Dilemas de la igualdad y la libertad. 2ª ponencia

AutorMauricio Rojas Mullor
Páginas203-220
I. LOS CONCEPTOS Y SU CONTEXTO: DE
LA HERMANDAD AL ANTAGONISMO
Igualdad y libertad son, a mi juicio, los cimientos conceptuales de la mo-
dernidad. Por modernidad se pueden entender muchas cosas, pero en el sen-
tido político yo apuntaría a la época que se abre con la Revolución Americana,
es decir, con la Independencia de Estados Unidos y las primeras declaraciones
acerca de la democracia y los derechos humanos tal como los conocemos hoy
en día. Poco después vendrá la réplica europea, con la Revolución Francesa,
y ya diré algunas cosas sobre el cambio que se produce con la igualdad y la
libertad en este paso de América a Europa, ya que estos conceptos nacen co-
mo hermanos gemelos en América y terminan como fuertes antagonistas en
Europa, moldeando propuestas políticas no solo distintas sino opuestas.
Esto es importante destacarlo, porque las condiciones en que las ideas
nacen y se desarrollan, se interpretan y reinterpretan, son muy relevantes para
comprender el contenido que las mismas cobran. Palabras que suenan igual
pueden tener sentidos muy distintos, e incluso antagónicos, dependiendo del
contexto.
Comencemos releyendo aquellas célebres palabras que dan inicio, políti-
camente, a la modernidad. Se trata de las siguientes frases de la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos de América del 4 de julio de 1776:
Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son
creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que
entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad;…20
Como vemos, el punto de partida es la igualdad y el contenido de la
igualdad está definido por ciertos derechos inalienables, dados por el Creador
20 Cito de la traducción que aparece en http://es.wikipedia.org/wiki/
Declaraci%C3%B3n_de_Independencia_de_los_Estados_Unidos
203
204
MAURICIO ROJAS MULLOR
y, por lo tanto, que no deben ser, de ninguna manera, puestos de lado por el
orden político establecido por los hombres. Se trata de derechos que preceden
al orden político y entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad. Es decir, de la igualdad se deducen ciertos derechos y entre ellos el
derecho decisivo es la libertad, que se plasma lógicamente la en la libertad de
buscar la felicidad propia y que no puede realizarse sin su condición, que es la
protección de la vida.
Ahora bien, esta frase, donde todo parece fluir armónicamente, donde
igualdad y libertad caminan de la mano, tiene que ver con unas condiciones
sociales muy particulares, que son las del nacimiento de la República Ame-
ricana, cuya base misma es la idea de un hombre libre que respecto de sus
semejantes tiene unas condiciones de vida relativamente similares o, por lo
menos, puede acceder a condiciones de vida que, en lo fundamental, lo ponen
al mismo nivel que a sus semejantes. Se trata, en buenas cuentas, del emigran-
te europeo que llega al Nuevo Mundo y puede acceder al bien de producción
básico en una sociedad preindustrial, que es la tierra, y transformarse en
aquel ideal humano proclamado por Thomas Jefferson, que es el hombre libre
propietario de su tierra, de lo que básicamente dependen su autonomía, su
libertad y su dignidad. Eso es lo que asegura la existencia de una sociedad de
hombres libres e iguales, liberada de los rasgos típicos de dependencia, patro-
nazgo y desigualdad de la vieja Europa.
Esta hermandad o identidad entre igualdad y libertad va a transformarse
en antagonismo político e ideológico al pasar a Europa. Esto tiene, por cierto,
mucho que ver con las condiciones sociales europeas, que son radicalmen-
te distintas a las estadounidenses. En vez de unas condiciones de vida más
o menos igualitarias, tenemos una sociedad profundamente escindida en
estamentos, con derechos distintos, y clases sociales no solo distintas sino
profundamente distantes unas de otras. En fin, un universo social antitético
al ideal de los estados Unidos (si bien su realidad no siempre se adecuaba a
ese ideal, como lo prueba la persistencia de la esclavitud y la usurpación de la
tierra de los amerindios). Por ello, el debate político e ideológico europeo va
a orientarse hacia la dicotomía antagónica igualdad-libertad, donde favorecer
la una implica perjudicar la otra; donde ambas cosas no pueden ir de la mano
ni obtenerse simultáneamente.
En Europa era bastante impensable la solución americana, ya que el acce-
so a la tierra (base de la igualdad) pasaba, en resumidas cuentas, por quitársela
a otros (las clases propietarias), lo que a su vez suponía una fuerte limitación o,
simplemente, la aniquilación de la libertad y propiedad de una parte de la so-

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR