Dos conceptos olvidados: el tiempo y la incertidumbre

AutorAntonio Torrero Mañas
Páginas35-50
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1. EL TIEMPO
En las décadas anteriores a la crisis se produjeron cambios impor-
tantes en las ideas sobre la economía y las finanzas. Me limitaré ahora a
exponer unas breves consideraciones sobre dos conceptos: el tiempo y
la incertidumbre, cuya comprensión, o mejor, su escasa utilización para
comprender la realidad, ha marcado a la macroeconomía.
El título del presente apartado, y los dos conceptos que sitúo en
el primer plano de atención, aconseja comenzar aludiendo a Shackle,
calificado por coddinGTon (1983) como keynesiano fundamentalista
junto a Robinson y Loasby 1. Sus características básicas son el rechazo
de la interpretación neoclásica de la Teoría General, el énfasis en la
incertidumbre y en resaltar el artículo de Keynes de 1937 en respuesta
a los críticos de su libro como el mensaje esencial del mismo. Añadiré
que Shackle ha sido el economista que más atención ha prestado, que
yo conozca, a la impor tancia del tiempo en economía.
El siguiente párrafo recoge sus ideas sobre el tiempo:
«La teoría del valor como expresión racional de conducta no podía
encontrar un lugar para el tiempo. La razón y las condiciones con las
que ha de tratar tienen que estar a la vista. Ni lo que ha ocurrido y es
inalterable, ni lo que todavía no ha sucedido y es invisible, pueden ser
manipulados por la razón. La razón trata con lo abstracto, lo conceptual.
Tal vez sea insuficiente decir que la construcción lógica neoclásica se
ocupó del presente momentáneo. Trató con un mundo apartado del
tiempo, un mundo al cual el tiempo le era ajeno. Todo el mister io de las
cosas reside en la experiencia del tiempo, pero la razón no quiere tratos
con el misterio» (shackle, 1972: 128).
Shackle toma la idea de la importancia del tiempo de su maestro
marshall que reitera en sus Principles que «el tiempo es la fuente de
1 El lector interesado por la obra de Shackle y su conexión con la de Keynes puede
recurrir a mi libro sobre Keynes (Torrero, 1998).
DOS CONCEPTOS OLvIDADOS: EL TIEMPO
Y LA INCERTIDuMbRE
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muchas de las mayores dificultades en la economía» (1880: 92, 274). En
su magnífico artículo necrológico, keynes destaca que Marshall fue el
primero que introdujo de forma explícita el elemento tiempo como
un factor en el análisis económico (1924: X, 161-231).
El tiempo está presente en toda la obra de Keynes. Su análisis eco-
nómico se fundamenta e inspira en los sucesos de su tiempo, lo cual
contribuye a explicar sus cambios de opinión respecto a diferentes
cuestiones, dependiendo del momento en el cual se plantean. Es muy
conocida la respuesta que da a un crítico que le acusaba de ser voluble
y cambiar de opinión. Argumentó Keynes que las circunstancias habían
cambiado y también sus opiniones.
Son muy numerosos los cambios de opinión de Keynes sobre cues-
tiones concretas a lo largo de su vida. Quizá el caso más notorio sean
sus ideas sobre el patrón oro, que van desde considerarlo un puntal
clave de la economía, a una «reliquia bárbara», para admitir finalmente
más adelante que podía jugar un papel en el sistema monetario, puesto
que estaba muy arraigada la convención respecto a la permanencia de
su valoración. Por eso considero muy importante, cuando se cita alguna
declaración de Keynes, precisar el año en el cual se realiza.
La precaución apuntada, válida en términos generales, es especial-
mente indicada cuando se trata de la crisis financiera de la década de
1930 y la de 2007-2008. Ambas crisis fueron el pórtico que dio lugar
a una reconsideración de las ideas sobre la economía y las finanzas. En
mi opinión, la revisión de la década de los años treinta fue mucho más
intensa; en la de 2007-2008, la alarma inicial, muy importante, fue se-
guida de medidas que se hicieron más tibias en los años siguientes. La
razón de esta diferencia radica en el mayor peso que tienen las finanzas
actuales sobre la economía; esa superior importancia se traduce en ca-
pacidad de presión para mantener su trascendencia como sector.
Al plantearse la validez de los modelos, como revela su correspon-
dencia con Harrod y el contenido de la crítica a Tinbergen 2, keynes
(1938: 296) se expresa con claridad:
«La economía es una ciencia de pensar en términos de modelos
junto al arte de escoger los modelos relevantes para el mundo contem-
poráneo. Está forzada a ser así porque, a diferencia de la ciencia natural
típica, el material al que se aplica es, en deter minados aspectos, no ho-
mogéneo en el tiempo».
2 Sobre la correspondencia con Harrod, Torrero, 1998: 171-176.

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