Despedida de un esprit fort latinoamericano. En ocasión del fallecimiento de Rafael Gutiérrez Girardot

AutorAndré Stoll
Páginas10-11

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En Bonn, su residencia por largos años, falleció hace pocos días a la edad de 78 años el hispanista, crítico literario y filósofo Rafael Gutiérrez Girardot, conocedor extraordinario de la cultura de la modernidad latinoamericana en sus múltiples interdependencias con la creatividad literaria y el pensamiento crítico-filosófico de la Europa contemporánea. Después de haber profundizado, durante su estancia madrileña y en compañía de los destacados representantes de la élite intelectual y poética latinoamericana reunidos ahí, su formación filosófica y jurídica recibida en Bogotá, se dirigió a Heidegger cuyas subversivas exploraciones epistemológicas, en combinación con el arte de la paradoja polémica de Quevedo, debieron afilar el bisturí de su lucidez penetrante. Se doctoró en Friburgo de Brisgovia bajo la dirección del ilustre romanista Hugo Friedrich y se adentró con inusual dinámica en las mediaciones de las vanguardias poéticas españolas e hispanoamericanas hacia las nuevas generaciones de la Alemania formadas en torno al famoso «Grupo 47». A través de sus actividades como agregado cultural de la Embajada de Colombia, y a partir de 1970 como catedrático de Literaturas hispánicas por la Universidad de Bonn, inició a los intelectuales y universitarios alemanes a los arcanos del

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continente literario latinoamericano, cuya auténtica creatividad de su óptica sociológica se esforzó en liberar de los prejuicios colonizadores y europocentristas que hasta entonces la habían oscurecido: desde el viejo mito nacionalista de origen romántico, hasta los formalismos estéticos en cuyo cultivo se delectaba la práctica filológica tradicional. No es de extrañar, pues, que a raíz de su dominio de varias disciplinas «perturbadoras» como la teoría sociológica y la filosofía, además del pertinaz ejercicio de su pluma polémica, este temido francotirador no haya tardado en despertar el odio y la envidia de determinados colegas por su incansable acción innovadora. En realidad él había despertado un interés de inusitada penetración crítica por la causa de la modernidad latinoamericana. El gran auge de la literatura del «boom» y el entusiasmo colectivo por todo lo supuesto «real maravilloso», además de la creencia naive de los poderosos círculos indigenistas en las potencias revolucionarias del «buen salvaje» de la selva americana, hicieron olvidar rápidamente la orientación universalista y las exigencias metodológicas pluridisciplinarias del gran...

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