El emprendimiento social como estrategia para mejorar la calidad de vida

AutorKarina Gatica Ch./Christian Quinteros F./Lucía Vásquez R./Luis Yañez D
Cargo del AutorDocentes Escuela de Trabajo Social. Universidad del Pacífico, Chile
Páginas101-128

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1. Introducción

Comprender el desarrollo social como algo más que la generación de bienes y servicios suficientes para satisfacer necesidades, ha sido el desafío de nuevas miradas que desde distintas disciplinas han intentado dar cuenta de un concepto amplio e inagotable. El Enfoque del Desarrollo Humano abarca la ampliación de todas las decisiones humanas (económicas, sociales, culturales, políticas). Comprender el emprendimiento como una estrategia de desarrollo, legitima y validada por distintos sectores sociales, ha sido un camino teóricamente atractivo para estimular el esfuerzo individual y colectivo de las comunidades y en el terreno de lo práctico es considerado un camino posible para generar desarrollo social de acuerdo a indicadores objetivos de calidad de vida. Debe articularse oportunamente por una parte, la estimulación del emprendimiento individual, de la voluntad de emprender y por otra, el otorgar un soporte institucional que ofrezca alter-nativas, recursos y apoyos al esfuerzo individual, grupal o colectivo, desde los propios intereses de los sujetos. El esfuerzo de emprender puede no solo ser visto como un proceso productivo sino también como un camino lleno de virtudes humanas y ciudadanas. Nuestro país ha incorporado con relativo éxito el concepto del emprendimiento desde los distintos servicios públicos y lo ha estimulado desde Sernam, desde Prodemu, desde INDAP, entre otros. Actualmente se ha levantado con inédita fuerza desde el Estado el Programa «Chile Emprende» que ha institucionalizado aún más estos esfuerzos. Por otra parte instituciones como Fondo Esperanza, Fundación Banigualdad, desde la sociedad civil y los gobiernos locales entre otros, han aportado a través del microcrédito y otras metodologías en esta tarea, esfuerzos orientados a estimular el emprendimiento en sectores vulnerables o excluídos del sistema económico formal. Sin dudas que promover el emprendimiento es en sí mismo una tarea difícil que reviste muchas aristas, que al relacionarlo con la calidad de vida aumenta su complejidad, más aún si se considera la dimensión subjetiva de la calidad de vida y la felicidad como parte de ésta.

2. El emprendimiento social y su configuración local

A lo largo del trabajo realizado durante estos años en el Proyecto «Impacto de la Crisis Económica en la Economía Social», se ha constatado que existe un campo de relaciones recíprocas que se establecen a nivel teórico-práctico entre: La innovación social, el emprendimiento social y las empresas sociales. Esta

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relación cobra sentido en tanto se ubica al centro al sujeto, como medio y fi n de este proceso. Hacia él y por él surge este entramado relacional, con el fi n de potenciarlo y favorecer su calidad de vida.

A partir de lo anterior se considera de importancia dar cuenta de la defi nición instrumental que se realiza de estos conceptos a partir de la investigación realizada por la Pontifi cia Universidad Católica de Chile y su Escuela de Administración Pública (PUC, 2012: 4), donde, luego de una revisión exhaustiva de las distintas aproximaciones, se tiene que:

• La Innovación Social se entiende como la generación de valor para la sociedad a través de la introducción de un producto, servicio o proceso novedoso que satisface una necesidad social de mejor forma que las soluciones existentes, produciendo un cambio favorable en el sistema social.

• El Emprendimiento Social, entendido como el proceso u oportunidad de crear valor para la sociedad mediante la generación de productos, servicios o nuevas organizaciones que provocan un cambio o impacto positivo en la comunidad donde se insertan. Es impulsado a partir de la acción de un individuo, de un colectivo o de varias organizaciones que se desenvuelven en un contexto determinado.

• La Empresa Social cuyo fi n principal y determinante en la toma de decisiones es la creación de valor para la sociedad, a partir de la comercialización de bienes y servicios, con autonomía en su gestión y combinando diversos mecanismos económicos y administrativos que le otorguen sustentabilidad económica.

En defi nitiva los procesos que se impulsan desde la articulación de estos tres conceptos contribuyen a:

Cuadro Nº1: Articulación social del proceso de emprendimiento

Fuente: Elaboración propia

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Según Spear (2006) para la creación de un Emprendimiento Social es necesaria la presencia de: motivación inicial, apoyo de actores u organizaciones sociales, la transición desde un sector a otro (alianzas públicoprivadas), innovación, trabajo en equipo, trabajo de colaboración en red y capital social. Se destaca que en la comprensión del emprendimiento social debe estar presente, la creación de valor social y búsqueda de impacto social, la cohesión o al menos articulación entre la creación de valor social y económico y su pertinencia al contexto socio cultural en el que surge. Lo anterior se evidencia en la concepción que prima en América Latina sobre el fenómeno, el cual es desarrollado por SEKN1.

Cuadro Nº2: Concepción de Emprendimiento

Fuente: PUC, 2012: 34

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En este escenario, Chile presenta una experiencia de larga data, que se inicia con las organizaciones sin fines de lucro, de importancia para la economía del país, por tanto siempre se han desarrollado esfuerzos en la generación de valor para la sociedad, la cual se adapta a los diversos contextos socio históricos que se presenten.

Hoy día, se agrega un elemento potenciador a dicho proceso, el cual es el interés de sectores privados para «adoptar nuevas formas y estrategias que permitan construir modelos de negocios sustentables, ya sea a través de modificaciones en sus estatutos o bien, dado la consolidación de iniciativas de innovación social que permitan avanzar, por ejemplo, en la generación de estrategias de valor compartido. E incluso, ahora último, es posible identificar también un nuevo sector emergente con modelos de organización híbridos quienes adoptando dinámicas empresariales se plantean objetivos y estatutos que orientan las decisiones estratégicas hacia objetivos sociales por sobre las decisiones de maximización de las utilidades de la organización» (PUC, 2012:5)

De acuerdo al informe del BID - Alianzas Sociales en América Latina-el contexto social de Chile se destacó por esfuerzos de colaboración entre personas que ya se conocían entre sí. «Los casos de este país muestran como las redes sociales y las relaciones familiares entre los líderes sirven como puentes facilitadores de confianza entre los sectores, en el contexto de una sociedad relativamente homogénea. Esas redes pueden ser vistas como una ventaja competitiva para disminuir las barreras de entrada en las relaciones de colaboración intersectorial (…) El importante papel desempeñado por la Iglesia Católica, que en ese país goza de gran legitimidad en todo el espectro ideológico de izquierda a derecha, y en todas las clases sociales, también cumplió una función similar en la disminución de las barreras de entrada en las relaciones de colaboración intersectorial» (BID, 2005:346)

A partir de lo planteado anteriormente, es claro que el país experimenta un escenario favorable, tal como se destaca en el Informe de la Pontificia Universidad Católica de Chile: «Chile vive un momento de oportunidad para construir una agenda pública en torno a la Innovación y el Emprendimiento Social» (PUC, 2012: 7). Las empresas sociales contribuyen al Estado, en cuanto ayudan a construir bienestar en lugares donde existen fallas en el sistema de protección social, sin embargo, no debiera ser ésta su fuente de financiamiento.

Si bien el fenómeno se presenta de manera emergente en el país, también resultan emergentes las oportunidades que el contexto ofrece,

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sobre todo para el establecimiento de alianzas público – privadas, real-zando el rol del Estado en apoyo a las iniciativas ciudadanas para potenciar este fenómeno. A partir de lo anterior, se generan una serie de desafíos, que el informe de la Pontificia Universidad Católica, describe en forma de recomendaciones, pensando en las acciones a implementar por el Estado de Chile. Estas son: Perspectiva, visibilidad y conocimiento del fenómeno; Institucionalidad; Políticas Públicas de fomento e incentivos; Marco legal. (PUC, 2012: 7)

3. Las buenas prácticas del emprendimiento social y su contribución al desarrollo de capacidades personales y organizacionales
3.1. Claves para la comprensión: El Desarrollo Humano

El paradigma del Desarrollo Humano, permite ampliar la visión respecto de las condiciones de vida que experimentan los sujetos en su cotidianeidad, no reduciéndolas únicamente a sus condiciones materiales. En este entendido, el concepto de calidad de vida forma parte de las metas del desarrollo humano, para contribuir en definitiva al bienestar social de la población. Referirnos al desarrollo humano, implica el desafío de ir más allá de los meros reduccionismos en los cuales resulta muchas veces simplista visualizar las condiciones de vida de la población, únicamente desde la perspectiva de los ingresos en el caso familiar –individual o en el caso de miradas globales al PIB de una nación. Por el contrario implica situarse desde un paradigma absolutamente distinto, el cual da la posibilidad de posicionar al sujeto como protagonista de su propio desarrollo.

La idea que se encuentra tras el desarrollo...

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