Mujeres detenidas: el caso particular de las latinoamericanas en las prisiones holandesas

AutorJanine Janssen
Páginas241-259

Janine Janssen2

Page 241

1. Introducción

En 1general, se puede establecer que en penología se ha prestado escasa atención a las circunstancias bajo las cuales se está deteniendo a las mujeres (Bhavnan y Davis, 1995: 144). Esta propensión se puede explicar parcialmente debido a la sobrerrepresentacion masculina en el sistema punitivo y carcelario3. Pero este trabajo no apunta a una posterior exploración de esta tendencia o propensión masculina, sino que examinará otra tendencia que también se encontró en la penología holandesa: el limitado interés que se ha mostrado hacia la detención de extranjeros, en particular la de mujeres extranjeras. Los proyectos de investigación a menudo se enfocan en internas que son residentes legales de Holanda (ver, por ejemplo: Janssen 2000), porque en la práctica de la vida diaria sólo se abren programas de reintegración y de reinserción en la sociedad para ese tipo de reclusas. Apenas unos pocos trabajos de investigación se han orientado hacia las extranjeras en las penitenciarías holandesas (Van Immerzeel y Berghuis 1983; Brand-KoolenPage 242 1985; Grapendaal 1989). A comienzos de los años de 1990, tuve la oportunidad de conducir trabajos de investigación entre las detenidas latinoamericanas en una prisión holandesa para mujeres (Janssen 1994); la mayoría de ellas, llamadas «muías» (Nota del trad.: mujeres que transportan drogas en sus pertenencias personales e incluso sobre o dentro de sus propios cuerpos) estaban detenidas a causa del tráfico de drogas. El aspecto central del proyecto era: ¿Cómo experimentan estas «muías» su estadía en la prisión? En este trabajo trataré de referir algunas de mis experiencias y ciertos hallazgos con respecto a este proyecto de investigación.

Antes de explorar estos asuntos con más detalle, primero daré una breve descripción de la población carcelaria femenina en Holanda a través de los años. Subsiguientemente, pintaré un panorama de mi investigación entre las reclusas latinoamericanas. Al final del trabajo se formularán algunas conclusiones.

2. Una descripción de la población carcelaria holandesa

Holanda siempre ha sido intencionalmente tanto notoria como célebre -dependiendo del punto de vista de cada uno- por su atemperado ambiente penal, que ha resultado en una de las más bajas tasas de encarcelamiento en Europa. Sin embargo, durante las últimas décadas, los jueces holandeses han castigado más y más severamente (Grapendaal et al 1997)4. Como consecuencia, la población carcelaria se ha elevado enormemente. La Tabla 1 presenta un panorama al respecto.

Es interesante destacar que a través de los años el porcentaje de mujeres de la población carcelaria se ha mantenido bastante bajo; aunque a fines del pasado siglo, casi se ha duplicado en comparación con la situación de comienzos de la década de 1960. En 1960, se encontraban detenidos 517 hombres y 21 mujeres (entre los 15 y 69 años) por cada 100.000 habitantes (CBS 1998, p. 19). En 1999, estos datos eran de 686 y 51 respectivamente por cada 100.000 habitantes (CBS 2000, p. 11).Page 243

Tabla 1. Población total de las penitenciarias*

Año Masculina Femenina Total
1960 18982 96% 775 4% 19757 100%
1970 21367 98% 408 2% 21775 100%
1980 25004 97% 808 3% 25812 100%
1990 30101 96% 1118 4% 31219 100%
1999** 39376 93% 2875 7% 42251 100%

FUENTE: Gevangenisstatistiek, 1998, p. 19.

* Personas presentes a comienzos de enero más aquellas que fueron detenidas durante el año.

** FUENTE: Gevangenisstatistiek, 2000, p. 11.

La Tabla 2 ofrece un panorama sobre el origen de los detenidos a través de los años. Lamentablemente, los datos que se presentan a continuación estaban disponibles solamente para el total de la población de internos.

Tabla 2. Origen de los detenidos (varones y mujeres)

1990* 1995** 1999**
Europa 66% 62% 60%
Holanda 55% 50% 47%
África 8% 13% 15%
Asia 5% 4% 6%
Sudamérica 19% 18% 17%
Surinam 11% 10% 9%
Antillas Holandesas 5% 6% 6%
América Central y del Norte 0% 1% 1%
Oceaní a/desconocido 2% 1% 0%

**FUENTE: CBS, Gevangenisstatistiek, 1994, p. 34. ** FUENTE: CBS, Gevangenisstatistiek, 2000, p. 17.Page 244

La tabla muestra que, durante la pasada década, el porcentaje de extranjeros en las detenciones holandesas se ha incrementado considerablemente. Cuando observamos el porcentaje que indica la representación de detenidos sudamericanos5, vemos que éste se ha mantenido más o menos constante durante los últimos diez años. La mayoría de los sudamericanos proviene de las antiguas colonias holandesas, tales como Surinam y las Antillas Holandesas.

Hacia mediados de la década de 1980, aproximadamente el 35% de las mujeres detenidas eran extranjeras. La mitad de este grupo presentaba nacionalidad sudamericana, con una preeminencia colombiana (Brouwers y Sampiemon 1987). Durante los inicios de la década de 1990, la mitad de la población carcelaria femenina no provenía de Holanda. Una de cada ocho mujeres procedía de América Central o del Sur, particularmente de Colombia, Chile, Venezuela, Bolivia y la República Dominicana (De Borst 1991)6. Para mediados de lo años de 1990, había más mujeres sudamericanas detenidas (26%) que hombres (19%) de esa misma procedencia (CBS 1997, p. 44). En 1999, había relativamente la misma cantidad de hombres y mujeres sudamericanos presentes en las prisiones holandesas (CBS 2000, p. 17).

Conduje mi investigación en una enorme penitenciaría llamada «Over-Amstel», en Ámsterdam, que presenta 670 celdas, setenta de las cuales se emplean para mujeres7. Esta institución abrió sus puertas en 1978, y desde entonces hasta comienzos de la década de 1990 presentó un gran número de población femenina latinoamericana, la mayoría detenida por contrabandear cocaína.

Durante la década pasada, casi el 20% de todos los internos eran sospechosos o estaban condenados por delitos relacionados con drogasPage 245 (CBS 2000, p. 16)8. Tradicionalmente, este porcentaje es más alto en las mujeres. En 1992, casi el 20% de los hombres y el 40% de las mujeres estaba encarcelado debido a delitos relativos a drogas (CBS 1993, p. 37). En 1997, estos datos cayeron a un 15% y un tercio, respectivamente (CBS 1998, p. 45).

3. Latinoamericanas en las prisiones holandesas
3.1. Base teórica

El objetivo de esta investigación consistía en responder la pregunta de cómo las «muías» experimentan su detención en Holanda. Teóricamente, el examen estaba basado en el llamado «modelo integrado de importación y privación». Los partidarios del modelo más antiguo, el de la privación, asumen que los patrones y valores de los reclusos se forman como una reacción opuesta a las privaciones vividas durante la detención. El representante más notorio de esta línea de pensamiento es Erving Goffman, en cuyo libro Instituciones Totales (1975) describe cómo la organización de la vida carcelaria influye en la vida de los detenidos.

El modelo de privación ha sido criticado severamente. Como reacción, se desarrolló el modelo de importación. Los críticos mencionaban que la forma en que los detenidos vivenciaban el tiempo tras las rejas no estaba influenciada por el sistema carcelario. De acuerdo con estos comentaristas, las circunstancias sociales y económicas de la vida de los internos antes de la detención eran superiores al modo en que éstos se comportaban en prisión. Se suponía que las normas y valores previos a la detención y los anteriores contactos con la policía y el sistema judicial en general también jugaban un papel (negativo) en la conducta de los reclusos. Se pensaba que otro factor que afectaba la conducta de los presos es el modo en que ellos piensan acerca de sus perspectivas futuras después de la detención. (Irwin y Cressey 1962; Clime 1968; Jacobs 1974; Thomas y Foster 1972; Thomas, Petersen y Zingraff 1978).

Ambos modelos, el de importación y el de privación, no son necesariamente opuestos y se pueden usar de manera complementaria (Tho-Page 246mas 1977). La ventaja de un modelo integrado radica en que los aspectos de la vida previos a la detención se pueden describir -sobre la base de variables del modelo de importación- al igual que durante la detención -con base en variables relativas al modelo de importación-privación.

3.2. Estrategia de investigación

Para llegar a la comprensión del modo en que las «muías» experimentan su detención, empleé el método de observación participativa. El primer día, el director me condujo a una junta donde me presentó a los guardias y a otros miembros del personal. Él explicó que yo era una estudiante que estaba interesada en el modo en que las latinoamericanas experimentan su detención en Holanda. Durante las dos primeras semanas se me asignó un guardia que me mostró el lugar y me explicó lo que se debía y lo que no se debía hacer. Sin embargo, lo curioso fue que nadie creyó necesario presentarme a las prisioneras. De hecho, me sentí contenta por ello, porque no quería que el personal me presentara a las internas; para ganar su confianza, pensé que sería mejor que yo misma me presentara, sin ningún tipo de interferencia de parte de los guardias o del personal.

Cuando me presenté a las detenidas, siempre mencioné que era estudiante. Más aún, les conté que estaba interesada en el modo en que las mujeres, particularmente las latinoamericanas, vivían su detención. También les expliqué que no tenía interés en declaraciones oficiales, sino que quería llegar a captar la visión de las reclusas, de las propias detenidas. Las mujeres apreciaron esta postura. La única queja que recibí consistió en que el proyecto se limitaba sólo a las reclusas latinoamericanas. Las prisioneras...

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