Elías Izquierdo-Estudios jurídicos de arte menor
Autor | Elías Izquierdo |
Páginas | 1157-1162 |
Page 1157
El título de la obra sólo responde a la modestia de su autor. Su contenido y su «narratio» merecían otro título. Algo así como, verbigracia, «Lecciones mayores de Arte Jurídico» o «Summa Artis de Jurisprudencia».
El volumen I comprende: «Prólogo a unos cursillos»; «Apéndice navarro al Prólogo» (el trabajo inédito); «Salutación a Carnelutti»; «La adjudicación para pago de deudas»; «La liberación de cargas y el Registro de la Propiedad» y «La acción pauliana y el Registro de la Propiedad».Page 1158
El II y último: «La compensación y su efecto»; «Estudios.de arte menor sobre derecho sucesorio» y la «Enajenación de bienes pseudo-usuf ructuados».
Prólogo a unos cursillos
es el discurso inaugural de los Estudios de Derecho Privado de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander, en septiembre de 1950. Estudia la iniciativa y desarrollo de estos cursillos, elogia a la Universidad «de cine» en oposición al «caserón oscuro, destartalado, triste y polvoriento de la calle de San Bernardo, de Madrid», y traza un maravilloso estudio sobre «la formación del jurista práctico», con la moraleja de «realizar honradamente y lo mejor posible la obra de cada dia o de cada muchos días». Resumiendo su denso contenido: el jurista práctico es un eficaz servidor de la Justicia y su tragedia es la de que sólo puede servir a la Justicia a través y por medio del derecho positivo; en la realidad jurídica sólo es real lo que puede probarse, y el jurista práctico no actúa aislado por el ancho mundo; el jurista práctico no debe estudiar el derecho «insularmente», sino sistemática y completamente», debe poseer cultura «de cocido» y no de «tapas», y, finalmente, el jurista que no sepa más que Derecho no será jurista completo.
Apéndice navarro al Prólogo
. Es un charla con los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra, en la que explica la aparición de la obra que glosamos en la Colección de Publicaciones del Estudio General de Navarra, y justifica su «peligrosidad» con la graciosa narración de su «escándalo jurídico» (su obra prohibida: «Negocio y documento»). En el discurso del método «trata de enseñarnos a no perder el tiempo», y en su maravilloso esbozo de pedagogía universitaria jurídica acaba con los diez mandamientos del estudiante, que se encierran en dos: «ser devotos de Santa Rutina» y «dar clase particular con el maestro Machaca». En la Bibliografía, como causa limitativa de la capacidad de obrar, clasifica los libros en gordos y flacos, para ser enseñados y para enseñar, para ser citados y para citar, hechos y por hacer y, siguiendo a Cicerón, da tres normas guia para escribir un libro: tener algo que decir, saber decirlo y...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba