Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones. El Plan de acción de la Unión Europea contra el tráfico de especies silvestres

AutorSara García García
CargoDoctoranda en Derecho de la Universidad de Valladolid
Páginas52-54
Recopilación mensual n. 62, Noviembre 2016
52
Unión Europea
Publicado en Actualidad Jurídica Ambiental el 7 de noviembre de 2016
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Comunicación de la
Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social
Europeo y al Comité de las Regiones. El Plan de acción de la Unión Europea
contra el tráfico de especies silvestres
Autora: Sara García García, Doctoranda en Derecho de la Universidad de Valladolid
Fuente: COM (2016) 87 final
Temas clave: especies silvestres; tráfico de especies
Resumen:
El tráfico de especies silvestres sigue siendo un fenómeno vivo necesitado de protección.
En la actualidad, según datos de la Comisión Europea, el tráfico de especies silvestres
supone anualmente un volumen de negocios estimado de entre 8000 y 20.000 millones de
euros, lo que lo convierte en una de las formas más graves de delincuencia organizada,
junto con la trata de personas y el tráfico de drogas y armas.
Se trata de una de las actividades ilegales más rentables del mundo gracias a la elevada
demanda existente y al bajo riesgo que supone, pues en comparación con otros tipos de
delitos, se concede mucha menos prioridad al tráfico de especies silvestres, se
comprometen muchos menos recursos para luchar en su contra y las sanciones que se
aplican no son coherentes ni homogéneas, ni siquiera dentro de la UE, lo que hace que la
delincuencia organizada se instale en los países en que las penas son menos severas o la
acción de las autoridades competentes es menos eficaz.
El tráfico de especies silvestres no sólo menoscaba la legalidad económica del mercado,
sino que, y lo que es más importante, genera un daño fortísimo a la conservación de
especies y a la protección del medio ambiente; la pérdida de biodiversidad, la deforestación,
la posible extinción de las especies más emblemáticas y la reducción de las poblaciones de
peces son solo una muestra de un fenómeno mucho más peligroso.
Un problema añadido es que, al mismo tiempo, éstos actos repercuten directamente en la
salud de las personas, pues se eluden sistemáticamente los controles fitosanitarios
adecuados exponiendo a las especies autóctonas a considerables riesgos de infección por
nuevos agentes patógenos; de hecho se calcula que el 75 % de las nuevas enfermedades
infecciosas son de origen animal y que, en gran parte, se derivan de especies silvestres.
Por todo ello, la Unión Europea necesita reforzar su actuación en torno a este problema.
Pero más aún cuando ella es uno de los principales destinatarios de productos de especies
silvestres de origen ilegal así como un nudo crucial del tráfico de salida de África,
Latinoamérica y Asia.

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