Fórmulas documentales mercantiles en Nueva Guinea-Papua Occidental

AutorMartín Garrido Melero.
CargoNotario de Tarragona.
Páginas119-121

A quien llamábamos Albert, de los Yale, con quien pasé muchas horas

[1]El avión procedente de Uyung Pandang (la antigua Makasar), con escala en Ambón (Molucas), Timika (sur de Irían Jaya) y Biak, aterriza en Jayapura, la capital de la parte indonesia de Nueva Guinea. Es un viaje de más de siete horas, todas en el interior de Indonesia.

En el aeropuerto me espera Hermann Sihotang, de la tribu de los batak del Lago Samosir de la isla de Sumatra, mi guía del año pasado por el territorio de los Dani[2], desgraciadamente enfermo de malaria, y Dikson, de Sentanr[3], que se encarga de organizar nuestra excursión al territorio de los Yale[4]. Me acompaña Xavier Mallafré, mago, experto en artes marciales y profesor de la Universidad de Sistemas de computación. Ambos han sido informados de mi intención de conocer el funcionamiento del sistema notarial en Irían Jaya y de tener una entrevista con un Notario de Jayapura. Les he rogado que procuren, dentro de lo posible, que si hubiera varios Notarios en la población, elijan un Notario medio[5]. Han cumplido perfectamente su encargo.

El día siguiente lo reservamos para hacer los preparativos básicos para adentrarnos en el interior de Papua, especialmente la obtención del «surat jalan» o «travelling permit» (salvoconducto especial).

A media mañana, me dirijo al estudio del Licenciado en Derecho[6] Suprakoso, situado en la calle Kabupaten I, número dos, Notario con residencia en Jayapura. Se trata de un local que da a la misma calle, cerca de un templo budista y lindante con un restaurante de comidas rápidas. En el exterior se anuncia con un letrero que dice «KANTOR NOTARIS». Entro y de pronto tengo la sensación, después confirmada, que me encuentro en casa, en una Notaría cualquiera de un pueblo de España. La primera salita, de dimensiones reducidas, que me recuerda a mi primer destino en Puebla de Alcocer (Colegio de Cáceres), está ocupada por diversas personas que esperan a que el Notario pueda recibirles. Hay un televisor encendido. No son papúes sino inmigrantes de otras partes de Indonesia. A un lado, hay una empleada joven con una máquina de escribir y un libro donde va apuntando las citas del día. Me identifico y me pide que espere a que el Sr. Suprakoso pueda recibirme. Eso es lo que quería, que me permitiese ser un cliente cualquiera, captar la atmósfera, ver las caras de los clientes, sus preocupaciones. Espero, desgraciadamente no mucho tiempo. Entre «firma y firma» se me pasa a otra habitación interior, con una mesita, y me recibe a quien ya considero un compañero. Temo molestarle y soy rápido, le explico mi interés en que me facilite diversas escrituras típicamente mercantiles (suponiendo que existan) y a que voluntariamente se someta a una entrevista informal sobre el funcionamiento del sistema notarial en Irian Jaya. Quedamos en vernos a última hora de la tarde en un hotelito en las afueras de Jayapura y cenar juntos. Llega tarde por un motivo que me acerca más a él: una autorización urgente. Tiene la cortesía de llamarme por teléfono y aprovecho el tiempo libre para explicar a un «pastor» (sacerdote) de Alaska, que se hospeda en el Hotel, las profundas diferencias entre el «Notariado americano» y europeo-continental. Le digo que en este sentido se encuentran mucho más adelantados, según creo y después averiguaré, los indonesios, que siguen el sistema latino, que los americanos. Se sorprende.

He dado instrucciones que nos preparen una buena cena a base de diferentes platos de la zona e indonesios. Muy buen pescado. Suprakoso llega acompañado de su hijo, supongo que para que le pueda servir en la traducción del inglés. Cenamos y hablamos un poco sobre todo. Me pide disculpas por su deficiente inglés, pero en el trabajo diario se encuentra muy acostumbrado al bahasa indonesio. Me doy cuenta que se encontrará más a gusto si conversamos sobre el sistema notarial a solas y espero a terminar la cena.

Fruto de la mutua conversación son las notas que siguen a continuación[7]. Confieso que, pese a las dificultades del idioma, en más de un momento los dos pensábamos que estamos pidiendo informes de una Notaría, que las profundas diferencias culturales desaparecen totalmente cuando hablamos de nuestra función. Nunca he estado tan seguro de la perdurabilidad y fiabililidad de mi sistema notarial y de lo absurdo y ridículo que pueden llegar a resultar postular modificaciones sustanciales en el mismo o segregaciones funcionales impresentables. Quizás sea una influencia nefasta del pensamiento económico-americano, seudo jurídico, que nos ha tocado vivir. Es una pena (y también una suerte) que tenga uno que venirse a Papua para hacer una comprobación, que ahora la veo como obvia.

Y sin más dilación, trascribo fielmente las notas que tomé en mi conversación con nuestro compañero de Jayapura:

  1. ¿Cuantos Notarios hay en Irían Jaya? ¿Y en el resto de Indonesia?

