Eliminar el hambre y la pobreza del mundo: un reto ambiental colectivo

AutorKarina Abad Samón - Loraine Céspedes Medina
Páginas361-372

Page 361

En la actualidad, la preocupación por el problema ambiental es uno de los grandes temas en la vida política y social de cualquier país. Pocas cuestiones han suscitado tanto interés y compromiso mundial como es la relacionada con los problemas del ambiente, que presenta implicaciones políticas, económicas, sociales, éticas y morales, que no escapan a ningún habitante del planeta. Los conceptos de "ambiente sano" "calidad de vida", "protección de la naturaleza" o "desarrollo sustentable" ocupan la atención de todos los habitantes del planeta, ya sean gobernantes, ciudadanos comunes o integrantes de algún grupo de solidaridad. Esto se debe, entre otras causas, a las consecuencias de la creciente industrialización de los pueblos y al acaecimiento de determinados sucesos graves, como lo es, por ejemplo, el deterioro de la capa de ozono, que han convencido al hombre de que los recursos naturales no son ilimitados y de que el medio natural en que vive y del que vive le limita o le potencia en sus posibilidades existenciales.

Y es que el ambiente provee el entorno necesario para la vida humana. Los recursos naturales constituyen los elementos necesarios para satisfacer nuestras demandas de alimentación, vestido, vivienda, energía y demás productos de la población actual, pero también deben de garantizar el bienestar de las generaciones futuras, pues, como bien han dicho destacados estudiosos del tema, estamos tomando prestado hoy lo que pertenece a los jóvenes y niños que nacerán en el futuro que deberán también tener lo necesario para su bienestar.

Page 362

El derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado es un derecho humano y su característica especial es integrar los derechos de la persona en su dimensión vital, con la característica especial que no solo se desarrolla en la viabilidad biológica del ser humano, sino que integra la relación con su entorno.

El concepto de "sano" no solamente tiene que ver con la presentación y no contaminación de los elementos y recursos naturales, sino además, con todos aquellos ámbitos donde irrumpe con su actividad constructora el hombre. En cuanto a "equilibrado", se refiere a la existencia de una debida correspondencia de las partes respecto de un todo que debe ser homogéneo y armónico. Dentro de los problemas que afectan en la actualidad, al desarrollo de un ambiente sano en el mundo se encuentran el hambre y la mal nutrición.

El derecho a la alimentación es uno de los principios proclamados en 1948 por la Declaración Universal de Derechos Humanos. La Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social precisaba, en 1969, que es necesaria "la eliminación del hambre y la malnutrición y la garantía del derecho a una nutrición adecuada". Asimismo, la Declaración universal para la eliminación definitiva del hambre y de la malnutrición, aprobada en 1974, dice que toda persona tiene el derecho inalienable de ser liberada del hambre y de la malnutrición para poder desarrollarse plenamente y conservar sus facultades físicas y mentales. En 1992, la Declaración mundial sobre la nutrición reconocía también que "el acceso a una alimentación nutricionalmente adecuada y sana es un derecho universal".

Se trata de afirmaciones claras. No obstante, millones de personas están marcadas todavía por los trastornos del hambre y de la malnutrición o por las consecuencias de la inseguridad alimentaria. La causa no radica en la carencia de alimentos. Está reconocido que los recursos de la tierra, considerados en su totalidad, pueden alimentar a todos sus habitantes. En efecto, los alimentos disponibles por habitante, a nivel mundial, han aumentado alrededor de un 18% en los últimos años. El desafío que se plantea a toda la humanidad es, desde luego, de orden económico y técnico, pero más que todo de orden ético y político. Es una cuestión de solidaridad, de desarrollo y de progreso material. La urgencia de ese problema impulsa a presentar algunos elementos que producto de una investigación sirva para invocar la responsabilidad individual y colectiva para que se establezcan soluciones más eficaces.

Page 363

El presente trabajo trata de analizar y describir las causas y las consecuencias del fenómeno del hambre en el mundo de manera global y no absoluta. Estamos en presencia de un fenómeno vinculado a las opciones económicas de los dirigentes, y responsables, así como también de productores y consumidores; también en nuestro modo de vivir se hallan profundas raíces. Este artículo es, pues, una invitación a todos y a cada uno, con la esperanza de llegar a un progreso decisivo, gracias a unas relaciones humanas más solidarias.

No hay que confundir el hambre con la malnutrición. El hambre es una amenaza, no sólo para la vida de las personas, sino también para su dignidad. Una carencia grave y prolongada de alimentos provoca el deterioro del organismo, apatía, pérdida del sentido social, indiferencia y a veces incluso crueldad hacia los más débiles, niños y ancianos en particular. Grupos enteros se ven condenados a morir en la degradación. Esta tragedia, desafortunadamente, se repite en el transcurso de la historia; sin embargo, hay conciencia, más que en otros tiempos, que el hambre constituye un escándalo.

Hasta el siglo XIX, las oleadas de hambre que aniquilaban a poblaciones enteras procedían, por lo general, de causas naturales. Hoy día la mayoría de los casos son producto del comportamiento humano. Es suficiente mencionar algunas regiones o países para convencerse de ello: Etiopía, Ruanda, Haití... En una época en la que el hombre tiene la posibilidad de afrontar el hambre, esas situaciones constituyen una verdadera deshonra para la humanidad.

Los grandes esfuerzos desplegados han dado frutos; hay que tener en cuenta, sin embargo, que la malnutrición está más difundida que el hambre y asume formas muy distintas. Es posible estar desnutrido sin tener hambre. El organismo no deja por esto de perder sus potencialidades físicas, intelectuales y sociales. La malnutrición puede ser cualitativa, debido a una dieta mal equilibrada (por exceso o por carencia). Con frecuencia es también cuantitativa y llega a ser aguda en tiempo de carestía. Algunos la llaman entonces desnutrición o subalimentación. La malnutrición estimula la difusión y las consecuencias de algunas enfermedades infecciosas y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR