El espacio cultural europeo y la civilización ibérica

AutorModesto Barcia Lago
Páginas29-34

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De manera escueta y contundente, ha caracterizado el gran hispanista francés, Pierre VILAR, el condensado histórico de la geopolítica de la península Ibérica:

El Océano. El Mediterráneo. La cordillera pirenaica. Entre estos límites perfectamente diferenciados, parece como si el medio natural se ofreciera evidentemente al destino particular de un grupo humano, a la elaboración de una unidad histórica.

Es desde esta clara conceptuación que debe comprenderse el recorrido secular de la especificidad ibérica, de acuerdo con la tesis que expone el mencionado historiador:

La posición excéntrica de Iberia, su aislamiento por los Pirineos, las vigorosas peculiaridades de su clima y de su estructura, el atractivo de algunas de sus riquezas, apenas han cesado de darle en Europa, desde la más lejana prehistoria, una originalidad a veces sutil, a veces inconfundible. No se trata tampoco, aunque ello se haya dicho, de que sea africana. Algunas constantes naturales han hecho de esta Península maciza -especie de continente menor- un ser histórico aparte22.

Apreciación tanto más certera, cuanto que, con la ambición teorética de una peculiar filosofía de la historia, G. BUENO propone entender la estructura universal desde la percepción de "las grandes unidades históricas y culturales en las que está hoy repartido el Género humano, aquéllas cuyo volumen supera los cuatrocientos millones de habitantes"; macrocoágulos que, en su tesis, vendrían a ser el que denomina "Continente anglosajón, en donde está asentado el único Imperio universal hoy realmente existente", el Continente islámico, el Continente asiático y el Continente hispánico, obviamente incluyendo a Iberoamérica. Continente hispánico, que tiene, claro está, en la Península Ibérica el centro Page 30 histórico generador, y que, sostiene, "muchos consideran como una plataforma virtual cuyo porvenir, por incierto que sea, no puede ser descartado en cuanto al papel que pueda jugar en el futuro concierto universal"23.

Es una tesis que nace de una confrontación intelectual del filósofo con la dirección europea en la que España y Portugal están empeñados, y que, si ciertamente discutible, porque parece obviar la realidad del proyecto histórico in fieri de la Unión Europea y otros matices24, sugiere, con todo, un punto de atención habitualmente relegado, que, desde la perspectiva en la que asienta nuestro empeño, reviste el mayor interés, por cuanto define los parámetros de la dialéctica del engarce ibérico en el proyecto europeo.

Ello pese a que el pensador no oculte la sospecha de la subsunción de la Comunidad hispánica -aquí diríamos más propiamente Comunidad ibérica, para evitar cualquier confusionismo restrictivo con el Reino de España, y en una consideración global, que, obviamente, excedería la cualidad jurídica de miembros de la Unión Europea de los Estados español y portugués, tendría que incluir al África hispana y sobre todo lusófona, y tal vez también alargarse hacia el extremo Oriente, además de, claro está, a Iberoamérica- "como un mero componente de la llamada Unión Europea", cuando, justamente, entiende que esa Comunidad hispánica, resto que queda flotando de la desaparición del Imperio Español después de la crisis del 1898 -y análogamente sucede en Portugal respecto del Brasil y con el imperio africano, aunque la pérdida de éste sea más reciente, y haya resultado, a fin de cuentas, menos traumática en términos nacionales, e incluso fue liberadora de las energías democráticas, pese a los tradicionales temores que en este sentido abrigaba en general la clase política portuguesa en todo tiempo-, es ya una alternativa real al islamismo tercermundista y al protestantismo capitalista"; porque, si tomada en sí misma nuestra condición de españoles y portugueses pudiera resultar poco relevante en relación "con las cuestiones que conciernen a la humanidad", no obstante, "la identidad hispana -es decir, ibérica- confiere a los españoles -y obvia- Page 31 mente a los portugueses, debe añadirse- un modo de estar lo suficientemente distante de las otras alternativas disponibles como para poder transformar su condición en una plataforma privilegiada para promover planes y programas dignos de ser llevados adelante"25.

No son refl exiones que se desenvuelven en el vacío, sino que se mueven...

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