La destrucción del legado urbanístico español, de F. Chueca Goitia.

AutorJosé María Chico y Ortiz
Páginas249-250

Page 249

    CHUECA GOITIA, F.: La destrucción del legado urbanístico español. Espasa-Calpe, Colección Boreal. Madrid, 1977.

A veces merece la pena dejar «descansar» un libro en espera de una ocasión propicia para su recensión. Aunque yo he tenido al alcance de mi mano este libro día tras día desde su publicación, he querido dejar que las aguas de la denuncia se clarifiquen. El vino revuelto, si lo deja uno varios días va poco a poco aclarándose y recuperando su transparencia verdadera. Al volver al libro han sucedido varias cosas: acontecimientos políticos y sociales de una parte y de otra he conocido personalmente al autor. Pienso, por todo ello, que ha llegado el momento de la recensión.

En la «introducción» que el autor aporta al arranque del libro hay una alusión al General Franco y a sus años de dictadura en los cuales todo es discutido actualmente, pero el autor prefiere -aparentemente- no entrar en los posibles juicios estimativos ni hacer un balance de pérdidas y ganancias. Pero si sigue uno leyendo la introducción ve con asombro que el autor sí se pronuncia peyorativamente sobre la actuación del General, pues dice que «jamás hemos oído de labios de Franco una sola palabra que revelara la mínima preocupación por nuestro pasado monumental, artístico y cultural. Pasó por todo ello con la más cruel indiferencia, como si todo aquello apenas tuviera que ver con él, y dio rienda suelta a los apetitos más desenfrenados con tal que le dejaran mandar en paz». No acabo de comprender muy bien la razón que induce a muchos grupos e individuos a buscar un culpable, como si con eso se adelantase para el futuro algún beneficio. Aparte de que esos juicios valo-rativos de conductas tendrían que hacerse dando la posibilidad al inculpado para que pueda defenderse y en este caso, fallecido «el culpable», queda sin poder atacar la denuncia. Quizá sea ésa la razón o el porqué se hacen.

Aceptando esa «culpabilidad» habría que seguir buscando culpables en otras épocas anteriores y posteriores a esa que ha impedido, y supongo que seguirá impidiendo, que los individuos conserven y aumenten nuestro patrimonio cultural. Desde la obsesión incendiaria de la masa de otros tiempos hasta esa manifestación de libertad mal entendida que suponen las «pintadas», habría mucho que hablar. Y si de desmanes estéticos queremos tener ejemplos actuales, ahí tenéis ese edificio de cristales con colores chillones adosado a una Iglesia de bello trazo en la céntrica plaza de San...

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