interacción humana están presentes el contenido del mensaje y la relación entre quienes se comunican. Ello sirve de base para clasificar la legitimación en sustancial y relacional. La primera dirigida a legitimar el conteni-

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do del mensaje, es decir, las pretensiones de las partes; la legitimación relacional está referida a la relación entre las partes y está determinada por el modo en que éstas se comunican.

La legitimación en el sentido sustancial constituye uno de los elementos de la negociación en el esquema de Harvard. Alude a la utilización de criterios objetivos para justificar o legitimar determinadas propuestas o peticiones, tanto para persuadir a la contraparte de que una pretensión es razonable más allá de los propios deseos, como para protegerse de ella si intentara imponer su voluntad, basándose únicamente en la valoración subjetiva. Debemos aclarar, no obstante, que los criterios objetivos no deben ser confundidos con las pruebas que se utilizan en los procesos judiciales. En mediación nunca se pide a los implicados que demuestren la verdad de sus manifestaciones ni la mentira del otro; se recurre a criterios objetivos para legitimar una pretensión, dando a en-tender que está fundamentada y no es algo que se quiere imponer caprichosamente656.

La legitimación en el sentido relacional alude a la ubicación positiva de todos los participantes del proceso. Si alguien dice de otro que es avaro, esta persona va a sentirse muy mal y dificilmente va a sentirse motivado para colaborar. Transformar la dinámica negativa en positiva ayuda a la gente a modificar sus percepciones acerca del problema, y esto, en muchos casos, supone también modificar sus percepciones respecto de aquel con quien tiene que...

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