Encarna Arjona
| Autor | Alberto J. Pérez Ibars |
| Páginas | 32-36 |
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Casi 27 años con nosotros, para que todo funcione como "Dios manda"
Encarnación Arjona Mateos, oficial de nuestro Colegio, desempeña actualmente su labor administrativa en la delegación de Algeciras. No es partido judicial fácil, superando con creces a cualquier otro en número de detenidos y diligencias penales, con casi 200 abogados en este área del turno de oficio y todo dependiendo de una sola persona:
Encarna.
24 horas, 365 días, más de 6.000 detenidos al año, tantos como llamadas recibidas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, lógicamente, otras tantas llamadas emitidas para dar aviso al letrado de guardia. Breves pinceladas que pueden acercar al lector al servicio de atención telefónica que presta la Sra. Arjona Mateos desde hace años para nuestra corporación.
Y todo ello, a la vez que atiende a más de quince solicitantes de justicia gratuita al día, a los letrados, etc.
Alberto J. Pérez Ibars
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Toca acercarme hoy a preguntarle acerca de su vida a una inmejorable amiga:
Hola Encarna, ¿Cómo va esa pierna? Regular, el médico me acaba de diagnosticar "a bote pronto" (faltan las pruebas médicas de rigor) una tendinitis en el tobillo. Seis meses llevo liada con el dichoso pie, único motivo de baja en mis casi veintisiete años en el colegio.
Cierto es, pero recuerda que tengo el documento gráfico obtenido momentos después de tu caída. Empezando por lo importante, el pasado 3 de enero nace tu primera nieta, ¿Qué tal llevas lo de ser abuela? Bien, en la vida hay que saber cumplir años y ahora me toca ser abuela. Estoy feliz de poder ayudar a mi hija con su recién estrenada labor de madre. Mi nieta está sana y saludable, mi hija es feliz, ¡¿Que más puedo pedir?!
¿Por qué decides entrar a trabajar en nuestro Colegio? Fue decisión difícil porque tenía varias ofertas, entre ellas una de la CAM que parecía interesante. Manuel Tinoco, entones delegado en Algeciras, era mi profesor de derecho en la UNED y me ofreció el puesto. Se pretendía reivindicar una mayor presencia del colegio en este partido, apoyado por el entonces decano Miguel Fernández-Melero, y Tinoco pensó en mí. Dudé bastante si optar por este trabajo o ingresar en la CAM, al final me convencieron dos letrados (y excelentes personas, ya fallecidos por desgracia), José L. Romero Caramé y Daniel Castro Blanca. ¡No me equivoqué!
¿Cómo fueron esos comienzos? Duros y muy divertidos. Comencé a trabajar sin máquina de escribir, sin mesa y sin ná...
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