Educar personas críticas pero también compasivas

AutorJavier Gracia Calandín
Páginas113-134
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CAPÍTULO 5.
EDUCAR PERSONAS CRÍTICAS PERO
TAMBIÉN COMPASIVAS
En el corazón tenía
la espina de una pasión
logré arrancármela un día
ya no siento el corazón.
[…]
Mi cantar vuelve a plañir:
aguda espina dorada
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.
Antonio MACHADO, Yo voy soñando caminos (1964: 64-65).
Ante una globalización económica que alimenta el egoís-
mo, las desigualdades y la estrechez de espíritu, es funda-
mental promover la educación humanista para fortalecer
la democracia a través de la formación de personas críticas
pero también compasivas. Antes que nada somos personas
que piensan y que sienten; que argumentan y que sufren;
que compartimos razones y sentimientos; personas que a
pesar de nuestra diferencias (o tal vez gracias a ellas) somos
capaces de congeniar y entendernos.
En este capítulo me centro en dos capacidades funda-
mentales de las personas en las que se debe centrar la edu-
cación ética. Aunque la lista se puede ampliar, por mor de la
Javier Gracia Calandín
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claridad me centraré en la capacidad crítica y la capacidad
compasiva a partir de la propuesta de Martha C. Nussbaum
en sus escritos sobre educación. Ambas han estado y están
muy presentes en las tradiciones éticas, sin embargo, creo
que conviene perfilarlas porque no siempre han sido sufi-
cientemente articuladas.
Pensamiento crítico y compasión constituyen dos ele-
mentos insoslayables de nuestra herencia ética sobre los
que la educación ha de recabar. En el capítulo siguiente
introduciremos los rasgos de ciudadanía cosmopolita que
vienen a complementar a estas dos dimensiones de la edu-
cación ética. Veamos en qué sentido conviene entender y
articular la dimensión crítica y la dimensión compasiva en
la educación ética.
1. EDUCAR EN EL PENSAMIENTO CRÍTICO CONS-
TRUCTIVO
Conectando con la “pedagogía de Sócrates”, Martha
Nussbaum apuesta por recuperar el pensamiento crítico
y la importancia de la argumentación. Como ya hiciera en
1997 en El cultivo de la humanidad (Nussbaum, 2005), la
filósofa pone de relevancia el legado de la pedagogía socrá-
tica consistente en la capacidad crítica y argumentativa. De
modo muy significativo trece años después en Sin fines de
lucro (Nussbaum, 2010a) considera las enormes dificultades
en los que dicho ideal socrático se encuentra en un mundo
que ha decidido maximizar el crecimiento económico con
las implicaciones educativa que ello comporta.
Resultado de esa cultura del crecimiento económico es,
por ejemplo, la tendencia que se ha convertido en el modo

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