La Dignidad humana en la historia del pensamiento

AutorGregorio Peces-Barba Martínez
Cargo del AutorCatedrático de Filosofía del Derecho

El sentido actual de dignidad humana arranca del tránsito a la modernidad, donde surge el concepto de hombre centrado en el mundo y centro del mundo, es decir, donde esa dignidad es acompañada por la idea de laicidad. Sin embargo, ya desde la antigüedad nos encontramos con precedentes o con materiales que servían luego para la construcción del modelo moderno.

También desde la Antigüedad aparece otra idea de dignidad, como honor, causa o título, la imagen que cada uno representa o se le reconoce en la vida social.

  1. LA DIGNIDAD HUMANA EN EL PENSAMIENTO ANTIGUO Y MEDIEVAL

    En Oriente con Lao-Tse, Confucio o los profetas aparecen las primeras referencias a una idea del hombre como grande, como perfecto y que se distingue de la naturaleza y de los restantes animales. Así en el Tao-te-king se dice:

    'Así el TAO, es grande, el cielo grande, la tierra grande

    Y también el hombre es grande.

    Cuatro grandes hay en el espacio

    Y también el hombre es grande'14

    Confucio (Khung Tse) tiene dos textos donde se abunda en las mismas ideas:

    ''La Ley de la Gran doctrina o de la filosofía práctica consiste en desenvolver e ilustrar el luminoso principio de la razón que hemos recibido del cielo, en regenerar a los hombres y en situar un destino definitivo en la perfección, o sea, en el bien supremo'15. Este texto que expresa sin decirlo, la idea de dignidad, pone de relieve que en sus orígenes no es cierta la exclusividad de la tradición occidental, ya que razón y fin último, la autonomía o la independencia moral se apuntan aquí. Hablar de luminoso principio de la razón, es utilizar un lenguaje que se asemeja al que en el siglo XVIII utilizará la Ilustración.

    El segundo texto de 'Chung-Yung o la Invariabilidad en el medio' insiste en idéntica perspectiva, y se avanzan más dimensiones.

    'En el universo no hay sino el hombre soberanamente perfecto por la pureza de su alma que sea capaz de distinguir y fijar los deberes de las cinco grandes relaciones que existen en el imperio entre los hombres' Un hombre así soberanamente perfecto, tiene, en sí mismo, el principio de sus acciones'' 16 .

    La idea del hombre soberano, es decir, que es autosuficiente, y que tiene en sí mismo el principio de sus acciones es, sin duda, precedente de la idea kantiana de autonomía que está en la raíz de la dignidad humana. Sorprende la modernidad de estos textos de Confucio que se vinculan directamente con lo que será la tradición occidental.

    Si vamos a los textos del Antiguo Testamento de Israel, nos encontramos con referencias atinentes al hombre, en el Génesis y en los Salmos, que ponen de relieve la posible vinculación, y la conexión en origen de la religión con la idea de dignidad.

    En el Génesis se dice en la semana de la creación: ''Dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que tenga autoridad sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el suelo.

    Y creó al hombre a su imagen y semejanza. A imagen de Dios lo creó. Macho y Hembra los creó.

    Dios les bendijo, diciéndoles: Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueva sobre la tierra''17. Aparecen aquí ideas que están en el núcleo del concepto de dignidad y que son base de la misma como la superioridad del hombre sobre los animales y la naturaleza, que estará, en otro contexto intelectual social y político, en el origen de la idea del hombre centro del mundo. También el rango cuasi divino 'a imagen y semejanza de Diosademás de potenciar su preeminencia pone de relieve una vez más la religación entre el hombre y una de las corrientes de la dignidad humana.

    En el Salmo número ocho, el salmista, vuelve a la idea de la dignidad basada en su proximidad al Dios creador.

    ''¿qué es el hombre para que te acuerdes de él' ¿Qué es el hijo de Adán para que cuides de él' Un poco inferior a un Dios lo hiciste, Lo coronaste de gloria y de esplendor. Lo has hecho que domine las obras de tus manos, Lo has puesto todo bajo sus pies'' 18

    Si volvemos la mirada al pensamiento occidental, en el Coro de Antígona, en la Grecia del siglo de Pericles encontramos ideas similares, aunque a mi juicio más desarrolladas. Reaparece la idea de superioridad, de nuevo el hombre centro del mundo, pero también la de comunicación y lenguaje, que son uno de los elementos que, como veremos, configuran la dignidad. Lo mismo ocurre con la creatividad, que es un elemento, tanto de la capacidad para razonar, como para impulsar el arte o la literatura, que son también rasgos de la dignidad. Finalmente la libertad de elección le conduce, a veces, hacia el bien y otras hacia el mal, lo que pone de relieve la reincidencia con la idea del dinamismo de la libertad que va desde la libertad psicológica a la libertad moral. Estas semejanzas del pensamiento antiguo son alguno de los hilos viejos que junto con los hilos nuevos que aparecen en el tránsito a la modernidad, configuran la idea moderna de dignidad humana.

