Escalada y desescalada

AutorJordi Pérez i Montiel
Páginas36-41

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El término objeto de deseo37 hace referencia a aquello a lo que se le atribuye la virtualidad de resolver una necesidad. No se refiere sólo a objetos materiales o personas, con frecuencia, son mucho más apreciadas cuestiones intangibles como el prestigio, el reconocimiento, la pertenencia, el poder, la seguridad, etc. Si esta generalización puede parecer excesiva piénsese en las modas, las subastas y museos, las experiencias exóticas, etc., se motiva informando sobre lo que los otros hacen y una vez logrado, siempre aparece algo nuevo que devalúa lo anterior.

Se desea lo que el otro desea, si no hay otro que lo desee, no se desea. Así lo expresó Jacques Lacan "El deseo es el deseo del otro"38.

Entendemos que, con ello quería decir que, el deseo es reactivo. La satisfacción del deseo provoca relaciones simétricas en las que, cada actor identifica que, aquello que puede satisfacer sus necesidades, es precisamente lo que el otro desea. Cuanto más notorio es el deseo del otro, mayor es el propio deseo. Si un objeto no es apreciado por nadie, es difícil que sea apreciado por uno mismo. Pero si ese mismo objeto es deseado por muchos otros, más aún, si se piensa que puede serlo, de repente, en ese mismo momento, es deseado por el actor. Cuanto mayor es el número de deseantes, mayor deseo produce en todos ellos y los que no habían reparado en él comienzan a desearlo. Desde el mismo momento en que se atribuye al otro el deseo hacia el mismo objeto se convierte en competidor, en parte de un conflicto.

Con frecuencia se identifican deseo y necesidad, sin embargo, la eventual satisfacción de una necesidad no resuelve el deseo que lo provocaba, pues se pasa a desear otras cosas. Por ello, se pueden confundir el deseo del otro con la persona del otro, pues la sola creencia de que el otro desea lo mismo que uno hace que sea percibido como rival. En esta nueva fase, el objetivo cambia, ya no sólo se trata de satisfacer el deseo, se trata de evitar que el otro lo satisfaga. Mientras el otro no lo logre se conserva la posibilidad de ser uno

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mismo quien lo logre. Ya no se compite para satisfacer un deseo, sino que se compite para vencer al otro, como recurso para controlar la angustia que produce la mera posibilidad de no satisfacer el deseo. Ya no se trata de satisfacerlo, sino de conservar la posibilidad de satisfacerlo.

De modo general, se considera que un conflicto tiene tres momentos, escalada, estancamiento y desescalada39. La escalada en el conflicto es el proceso en el que se va construyendo el conflicto entre los actores. Cada acción es respondida con otra de mayor intensidad y en el mismo sentido de incrementar la intensidad del conflicto. Al tiempo que se van incorporando nuevas cuestiones, o nuevos aspectos, nuevos argumentos, los actores se esfuerzan en detectarlos e incluirlos en el conflicto. De este modo, se conforma un proceso en el que cada cual se esfuerza en disponer de más y mejores recursos que le refuercen en la creencia de que puede vencer al otro y, lo que habitualmente es más deseado, presentarse ante los demás como vencedor. Uno de los recursos que más dificultan la resolución de un conflicto es, justamente, la implicación y posicionamiento de las personas y grupos del entorno, cada una de ellas tiene sus propios intereses y los ponen en...

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