Escribanos y Secretarios en los preliminares de la edición del Quijote

AutorJosé Antonio Escudero
Páginas67-84

Page 67

A) Introducción

Al abrir el Quijote, tras el título de la obra y la indicación de Parte Primera, el primer nombre con que se encuentra el lector es el de Juan Gallo de Andrada, «escribano de cámara del Rey nuestro señor, de los que residen en el su Consejo», el cual da fe de la tasación que el Consejo ha hecho de los ochenta y tres pliegos de esa primera parte de la obra. A continuación, el licenciado Francisco Murcia de Llana, del «Colegio de la Madre de Dios, de los Teólogos de la Universidad de Alcalá», firma el Testimonio de las erratas que garantiza la correspondencia del libro con el original 1. Finalmente, la cédula que da Felipe III el 26 de septiembre de 1604, otorgando la licencia para imprimir, va Page 68 refrendada por el secretario Juan de Amézqueta, que habría sido presumiblemente quien la redactó. Esto por lo que concierne a la Primera Parte, publicada en 1605 y dedicada al Duque de Bejar 2.

La Segunda Parte, dedicada a su vez en 1615 a don Pedro Fernández de Castro, Conde de Lemos, que había sido gentilhombre de Cámara y presidente del Consejo de Indias 3, y entonces era Virrey de Nápoles 4, se inicia con otro nombre, Hernando de Vallejo, escribano de Cámara, que da fe también -como Page 69 antes Gallo de Andrada- de la tasación hecha. La nueva Fe de erratas y la concordancia con el original está firmada por el mismo licenciado Francisco Murcia de la Llana 5. Siguen luego tres Aprobaciones de los señores del Consejo: una escueta que firma el doctor Gutierre de Cetina; otra menos formularia y más amplia del maestro José de Valdivielso, que entra a hacer algunas valoraciones de la obra, y una tercera extensa, del licenciado Márquez Torres, pródiga en elogios y que se hace ya eco del reconocimiento internacional logrado Page 70 por la primera parte de la obra 6. El exordio administrativo finaliza con otra cédula de Felipe III, otorgando la licencia para imprimir, suscrita y refrendada por otro secretario, esta vez Pedro de Contreras.

Juan Gallo de Andrada, pues, es el primer nombre de personaje real que aparece en el Quijote. A él, un escribano relativamente desconocido que formaba parte del staff administrativo de los Consejos, le cupo en suerte dar fe de la tasación de aquellos ochenta y tres pliegos que habrían de llevarle en letra impresa por todos los países y todos los tiempos. Gallo de Andrada y los demás -escribanos, secretarios y otros burócratas- que durante años de trabajo vieron y dictaminaron tantos farragosos manuscritos de arbitristas, tantos pleitos de la turba de pleiteantes que asediaban la Corte, tantos memoriales al rey anodinos y desatendidos, y tantas obras u obritas que luego cayeron en irremisible olvido, habrían de tener la mágica suerte de encontrarse un día en su mesa de trabajo, entre el aluvión de papeles, tasaciones y licencias cualesquiera, con lo que había escrito un tal Miguel de Cervantes sobre las aventuras de cierto hidalgo manchego.

¡Misterios del proceloso mundo burocrático! Pero volvamos ahora a esos personajes, que lo son por figurar donde figuran, para rescatar algunos detalles de su trayectoria administrativa. Y volvamos en concreto a los dos escribanos -Gallo de Andrada y Hernando de Vallejo- que encabezaron con sus respectivos certificados de tasación la primera y la segunda parte de la obra, y a los dos secretarios -Amézqueta y Contreras-, que refrendaron las cédulas reales de 1604 y 1615 autorizando la impresión.

B) La aprobación de la primera parte
1. El escribano Juan Gallo de Andrada
a) La saga familiar

La primera parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha, cuya impresión debió concluirse a fines de 1604, aparece en Madrid en 1605 editado por Juan de la Cuesta, yerno al parecer de la propietaria de la imprenta, María Rodríguez de Rivalde, y regente de ella 7. La tarea de Juan de la Cuesta 8, a su vez, hubo de ser precedida o coincidir con los trámites burocrá-Page 71ticos -tasaciones, permisos, cédulas, etc.- exigidos para la edición, que aparecen fechados a fines de 1604 en Valladolid, donde la Corte se había trasladado tres años antes 9. En 1604 habían tenido lugar Cortes en Valencia, de las que regresó el rey el mes de mayo para acudir a Valladolid, mientras en Madrid tenían lugar ese mismo año algunos acontecimientos religiosos y el incendio del Palacio del Pardo, que reseña León Pinelo 10. En el año siguiente, 1605, el de la aparición del Quijote, nació en Valladolid el futuro Felipe IV.

Del panorama de los Consejos en el Valladolid de entonces dan fe dos Relaciones complementarias. La una se conserva en el Archivo de la Casa y Corte de Viena 11, y en ella se detallan los componentes del Consejo Real, que entonces presidía el Conde de Miranda, figurando entre sus componentes once relatores, y entre ellos «Gallo» y «Vallejo», nombres que debían corresponder a Juan Gallo de Andrada y a Hernando de Vallejo, firmantes, como hemos dicho, de la Tasa en la edición de la primera y segunda parte del Quijote. Respecto a esos relatores hay que decir que tal oficio no fue al parecer de desempeño exclusivo, sino que de ordinario se acumuló a otras tareas en el Consejo 12.

Otra descripción de los componentes del Consejo Real correspondiente a 1603 se encuentra en la British Library, formando parte de la Relación de los Consejos que Su Magestad tiene en su corte de ordinario, y de que se sirve siempre 13. Aquí, además de los oidores, constan seis secretarios y cinco relatores.

Centrándonos en la figura de Juan Gallo de Andrada, procede recordar que el eminente cervantista Astrana Marín, en base a algunos documentos del Archivo de Protocolos de Madrid 14, dio noticia de las «Capitulaciones matri-Page 72moniales del licenciado Juan Gallo de Andrada, hijo de Juan Gallo de Andrada, secretario del Consejo Real, y de doña Jerónima Guedeja, su mujer, con doña María de Ibarra, hija de los señores Juan de Ibarra y doña Francisca Santotis, difuntos, vecinos que fueron de Valladolid. Madrid 4 de febrero de 1597». Y dio noticia también del testamento del mismo Juan Gallo de Andrada: «el testamento va fechado en 4 de enero de 1617 y su apertura se verificó el 25 de octubre del mismo año. Falleció en Valladolid».

En resumen, pues, según Astrana, el Juan Gallo de Andrada que efectúa la tasación de la primera parte del Quijote, habría sido hijo de un secretario del Consejo Real, llamado también Juan Gallo de Andrada; se habría casado en Madrid el 4 de febrero de 1597 con doña María de Ibarra, y habría muerto en Valladolid en 1617 (se entiende que más tarde del 4 de enero -que fue cuando hizo testamento- y antes del 25 de octubre -que fue cuando se procedió a la apertura de su última voluntad-). El conjunto de estas afirmaciones ha sido reconocido y aceptado por otros reconocidos especialistas, y entre ellos por Martín de Riquer 15.

Sin embargo, según vamos a ver, las cosas no debieron ser exactamente así; el panorama es mucho más enrevesado y complejo, y la localización del Juan Gallo de Andrada cervantino resulta problemática por existir otras personas del mismo nombre. Los Gallo de Andrada fueron varios y por de pronto procede adelantar que el Juan Gallo de Andrada que contrae matrimonio en 1597 no fue el que hace testamento y muere en 1617, sino su hijo, falleciendo en esta fecha el padre, del mismo nombre, que había renunciado años atrás al oficio. Nosotros hemos rastreado esa maraña de los Gallo de Andrada, bastante espesa y confusa, en base a los fondos del Archivo General de Simancas y a los del Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, contrastando los datos que ofrecen unos y otros documentos.

b) Planteamiento del problema

Los Gallo de Andrada fueron una familia de escribanos y secretarios afincados profesionalmente en el Consejo Real y en menesteres burocráticos cortesanos, y relacionados también algunos de ellos -por matrimonios o por oficios- con la villa de Simancas. En la Sección de Quitaciones de Corte del Archivo General de Simancas 16, que recoge los títulos y nóminas de funcionarios de la Administración castellana en esta época, nos encontramos con tres Juan Gallo de Andrada (dos escribanos de Cámara y un tercero que será además secretario del rey y archivero de Simancas) 17, junto a otro Gallo de Andrade (Antonio) 18. Prescindiendo de este último, por la variante del nombre y del Page 73 apellido, y centrándonos en aquellos tres, hay que decir que el primero de los escribanos Gallo de Andrada (al que para abreviar las referencias llamaremos JGA 1) fue nombrado como tal el 18 de abril de 1534, por renuncia de su padre Antón Gallo 19. El segundo (JGA 2), hijo del anterior, fue nombrado también «escribano de Cámara de los que residen en el nuestro Consejo», el 20 de enero de 1558, «en lugar y por renunciación que del dicho oficio en vos hizo, Juan Gallo de Andrada, vuestro padre, nuestro escribano de la Cámara de los que residen en el dicho nuestro Consejo» 20. Y el tercero (JGA 3), fue un personaje en quien su padre había renunciado el oficio de escribano en 1599, que era alcalde del crimen en la Chancillería de Valladolid y sería nombrado luego, el 3 de julio de 1610, secretario del rey y archivero de Simancas 21. A ese JGA 3 hace referencia otro documento de Simancas, de 1617, y una serie de registros del Archivo de Protocolos. El documento de Simancas es el título de un tal Martín de Segura, fechado el 4 de noviembre de 1617, para servir por seis años la escribanía de Cámara por no poderlo hacer ese JGA 3. En tal título se afirma que comparece JGA 3 y da fe de que su padre (JGA 2) renunció en él el oficio en 1599: «(JGA 3),...

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