    Me dice que en la Provincia o Departamento de Irían Jaya hay once Notarios: uno en Biak[8], cinco en Jayapura[9], cuatro en Sorong[10], y otro en Manokwari[11]. En toda Indonesia el número de Notarios se eleva a unos mil cien y sólo en Jakarta hay aproximadamente unos cien[12]. Se queja de las últimas demarcaciones, del aumento de la plantilla, de que las cosas no son como antes...

    Le pregunto sobre sus aspiraciones profesionales. Me contesta que Jayapura no está mal como Notaría pero que tarde o temprano acabará marchando a Java, posiblemente a Jakarta. Uno de sus hijos estudia en la Universidad allí y él nació cerca. Se dejan buenos amigos y una población agradable, tan distinta de otras, pero la familia...

  2. ¿Los Notarios son funcionarios o profesionales? ¿Actúan en libre competencia?

    Pensaba que la pregunta sería de difícil comprensión para mi contertulio, pero rápidamente la entiende. El sistema funciona como una delegación del poder público, que se presta en régimen de profesional liberal. El Estado fija la residencia y el número de los Notarios, que operan siempre dentro de su distrito en competencia con los otros ejercientes. Concretamente todos los Notarios de Irían Jaya pueden actuar en las poblaciones y zonas no asignadas específicamente a otros, pero nunca en éstas[13]. Se trata de un sistema de libre elección del Notario por parte del ciudadano pero no de libre elección por el Notario del lugar donde debe prestar su función.

  3. ¿Quién satisface el servicio notarial?

    Los particulares que acuden al despacho satisfacen directamente los honorarios notariales, teniendo, a su vez, el Notario que pagar a las personas que trabajan en la oficina notaría[14]. No se percibe ninguna remuneración por parte del Estado.

    Nos interesamos mutuamente por el tema arancelario, quizás demasiado, y le explico el sistema español. Le gusta que el «arancel español» sea fijo y no con ciertos márgenes de variación como en Irían Jaya. Me cuenta que, lo que el llama «las rebajas al cliente habitual de la Notaría» deteriora, más que mejora, el normal funcionamiento del servicio. En cualquier caso, me asegura que la retribución por la transmisión de la tierra suele ser fija en toda Indonesia (un 0,50 por ciento del precio).

    Quiero seguir preguntándole por la retribución del Notario y le pongo un ejemplo: ¿Cuánto valdría un testamento? Me sigue siendo parco en la respuesta, y no creo que sea porque no me entiende. Al final, le hago ver que en España hubiésemos tenido que formalizar por lo menos un testamento por comensal para pagar una cena similar. En Jayapura hubiese sido suficiente uno solo para seis personas y todavía habría sobrado más de la mitad.

  4. ¿Qué estudios se necesitan para ser Notario en Irian Jaya? ¿Y en general en Indonesia?

    Primeramente se estudia la licenciatura de Derecho, aproximadamente unos cuatro o cinco años, y luego una especialización de otros cuatro o cinco años. Ahora no todo el mundo que empieza termina: la especialización es bastante difícil y a veces requiere más tiempo. Se muestra interesado en el sistema español, le explico que no existen grandes diferencias con el suyo, más bien que son totalmente similares. Se sorprende. Ambos.

    Me intereso por su historia personal. Me dice que procede de la aviación, que llegó tarde al mundo jurídico, que tardó algo más que sus compañeros. Le explico algo de la mía.

  5. ¿Sólo se puede ejercer como Notario en Irian Jaya siendo Licenciado en Derecho?

    Actualmente sólo estudiando primero Derecho puede después especializarse uno como Notario. Antes (no le tomo bien la fecha) era posible no ser Licenciado en Derecho, pero esto no ocurre ahora.

    Me da la impresión que considera como un atraso (y como una remora) la existencia de personas no licenciadas en Derecho que ejerzan funciones notariales.

  6. ¿Qué clase de documentos son los mas frecuentes? ¿Redacta el Notario el documento o viene ya redactado por los operadores jurídicos?

    Compraventas civiles y mercantiles, hipotecas, cartas de pago, contratos de sociedades, matrimoniales, poderes, últimas voluntades, etc.

    Insisto en el tema. Le pregunto si además de los Notarios pueden redactar, con carácter público, documentos mercantiles algunas personas. No me entiende. Le pongo un ejemplo, me acuerdo de los Corredores Colegiados de Comercio. Me mira con aprensión. Tengo la impresión que piensa lo raro que es el sistema español. Le dejo claro que en Europa funciona igual que ellos. Me doy cuenta que la cuestión es intrascedente, una anécdota relativa a un tiempo y a un lugar. Pasajera en cualquier caso. Es de todas formas la única incomprensión que observo en el compañero javanés. Dejamos el tema.

    El Notario redacta íntegramente el documento, sin que existan excepciones a esta regla.

  7. ¿Hay documentos especiales en Irianjaya?

    No existen documentos especiales por la...

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