La educación patrimonial en la escuela actual

AutorLaura Lucas Palacios
Páginas5-20
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LA EDUCACIÓN PATRIMONIAL
EN LA ESCUELA ACTUAL
CAPÍTULO
1. LA ESCUELA HOY: ¿ESCUELAS DEL SIGO XX
O DEL SIGLO XXI?
En las últimas décadas del siglo XX hemos vivido la transición de la sociedad industrial a la
sociedad del conocimiento. Los medios de comunicación han alcanzado un desarrollo gigan-
tesco en cualquiera de sus formatos (periódico, radio, televisión, internet, redes sociales).
Esto ha hecho que la información, que antes estaba reservada para unos pocos, ahora esté al
alcance de toda la ciudadanía, siendo las fuentes muy diversas y extraordinariamente abun-
dantes. Al mismo tiempo, las sociedades se han ido transformado, tenemos ahora sociedades
más pluralistas, más diversas y con una mayor libertad de movimiento. Sociedades que han
ido adoptando de manera progresiva la democracia como el modo de gobierno más deseable
para garantizar las libertades básicas de los seres humanos.
Sin embargo, la escuela de hoy es muy parecida a la del siglo XIX; es una institución que
fue creada para transmitir el conocimiento acumulado a lo largo de la historia. Si bien es cier-
to que ha habido avances y que su aparición fue fundamental en el desarrollo de la sociedad,
su capacidad de cambio y transformación a las nuevas exigencias que trae el mundo se está
produciendo de manera lenta y poco coordinada.
Pero remontémonos brevemente a sus inicios para ver cómo ha sido esta evolución. La
aparición de la escuela fue un logro fundamental, pues su función principal era transmitir a
las nuevas generaciones el conocimiento que habían alcanzado las generaciones anteriores,
garantizándose así la preservación de la cultura y pudiendo avanzar como sociedad. Dicho de
otra manera y empleando la metáfora que utilizaba Newton, aunque sabemos que es anterior
a él: cada uno de nosotros somos enanos que estamos subidos sobre las espaladas de gigantes
y gracias a ellos, por pequeños que seamos, vemos un poquito más lejos que esos gigantes
que nos han antecedido.
Un segundo gran logro del sistema educativo fue ampliar la escolarización a toda la socie-
dad, independientemente de su clase social, pues en un primer momento, la educación solo
estaba reservada para las élites. Eran quienes iban a ser los dirigentes y por tanto, solo ellos
debían conocer la historia anterior. Pero a lo largo del siglo XVIII, y especialmente después
de la revolución francesa y norteamericana, se empieza a hablar de Derechos Humanos y de
Lucas Palacios, L. Ot ra educac ión es posible. I NAP - McGraw Hill, M adrid , 2019.
Otra educación es posible: cuando el patrimonio se convierte en piedra filosofal de la educación6
Derechos Universales. Uno de sus primeros proponentes fue el gran educador centro-europeo
Jan Amos Comenius, quien tuvo la osadía y la visión de futuro de sostener que había que
enseñar «todo a todos», y todos incluía también a las mujeres, algo en verdad revolucionario
en ese momento. A partir de entonces, la prolongación de la escolaridad ha sido un hecho
característico de nuestro tiempo, ampliándose a la llamada educación infantil y, por arriba, a
las licenciaturas, maestrías, estudios doctorales e incluso postdoctorales.
Por ello, afirmar que la escuela actual no ha cambiado es demasiado simplista. La escuela
de 2019 poco tiene que ver con la escuela de 1919 y mucho menos con la escuela de 1819. Desde
lo más aparente a lo más profundo, la escuela ha cambiado radicalmente, y el proceso de
cambio no está disminuyendo, sino que, al contrario, se está acelerando. Pero las preguntas
que debemos hacernos son: ¿estamos proporcionando una educación que sea realmente ade-
cuada para las necesidades del mundo actual?, ¿tenemos una escuela realmente democrática?
Hoy, podemos percibir que existe una contradicción entre el tipo de educación que se
proporciona en las escuelas y el modelo de sociedad al que formalmente se aspira porque,
como acabamos de ver, las escuelas no son instituciones que hayan nacido en sociedades
democráticas y que tengan en su origen una vocación democrática. Tonucci (1990) afirma que
«la escuela de todos no se ha convertido en la escuela para todos». La formación escolar
no garantiza el bienestar de toda la ciudadanía porque se sigue basando en tres supuestos
fundamentales:
El alumno no sabe y viene a la escuela a aprender.
El profesor sabe y viene a la escuela a enseñar a quien no sabe.
El alumno viene a la escuela con una cabeza vacía que se va llenando por acumulación
de conocimientos.
Quizá sea porque seguimos anclados en estos tres pilares que uno de los graves problemas
con los que nos encontramos hoy en las escuelas es que nuestros estudiantes aprenden poco.
Nuestro alumnado al acabar el periodo de escolaridad obligatoria no es capaz de aplicar los
conocimientos adquiridos en situaciones concretas, en situaciones prácticas, en la vida. Es
decir, los contenidos que adquieren se olvidan con rapidez y los conocimientos que podemos
considerar esenciales para desenvolverse en la vida y entender la realidad en la que viven no
son suficientes y no les capacitan para ello.
Este hecho es especialmente grave, pues no podemos olvidar que la finalidad última del
sistema educativo es preparar a nuestros alumnos para desenvolverse en una sociedad que
cambia muy rápidamente. Por eso se habla de que la escuela, más que transmitir unos conoci-
mientos bien establecidos, tiene que enseñar a aprender y a adaptarse a situaciones cambian-
tes. Así, el tercer gran logro que debería conseguirse en la educación es alcanzar una escuela
democrática en la que se aprenda lo que se enseña y se enseñe lo que se aprenda. Dicho de
otro modo, las escuelas del siglo XXI deben enseñar a aprender, a investigar, a resolver situa-
ciones reales, a tener un pensamiento flexible y a ser capaz de adaptarse a los continuos cam-
bios que caracterizan a las sociedades actuales. Podríamos decir que el ideal sería tener una
escuela en la que nuestros estudiantes recibieran una formación que les permitiera ser felices,
desarrollarse armoniosamente, convertirse tanto en adultos provistos de los conocimientos
necesarios para insertarse en el mundo social de un modo productivo como en ciudadanos
Lucas Palacios, L. Ot ra educac ión es posible. I NAP - McGraw Hill, M adrid , 2019.

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