Entender la innovación: la necesidad de un método sistémico

AutorDermot O'Doherty
CargoInterTradeIreland y Erik Arnold, Technopolis

Lecciones clave derivadas del estudio IRCE

Es necesario un método sistémico para entender las relaciones entre ciencia, tecnología e innovación (CTI) y desarrollo socioeconómico: no existe una relación unidireccional sencilla entre la "producción de conocimiento" y la "absorción de conocimiento", como aspectos de un sistema de innovación.

En los sistemas de innovación son importantes tanto los nodos como los flujos, puesto que los procesos de difusión del conocimiento, combinados con unas excelentes capacidades de absorción y de aprendizaje entre los agentes del sistema, son aspectos clave de tales sistemas. Así, resulta de vital importancia identificar los cuellos de botella y los obstáculos (es decir, los puntos débiles), porque pueden perjudicar el funcionamiento del sistema en su conjunto. En este contexto, los intermediarios también tienen un papel importante que desempeñar a la hora de tender puentes entre los elementos del sistema.

Es necesario un método sistémico para entender las relaciones entre ciencia, tecnología e innovación (CTI) y desarrollo socioeconómico: no existe una relación unidireccional sencilla entre la "producción de conocimiento" y la "absorción de conocimiento", como aspectos de un sistema de innovación.

En los sistemas de innovación son importantes tanto los nodos como los flujos, puesto que los procesos de difusión del conocimiento, combinados con unas excelentes capacidades de absorción y de aprendizaje entre los agentes del sistema, son aspectos clave de tales sistemas. Así, resulta de vital importancia identificar los cuellos de botella y los obstáculos (es decir, los puntos débiles), porque pueden perjudicar el funcionamiento del sistema en su conjunto. En este contexto, los intermediarios también tienen un papel importante que desempeñar a la hora de tender puentes entre los elementos del sistema.

No existe una relación unidireccional sencilla entre la "producción de conocimiento" y la "absorción de conocimiento", como aspectos de un sistema de innovación, por lo que es necesario un método sistémico para entender las relaciones entre ciencia, tecnología e innovación

Un enfoque evolutivo indica que las situaciones siempre son específicas para cada contexto y dependen de la vía que se tome. Muchos de los cambios en los sistemas son acumulativos. El capital social y humano proporciona el lubricante necesario para el sistema de innovación.

La necesidad de un enfoque sistémico

Durante los últimos diez a quince años se ha producido un cambio importante en nuestra forma de entender las relaciones entre investigación, innovación y desarrollo económico y social. Ha nacido el concepto de Sistema Nacional (o regional o sectorial) de Innovación (figura 1) que incluye a todos los actores y actividades de la economía en los procesos de producción y absorción de conocimiento, necesarios para que tenga lugar la innovación industrial y comercial, que conduzca al desarrollo económico. Han desaparecido casi por completo las explicaciones basadas en un único factor (como el empuje de la tecnología o el tirón de la demanda). En verdad, al apercibirse de que los "usuarios" de conocimiento son también productores, y viceversa, la idea de fragmentar analíticamente las actividades relacionadas con el conocimiento en sus facetas de oferta y demanda empieza a cuestionarse. En su lugar, actualmente se reconoce ampliamente que el crecimiento económico y el bienestar social se basan en el buen funcionamiento de los "sistemas de conocimiento e innovación", en los que todos los actores deben funcionar bien. Esto es verdad tanto si estos actores se encuentran en los organismos de investigación o en los centros de enseñanza superior, como si están en la empresa, el sector público (un importante productor y consumidor de conocimiento) o en los hogares como consumidores de bienes sofisticados. Este punto de vista de los "sistemas" tiene consecuencias esenciales. La producción y el uso de conocimiento son importantes ya se realicen en los sectores público o privado (de hecho, distintos sistemas de innovación pueden ubicar actividades equivalentes en cualquier sector). Puesto que no existe un monopolio en la producción del conocimiento, no están justificadas las políticas de financiación pública de la investigación que excluyan a algún tipo de actor -como suele ser, por ejemplo, el caso de la financiación de la llamada investigación "básica".

Actualmente se reconoce ampliamente que el crecimiento económico y el bienestar social se basan en el buen funcionamiento de los "sistemas de conocimiento e innovación", en los que todos los actores deben funcionar bien

Figura 1. Modelo de sistema nacional de innovación

Fuente: Arnold and Kuhlman, 2001.

Entender la importancia de las capacidades generales en la producción y el uso del conocimiento lleva a las autoridades públicas a realizar continuados esfuerzos para promover la investigación, ya sea financiada con fondos públicos o privados, y ejecutada por empresas privadas o instituciones públicas. Estas medidas deben complementarse con políticas y acciones para incrementar la capacidad de las empresas y otros posibles innovadores para absorber y aplicar el conocimiento generado en el exterior, así como estimular un nivel adecuado de creación de nuevas empresas (a menudo basadas en la transferencia de tecnología). En una economía globalizada, es vital importar tecnología del extranjero. Los gobiernos deben también tratar, cada vez más, de equilibrar las funciones de los ministerios de educación e investigación con las de los actores industriales y sectoriales en un entorno rápidamente cambiante y sin que exista una fórmula única o continua para el éxito.

Las medidas para fomentar la investigación deben complementarse con políticas y acciones para incrementar la capacidad de las empresas y otros posibles innovadores para absorber y aplicar el conocimiento generado en el exterior

Innovar juntos

Una característica importante y cada vez más común de todos los sistemas de innovación es que los innovadores rara vez innovan solos (DeBresson, 1999). Esto quizás sea especialmente verdad en las economías de la OCDE que, cada vez más, producen sistemas de productos complejos, donde la estrecha interacción productor-usuario es un requisito previo para el éxito. La interacción constante y la cooperación entre las diferentes funciones de una empresa, como I+D y marketing, entre las propias empresas, así como con sus entornos económicos y políticos externos, da lugar a un aprendizaje continuo y a una mejor explotación del conocimiento disponible -tanto codificado como tácito. Respecto a las peculiaridades de este tipo de cooperación, Nelson (1993), por ejemplo, apunta que "para orientar la I+D de forma fructífera, se necesita un conocimiento detallado de sus puntos fuertes y débiles y de las áreas en las que las mejoras podrían resultar más rentables, y este tipo de conocimiento tiende a residir en los que utilizan la tecnología, generalmente empresas y sus clientes y proveedores. Además, a lo largo del tiempo, las empresas de un sector industrial tienden a desarrollar capacidades ¿basadas, en gran medida, en la práctica. Los polos industriales u otros tipos de agrupaciones pueden ser especialmente importantes como lugares en los que la cooperación en innovación se mantiene dinámica gracias a la presión de la competitividad.

Una característica importante y cada vez más común de todos los sistemas de innovación es que los innovadores rara vez innovan solos. Por eso, los polos industriales u otros tipos de agrupaciones pueden desempeñar un papel importante para mantener el dinamismo de la innovación

Enfoques evolutivos

Los sistemas de conocimiento e innovación no nacen ya maduros, sino que evolucionan durante largo tiempo. Es difícil hablar de conceptos tales como "desarrollo óptimo" de los sistemas de innovación, ya que los procesos de aprendizaje evolutivos que caracterizan a tales sistemas están sujetos a continuos cambios. Dado que los actores y las innovaciones evolucionan simultáneamente para adaptarse a sus entornos, su éxito puede ser muy dependiente del contexto. Lo que funciona en un momento y en un lugar determinados puede no resultar en otros. Las tecnologías se propagan a diferentes velocidades y de diferentes formas, dependiendo de la naturaleza de las capacidades de desarrollo y de absorción de las empresas, así como de otros actores y factores económicos y sociales y de sus entornos nacionales. Tales sistemas nunca alcanzan un estado de equilibrio estático. Un enfoque evolutivo para el desarrollo de los "sistemas de innovación" contrasta con el punto de vista lineal, más tradicional, según el cual la tecnología se desarrolla y difunde según un patrón bien definido, a nivel local, nacional y finalmente internacional, y los niveles de rendimiento tecnológico tienden a converger a largo plazo.

Dado que los actores y las innovaciones evolucionan simultáneamente para adaptarse a sus entornos, su éxito puede ser muy dependiente del contexto. Lo que funciona en un momento y en lugar determinados puede no resultar en otros

Aunque la teoría evolutiva del desarrollo de los sistemas de conocimiento e innovación subraya la interdependencia de actores e innovaciones, no excluye las innovaciones radicales. Las innovaciones, tanto radicales como acumulativas, siempre se basan en algún conocimiento existente, pero también se pueden basar en algún nuevo conocimiento. Las innovaciones acumulativas o "imitativas", que buscan una mejora limitada de productos o procesos existentes y que, a veces, se consideran como nuevas tecnologías "difusas", constituyen la variedad numérica y económicamente dominante. Aunque la creación y circulación de nuevo conocimiento ha gozado tradicionalmente de un estatus elevado y atraído la atención y la financiación de los políticos, la transformación y retransformación del stock de conocimientos es mucho más importante para el desarrollo económico. Puesto que el cambio tecnológico y la innovación económica son los motores de la economía capitalista, la imitación creativa es el proceso central del desarrollo económico capitalista (Arnold y Bell, 2001).

Aunque la creación y circulación de nuevo conocimiento ha gozado tradicionalmente de un estatus elevado y ha atraído la atención y la financiación de los políticos, la transformación y retransformación del stock de conocimientos es mucho más importante para el desarrollo económico

Dependencia de la vía seguida

Desde una perspectiva evolutiva, la historia realmente es importante en el proceso de acumulación de conocimiento y de innovación. Las empresas y las economías que se encuentran en vías de crecimiento o de estancamiento tienden a seguir en ese patrón. Este fenómeno está ligado a los conceptos de círculo vicioso y círculo virtuoso de desarrollo. El premio Nobel Douglass C. North afirma (1990) que "la dependencia de la vía seguida es una de las constantes notables de la historia (...) la dificultad de modificar las economías es función de la naturaleza de los mercados políticos y, como trasfondo, del sistema de creencias de los actores". El hecho de que los sistemas de innovación de los distintos países muestren notables diferencias, que tienden a asociarse a sus vías individuales de especialización en la producción y absorción de conocimiento, tiene importantes implicaciones políticas. Es posible que las intervenciones políticas sean deseables e incluso necesarias, pero deben hacerse con conocimiento de las condiciones locales y basarse en el estudio de los procesos de innovación, las organizaciones y las instituciones a lo largo de extensos periodos de tiempo. Es necesario identificar qué elementos del sistema están sujetos a la inercia o se han quedado "bloqueados" en estructuras y trayectorias inadecuadas, de forma que puedan abordarse las deficiencias reales y la economía pueda despegar en lo que Edquist (1997) ha denominado "la coevolución dinámica del conocimiento, las innovaciones, las empresas y las instituciones".

El hecho de que los sistemas de innovación de los distintos países muestren notables diferencias, que tienden a asociarse a sus vías individuales de especialización en la producción y absorción de conocimiento, tiene importantes implicaciones políticas

Hacer frente a los fallos y a los cuellos de botella de los sistemas

Los cuellos de botella y otros impedimentos al funcionamiento de los sistemas de innovación pueden constituir obstáculos cruciales para el crecimiento y el desarrollo. Además de los fallos de mercado, reconocidos desde hace tiempo, que originan una infrainversión en I+D, existen otros cuatro grandes tipos de fallos (Arnold, 2001) que requieren intervencíon política:

Además de los fallos de mercado, reconocidos desde hace tiempo, que originan una infrainversión en I+D, existen otros tipos generales de fallos a los que convendría hacer frente

Incapacidad: Se refiere a la insuficiente capacidad de los posibles innovadores para actuar en su propio interés y beneficio

Fallos en las instituciones: Incapacidad para (re)configurar las instituciones de forma que puedan funcionar eficazmente en el sistema de innovación

Fallos en las redes: Se refiere a los problemas surgidos en la interacción entre los distintos actores del sistema de innovación

Fallos estructurales: Una innovación eficaz depende en parte de los marcos reglamentarios, las normas de higiene y seguridad, etc., así como de otras condiciones de fondo, como la sofisticación de la demanda de los consumidores, la cultura y los valores sociales.

Identificar y hacer frente a estas cuestiones exige inteligencia por parte del sistema político ¿algún tipo de "análisis de los cuellos de botella"- y una o más "agencias del cambio" capaces de actuar sobre los resultados.

Capital humano y social

El cemento que mantiene unido tales sistemas de conocimiento e innovación es, en primer lugar y sobre todo, su capital humano y social. Con el desarrollo de los modelos de "nuevo crecimiento", el papel de la educación y la formación, a la hora de generar nueva tecnología e innovación, ha ido tomando cada vez mayor importancia. Los nuevos diseños e ideas creados por los sectores intensivos en conocimiento y los dedicados a la I+D potencian la productividad del capital físico en otros sectores, así como en otros países o regiones. El cambio técnico de origen interno, los mayores retornos a escala y el know-how adquirido en el curso de la producción intensiva en tecnología pueden estimular el crecimiento de los resultados. Por ejemplo, un sector exportador "puntero" y en crecimiento puede potenciar el conocimiento y la innovación en toda la economía, mediante la movilidad de los conocimientos y de los emprendedores y difundiendo las nuevas tecnologías y productos. El stock inicial de capital humano en un periodo anterior puede generar efectos derivados relacionados con la innovación en forma de resultados o externalidades positivas, que afectan a otras empresas e incluso a otros países o regiones. Parte de este stock inicial se refiere al conocimiento científico básico o aplicado adquirido en la enseñanza superior.

Los sistemas de conocimiento e innovación se mantienen unidos gracias a su capital humano y social. De aquí que el papel de la educación y la formación, a la hora de generar nueva tecnología e innovación, ha ido tomando cada vez mayor importancia

Muchos autores que han publicado sobre la economía del cambio tecnológico han destacado estos efectos "dinamo" (Dosi, 1984), o efectos "levadura" o "champiñón", como también se les ha denominado (Harberger, 1998) que están implícitos en la noción de cambio tecnológico. El conocimiento y el capital humano actúan como la levadura para incrementar la productividad en un patrón relativamente uniforme en toda la economía, mientras que otros factores como los avances tecnológicos o los descubrimientos surgen repentinamente (como "champiñones") e incrementan la productividad de forma más notable en algunos sectores que en otros. Dado que los efectos del crecimiento productivo se notan en todo el sistema, dicho crecimiento depende de que exista suficiente conocimiento y capital humano y exige que éstos sean de calidad media muy elevada. De lo contrario, el propio capital humano se convierte en un cuello de botella. Los buenos sistemas de innovación, por tanto, proporcionan un amplio acceso a la educación y formación de calidad, en vez de centrarse en la educación de una pequeña elite.

La educación superior también es importante para el desarrollo de la investigación innovadora y para la capacidad de adquirirla y adoptarla. Por eso, algunas nuevas teorías sobre el crecimiento han tratado de crear modelos más complejos -que reflejen la formación del capital humano, dando especial importancia no a la educación en sí misma, sino también a algunos de sus subproductos, como la investigación y la innovación.

Aspectos regionales

Los sistemas industriales regionales basados en redes de aprendizaje locales son potencialmente más flexibles y dinámicos que los que confinan el aprendizaje en cada empresa individual. Las redes de aprendizaje regionales o locales pueden posibilitar la circulación de la información, el aprendizaje mutuo y las economías de escala. Robert Putnam (1993), por ejemplo, compara el impacto del Silicon Valley y la carretera 128 de Estados Unidos. Cita a Silicon Valley en California, donde un grupo de empresarios, en colaboración con los investigadores de las universidades locales, contribuyó al desarrollo de un centro mundial de tecnología avanzada. Putman ha comentado que "El éxito se debe principalmente a las redes horizontales de cooperación informal y formal que se crearon entre las nuevas empresas recién establecidas en la zona". Por el contrario, en la carretera 128 en las afueras de Boston, la falta de capital social entre las empresas ha dado lugar a una forma más tradicional de jerarquía corporativa, secretismo, autosuficiencia y territorialidad.

Los sistemas industriales regionales basados en redes de aprendizaje locales son potencialmente más flexibles y dinámicos que los que confinan el aprendizaje en cada empresa individual

Capacidad de absorción

Además del capital social y del fenómeno de las redes asociado (y sobre todo las redes entre las empresas), la "capacidad tecnológica" de los innovadores (Arnold y Thuriaux, 1997) y su "capacidad de absorción" (Cohen y Levinthal, 1990) son dos factores clave para entender los procesos de desarrollo relacionados con el aprendizaje dentro de los sistemas nacionales de innovación (SNI). La capacidad de las empresas para aprender depende de sus capacidades internas, representadas por el número y el nivel del personal con cualificación científica y técnica que trabaja en ellas. La I+D se financia y se realiza principalmente en el sector empresarial y tiene dos "caras" (Cohen y Levinthal, 1989) -la cara del aprendizaje, que adquiere y absorbe tecnología, y la cara de la innovación, que busca y aplica nuevo conocimiento. Las empresas deben realizar suficiente I+D para ser económicamente dinámicas y para tener la "capacidad de absorción" necesaria para mantener un diálogo profesional con las instituciones públicas de investigación y otras fuentes externas de conocimiento.

Además del capital social y de las redes, la "capacidad técnica" de los innovadores y la "capacidad de absorción" son dos factores clave para entender los procesos de desarrollo relacionados con el aprendizaje dentro de los sistemas de innovación

El nivel óptimo de investigación y conocimiento generado internamente, frente a las tecnologías de origen externo, dependerá de la estrategia y del nivel de desarrollo de cada entidad, ya se trate de un empresa, una industria, una región o un país. Sin embargo, todos son usuarios del stock de conocimiento existente, cualquiera que sea la "contribución" a ese stock de la que sean responsables. Por eso, incluso en los contextos más desarrollados y sofisticados, la capacidad de absorción será un elemento importante.

El papel de los intermediarios

El papel de las "instituciones intermediarias" tales como los centros de investigación aplicada y las asociaciones de investigación, así como otros intermediarios públicos y privados del SNI, también suele ser infravalorado o incomprendido. Por lo general, su estatus suele ser inferior al de las universidades y centros de investigación básica. Pueden realizar I+D aplicada y actividades de apoyo técnico relevantes para el sistema empresarial y sobreviven gracias a una combinación de financiación pública y contratos con la industria. Tradicionalmente, tales intermediarios trabajan con usuarios que tienen una capacidad de absorción moderada y a los que no les sería fácil entablar relaciones directas con las universidades y otras fuentes de conocimiento científico.

Implicaciones políticas

En el análisis del grupo IRCE (Impact of Research on Competitiveness and Employment, Impacto de la Investigación sobre la Competitividad y el Empleo) hay una serie de implicaciones políticas importantes sobre cómo debe formularse y aplicarse la política de innovación, que vamos a comentar a continuación.

En cuanto a acciones individuales, se necesita no sólo proseguir las políticas encaminadas a favorecer y ayudar a los actores para que desarrollen y mejoren sus capacidades tecnológicas, sino también facilitar el aprendizaje entre grupos de actores. Los programas para promover las relaciones universidad-industria tienen una larga tradición, basada en la idea "lineal" (simplista e inadecuada) de que las universidades crean conocimiento, mientras que otros lo usan. Se precisan medidas más amplias para abordar otras formas de colaboración y de aprendizaje, explotando el papel de los actores no tradicionales en la producción y transmisión del conocimiento.

Ningún tipo de actores posee el monopolio de la producción y uso del conocimiento; por tanto, la financiación de la investigación y la innovación también se debe "desmonopolizar". Esto permitiría que otros participantes accediesen a las medidas que favorecen la innovación y que los investigadores no universitarios recibiesen fondos para realizar investigación básica y aplicada

Ningún tipo de actores posee el monopolio de la producción y uso del conocimiento; por tanto, la financiación de la investigación y la innovación también se debe "desmonopolizar" (esto es, el Estado y los servicios tendrían acceso a las medidas que favorecen la innovación, y los investigadores no universitarios recibirían fondos para realizar investigación básica y aplicada). Un objetivo político clave es aumentar la cantidad y calidad del capital humano capacitado en investigación e innovación. Esto no se debe separar demasiado de las medidas más generalmente reconocidas a favor de la investigación y la innovación, ya que la mayoría de las consecuencias más importantes de tales medidas se produce a través de las personas y su movilidad. Las medidas que aumentan la movilidad de las personas a través de las fronteras institucionales y sectoriales reforzarán la innovación científica y la socioeconómica, ya que muchos de los descubrimientos e innovaciones más importantes de hoy se están produciendo en las fronteras entre campos del conocimiento.

Muchos de los descubrimientos e innovaciones más importantes de hoy se están produciendo en las fronteras entre campos del conocimiento; por tanto, aumentar la movilidad de las personas a través de las fronteras institucionales y sectoriales reforzará la innovación científica y la socioeconómica

Desarrollar tales políticas "no tradicionales", más horizontales, supone atacar las posiciones enquistadas de ciertas instituciones científicas, industriales y políticas, por ejemplo, haciendo frente a la cultura anti-productiva de muchos países europeos, que asigna un estatus elevado a la producción de conocimiento, y un estatus bajo a su uso, al desarrollo acumulativo y a la imitación creativa.

La cultura de muchos países europeos, que asigna un estatus elevado a la producción de conocimiento y un estatus bajo a su uso, al desarrollo acumulativo y a la imitación creativa, constituye un obstáculo para la innovación

El análisis del grupo IRCE tiene también implicaciones importantes para el gobierno y el poder dentro de los sistemas de innovación. La primera es la cuestión de la subsidiaridad, es decir hacer las cosas al "nivel" adecuado dentro del sistema de innovación. El espacio geográfico desempeña un gran papel en los procesos de innovación y, por tanto, la proximidad es importante y las regiones son importantes como nivel en el que se han de poner en práctica ciertos aspectos de la política de investigación y (sobre todo) de innovación. Sin embargo, dar poder a las regiones para que formulen políticas exige también inteligencia, en forma de análisis políticos y desarrollo de capacidades a nivel regional. Ello puede requerir medidas explícitas para proporcionar adiestramiento1.

El enfoque sistémico y evolutivo conlleva cierto escepticismo sobre la planificación central. La innovación es un proceso muy "sesgado" y, por tanto, las buenas soluciones de innovación emergen de una amplia selección de entornos y no son normalmente predecibles. Al mismo tiempo, se necesita una amplia coherencia entre las políticas para las diferentes partes del sistema de innovación (véase el artículo de K. Guy y C. Nauwelaers en este número). Asimismo se necesitan mecanismos de coordinación (la llamada coordinación "débil") entre los distintos actores que participan en la formulación de la política de investigación e innovación. Esto se aplica tanto "verticalmente" (es decir, entre las políticas regionales y nacionales) como "horizontalmente", entre quienes financian la investigación y la innovación. Desde luego, para que la coordinación "débil" funcione debe haber una visión suficientemente fuerte para promover la coherencia entre las políticas de los diferentes actores. Ello precisa una combinación de prospectiva, creación de foros donde la política se pueda discutir ampliamente, y un mecanismo de alto nivel para orientar y respaldar la visión. Un ejemplo bien conocido es el Consejo Nacional de Política Científica y Tecnológica de Finlandia, que preside el Primer Ministro.

Como quiera que los fallos y el rendimiento de los sistemas dependen mucho de la interacción de las características de los sistemas individuales, no puede haber una política sencilla, basada en reglas, como sí es posible en relación con la idea estática de los fallos de mercado. Por el contrario, un papel clave de la política estatal es el "análisis de los cuellos de botella": identificación y rectificación continuas de los defectos estructurales. Para que los sistemas políticos aprendan unos de otros se necesita un "benchmarking" inteligente, que considere y compare los contextos de los indicadores y las intervenciones políticas, y que describa las propias intervenciones. Sin embargo, no es posible descubrir, a través del "benchmarking", una "mejor práctica" universalmente aplicable, sino únicamente prácticas que funcionan en momentos y lugares concretos. Las necesidades y características de los sistemas individuales de innovación cambian con el tiempo, a medida que se desarrollan y evolucionan.

No obstante, el análisis es realmente útil cuando uno o más actores pueden actuar como agentes del cambio. Puede tratarse de agencias de financiación especializadas, dentro del sistema de investigación e innovación, pero se necesita también, periódicamente, salir fuera del sistema y revisar las estructuras. Las cambios radicales en las estructuras organizativas raras veces operan desde dentro.

Por tanto, una conclusión final es que los sistemas de innovación son demasiado importantes para confiarlos a los propios actores participantes. Se necesita cierto grado de interés y preocupación políticos tanto para evitar el estancamiento como para fomentar el desarrollo.

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