Las drogas en México

AutorEduardo Lopez Betancourt
Páginas389-392

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Quiero agradecer al doctor Eduardo López Betancourt la oportunidad de ser su discípulo, lo cual ha sido y sigue siendo un privilegio. Me voy a referir a temas específicos sobre el tratamiento perverso e hipócrita que se ha hecho sobre el manejo de las drogas, principalmente por parte de los norteamericanos. Nosotros sabemos claramente que ellos son los promotores de la doctrina de la prohibición y la persecución penal en relación a la producción, distribución, comercialización y consumo de las drogas, ellos son los que a principios del siglo XX han pugnado porque la Convención de la Naciones celebre instrumentos internacionales que obliguen a cada país a legislar penalmente sobre esta materia, de tal manera que hoy en día México, como el resto de los países de Latinoamérica, tiene deter-minados compromisos internacionales.

Ellos son los gendarmes del mundo, porque además se erigen en observadores, en vigilantes de que los demás países, los países soberanos cumplan con sus mandatos, de tal manera que hacen una especie de certificación en donde evalúan el trabajo de los gobiernos con respecto a la persecución del tema de las drogas. La pregunta es ¿por qué en el territorio de Estados Unidos no hay detenciones de narcotraficantes?, porque esas detenciones se realizan del Río Bravo para abajo, porque ellos se autoproclaman como una sociedad incólume, cuando ciertamente sabemos que un alto porcentaje de su población son consumidores de drogas de toda la vida.

El problema es grave y esa posición hipócrita del gobierno norteamericano es que esto es un negocio después de la industria militar, en el mundo lo que más dinero deja es el tráfico ilegal de drogas, y la gran rebanada del pastel es para los Estados Unidos de América.

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Leía algunas notas de Francesco Folori que fue un zar antidrogas en Italia y señalaba este aspecto fundamental del contenido económico de las drogas; él decía, de acuerdo con estos antecedentes y sus estudios, que un kilo de la hoja de coca en Bolivia o en Colombia, un kilo de esa planta que nos da la naturaleza, en su estado natural vale 1,200 dólares, sin embargo ese mismo kilo cuando va avanzando en su proceso de convertirlo en clorhidrato y en el proceso de ir avanzando en los diferentes territorios, hasta llegar al consumidor final, por ejemplo un joven que asiste a una discoteca en Paris o en Roma, ese mismo kilo cuesta 240,000 dólares; esa capacidad, esa plusvalía que tiene la cocaína en el mundo...

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