    'Muchos son los misterios, pero nada más misterioso que el hombre. Sobrecruza el mar proceloso cuando hay viento y tormenta Y a la mar venerada de los dioses, la tierra surca con sus arados y la hace fructificar

    Los pájaros del cielo y los animales de los campos y los peces de los mares, capta el hombre ingenioso

    Con sus aparejos domina a las fieras de los montes, En huida a los caballos, sujeta al toro bravo, Ha sabido forjarse lenguaje y pensamiento Y los impulsos que hacen nacer las ciudades y resguardarse de los hielos y las lluvias Inagotable en recursos contra cualquier evento, salvo contra la muerte Y en manos de su inventiva sin frontera Se encamina a veces hacia el bien, a veces hacia el mal

    ¡Sepa armonizar ese deber con las leyes de su patria y la justicia de los Dioses¡ 19

    Platón en el Téeteto, un diálogo sobre el saber, compuesto en los años 368 o 367, un poco antes del segundo viaje a Sicilia, insiste en la proximidad de un tipo de hombres, los filósofos, a la divinidad lo que les convierte en justos y piadosos con el apoyo de la razón. Así dice Sócrates:

    ''Los males no pueden desaparecer, pues es necesario que exista siempre algo contrario al bien. Los males no habitan entre los dioses, pero están necesariamente ligados a la naturaleza mortal y a este mundo de aquí. Por esa razón es menester huir de él hacia allá con la mayor celeridad, y la huida consiste en hacerse uno tan semejante a la divinidad como sea posible, semejanza que se alcanza por medio de la inteligencia con la justicia y la piedad''. Estamos ante el primer perfil de la idea pascaliana de que toda la dignidad está en nuestro pensamiento. Aquí, Sócrates, por el intermedio de Platón, llegará a la idea de que la inteligencia se completa con la educación, porque el fin de la vida es el desarrollo del conocimiento del bien. Como dice Jaeger en 'Paideia: los ideales de la cultura griega': '...La cultura en sentido socrático se convierte en la aspiración a una ordenación filosófica consciente de la vida, que se propone como meta cumplir el destino espiritual y moral del hombre...'20 De todas formas, apunta la ambivalencia de un concepto, que más tarde denominaremos dignidad humana, y que tiene una dimensión externa, que consiste en una semejanza con la divinidad y una dimensión interna que se vincula con la inteligencia que busca la justicia y la piedad. En Platón hay un esfuerzo por integrar los dos aspectos, pero la apelación a los Dioses, sitúa a la dignidad necesariamente dependiente de ese referente exterior.

    En Roma se consolida otra perspectiva de una apoyatura exterior, en este caso, más material, más mundanal y más jerárquica, vinculada a un título o a una función preeminente que se expresa en majestad y seriedad. Es una condición de las clases superiores que siempre se comportan con dignidad e incluso merecen dignidad. Es una dimensión que ya aparece en la Grecia preclásica, en la cultura homérica, y que podemos encontrar en los poemas de Tirteo y Píndaro.

    Cicerón, sin embargo en 'De Officciis' planteará alguna de las ideas que con la recepción del pensamiento estoico servirán en el Renacimiento para el lanzamiento de la idea moderna de dignidad. Ésta es un concepto histórico propio de la modernidad, pero que no se construye desde la nada, sino que usa materiales del mundo clásico, que reaparecen con vestidos modernos. Sólo con este espíritu de herencia, que deriva del legado recibido se puede sentir la idea de progreso. Entre los precedentes más sabios y firmes de la dignidad humana está el pensamiento de Cicerón que parte de la superioridad de la naturaleza humana sobre la de los demás animales, que está en la raíz de la idea del hombre centro del mundo.

    ''aquello que conviene a la excelencia de la naturaleza humana considerada en todo lo que la distingue de los demás animales'' 21 . Los elementos que consolidan esa superioridad estaban ya señalados y además de la idea de igualdad del género humano que sitúa en la sociedad universal, señala la razón y el habla 'que enseñando, aprendiendo, comunicando, disputando y juzgando concilia los hombres entre sí y les une en una sociedad natural'' 22 . Ya lo había indicado al principio del mismo tratado al decir que 'el hombre que participa de las luces de la razón, por la cual conoce las causas de las cosas y sus consecuencias, no se le ocultan sus progresos, ni sus antecedentes''. La misma naturaleza concilia unos hombres con otros, así para el habla recíproca como para la vida sociable'' 23 .

    Es la mejor herencia del pensamiento estoico que el humanismo del Renacimiento acogerá como una base que potencia una idea del hombre en la que aflora ese nuevo concepto histórico de la modernidad que será la idea de dignidad humana.

    Séneca, en 'las Epístolas Morales a Lucilio' señalará la raíz de la dignidad en que es 'el Hombre cosa sagrada para el Hombre'...

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