¿Por qué la endometriosis concierne al feminismo?
| Autor | Tasia Aránguez Sánchez |
| Páginas | 15-19 |
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“El feminismo como defensa de los derechos de las mujeres no puede permanecer indiferente hacia la desigualdad de oportunidades que supone no tener en cuenta en el momento del diagnóstico médico, las diferencias en el enfermar de las mujeres respecto de los hombres”.
Carme Valls-Llobet1
La endometriosis es una enfermedad que afecta a un diez o quince por ciento de las mujeres en edad menstrual, a unas dos millones de españolas. La enfermedad, como señala el ginecólogo Carmona, la padecen más personas que el SIDA, la diabetes, el asma y la epilepsia juntas. Esta enfermedad solo la padecemos las mujeres y en muchos casos resulta incapacitante para múltiples actividades de le la vida cotidiana (dolor pélvico intenso que no cede a la analgesia, diarreas o estreñimiento, dolor durante las relaciones sexuales, dolor al estar sentada, dolor al permanecer de pie, dolor al desplazar cargas, limitaciones a la movilidad, etc.). A pesar de su gran incidencia sobre las vidas de tantas mujeres, la enfermedad no recibe apenas atención científica ni social. No hay consenso científico sobre sus causas, no hay una cura y las técnicas diagnósticas son pobres.
La endometriosis es crónica e incapacitante y consiste en el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero, normalmente dentro de la cavidad pélvica (intestinos, recto, vejiga, etc.), pero puede invadir cualquier órgano del cuerpo, como el pulmón o el cerebro. El primer síntoma de la endometriosis es el dolor severo durante la menstruación. Es una enfermedad de género, vinculada a los estereotipos que recaen sobre las mujeres y al tópico de que es normal que la menstruación duela. Cuando las mujeres se quejan de dolor extremo en ginecología no se las cree, se las tacha de vagas que quieren una baja laboral o de hipocondriacas, y a menudo acaban en salud mental. El diagnóstico se demora unos ocho años y tienen que consultar cuatro o cinco especialistas distintos antes de que alguien las crea. La enfermedad se
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va extendiendo en ese tiempo, pudiendo causar complicaciones peligrosas como una perforación del apéndice o del intestino. Como señala la endocrinóloga Carme Valls, existe un gran desconocimiento de la menstruación y hasta los años ochenta no se supo cómo funcionaba esta. Muchos médicos y médicas no saben qué pruebas realizar para diagnosticar la endometriosis, no reconocen sus síntomas y solo unos pocos equipos multidisciplinares en España están capacitados para intervenirla quirúrgicamente, ni siquiera contamos con uno en todas las Comunidades Autónomas.
Los estereotipos sobre la pretendida debilidad femenina afectan indudablemente al trato de la enfermedad. Esta situación se produce en todos los países del mundo. Si en cualquier país nos dirigimos a un colectivo de mujeres con endometriosis, muchas expresarán que es común que en la atención sanitaria se las tilde de exageradas, e incluso que se les insinúe que fingen vómitos o desmayos (producidos por la intensidad del dolor). Uno de los primeros síntomas de la endometriosis es un dolor menstrual muy intenso (contracciones similares a las del parto) que con el tiempo puede llegar a afectar...
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