EDITORIAL: El Pacto Europeo para Fomentar el Empleo

AutorLucio Pench
CargoComisión Europea, Cellule de Prospective

El Pacto Europeo para Fomentar el Empleo, propuesto por el Presidente Santer en la reunión de los Jefes de Estado y Primeros Ministros en el Consejo Europeo de Florencia (21-22 de Junio de 1996), es una continuación de la estrategia contra el desempleo contenida en el Libro Blanco sobre el Crecimiento, la Competitividad y el Empleo de la Comisión, y desarrollada en los "Cinco Puntos" escogidos para acción en el Consejo Europeo de Essen de 1995.

El Pacto no pretende crear una nueva transferencia de competencias y/o recursos al nivel europeo. El objeto del Pacto es más bien fomentar la cooperación entre las autoridades públicas y los colaboradores sociales a los niveles europeo, nacional y local para combatir el desempleo. Esto lo hace proponiendo un número de caminos y pasos a seguir por dichas partes en cuatro áreas interrelacionadas: el entorno macroeconómico; el entorno empresarial; los mercados laborales; las políticas estructurales europeas.

El Pacto reafirma que un entorno macroeconómico de precios estables y finanzas públicas solventes es el marco más propicio para al crecimiento y el empleo a largo plazo, y que la implantación de la UME en cuanto a los criterios de convergencia en la inflación y las finanzas públicas es, por tanto, "el mejor amigo de las futuras generaciones". Los gobiernos y los colaboradores sociales deben seguir adelante con la consolidación de las finanzas públicas y la moderación salarial, pero debe prestarse atención especial a la conservación de los niveles de inversión en las infraestructuras, la innovación y los recursos humanos, y el ajuste del equilibrio de la fiscalidad en cuanto a la mano de obra y otros factores de la producción.

Se adelantan en el Pacto una serie de pasos sencillos para mejorar el entorno competitivo en el que las empresas europeas han de funcionar, prestando atención especial a la consecución del Mercado Unico y las condiciones de las PYMEs: los Estados Miembros deberían poner fin a la situación donde los directivos del Mercado Unico no se trasladan a la legislación nacional en áreas tan importantes como el aprovisionamiento público, los seguros y la inversión bursátil; deberían llegar a un acuerdo sobre cómo crear un Mercado Unico en la electricidad, y cómo cubrir el déficit en la financiación de las redes transeuropeas; deberían implantarse a nivel nacional y local "despachos de asesoramiento únicos" para aconsejar sobre todos los trámites burocráticos involucrados en el establecimiento de un negocio, y debería escudriñarse por parte de la Comisión la legislación comunitaria relativa al Mercado Unico para identificar oportunidades para su simplificación (la iniciativa SLIM - Simpler Legislation for the Internal Market).

En cuanto a los mercados laborales, el Pacto propone esencialmente una aceleración de las reformas de los sistemas de empleo que rigen en los diferentes países. Entre las medidas que se consideran más prometedoras están: la transformación de las prestaciones del paro en subsidios para el fomento del empleo en empresas dispuestas a hacerse cargo de los desempleados de mucha antigüedad; la promoción de iniciativas para la creación de empleo en el sector de servicios, al abrigo de la competencia internacional mediante un sistema de bonos de servicio y créditos locales; la reorganización de la jornada laboral (el trabajo por horas, la "anualización" de la jornada, la jubilación flexible), así como por acuerdos alcanzados a nivel europeo entre los colaboradores sociales; la certificación de las competencias profesionales por medios que no sean los tradicionales diplomas académicos.

Las políticas estructurales europeas, según el Pacto, dejan amplio espacio de maniobra para la reorientación a favor de iniciativas para fomentar la creación del empleo: las áreas marcadas para atención incluyen las PYMEs, el sector de servicios protegidos, iniciativas para aliviar el desempleo mediante el ajuste anticipado al cambio industrial (el programa ADAPT). Los reglamentos existentes para los fondos estructurales ya contemplan una asociación informal de entidades sociales locales para proyectos en el área del empleo. Esto podría formar una base para unos pactos locales en apoyo de las autoridades y entidades sociales locales a nivel de la región o la ciudad. Además de prestar su apoyo directo, las iniciativas de la Comunidad podrían facilitar el intercambio de buenas prácticas entre las diferentes ciudades y regiones que se adhieran al experimento de los pactos locales.

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