La despedida económica de la antigua Unión Soviética

AutorGloria Claudio Quiroga
CargoReal Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial
Páginas445-462

Page 445

I Introducción

La situación económica de la Unión Soviética al acabar la década de los ochenta era caótica. La caída de la producción en todos los sectores alcanzaba cifras desconocidas y la crisis del sistema se apreciaba en el desmantelamiento de sus antiguas estructuras sin haberse instaurado otras nuevas. Tal situación no podía ser coyuntural, sino que desde decenios anteriores había evidencias de que la crisis estaba gestándose. La Unión Soviética estaba inmersa en una situación de decrecimiento económico desde los años cincuenta y sesenta (Cuadro 1). Si bien es cierto que en la década de los ochenta se produjo un agravamiento de la reducción del ritmo de crecimiento, ésta se venía manifestando de forma flagrante desde los años setenta. A partir de mediados de los años sesenta, el ritmo de crecimiento presentó una ralentización progresiva 1.

El período de elevado crecimiento registrado en la URSS fue resultado del modelo de acumulación soviético que posibilitó un acelerado proceso de crecimiento y de desarrollo industrial. Éste fue extensivo y autárquico, merced a la riqueza de recursos naturales y a los recursos detraídos de la agricultura y traspasados a la industria. Las limitaciones de este modelo permanecieron latentes durante mucho tiempo, pero a partir de los últimos años cincuenta comenzaron a mostrarse de forma cada vez más patente.

Desde el IX plan quinquenal (1971-1975), las previsiones vinieron superando los resultados, especialmente en estos cinco años2 (Cuadro 2). Fue a partir de 1979, aproximadamente, cuando se asistió a una Page 446 inflexión, por lo que de la desaceleración se pasó a un estancamiento flagrante de la tasa de crecimiento. De esta manera, se puso de manifiesto la existencia de problemas en la economía soviética.

Cuadro 1

51/55 55/60 61/65 66/70 71/75 76/78 79/82 83/85 86/88
11.3 2 5.7 7.1 5.1 5.2 3.3 3.3 3.4

Fuente: Anuarios estadísticos nacionales (datos oficiales).

Cuadro 2

Crecimientos previstos y resultados (tasa crecimiento medio anual)

1971-75 1976-80 1981-85
PNN
Plan Resultado 6.7 5.1 4.7 3.8 3.4 3.2
Inversiones
Plan Resultado 6.7 7.0 3.2 3.4 1.5 3.5
Ingreso real per cápita
Plan Resultado 5.5 4.4 3.9 3.4 3.1 2.2

Fuente: Crosnier, M-A. (1986).

Por ello, a pesar de que las autoridades soviéticas volvieron la mirada ante la evidencia durante muchos años, a partir de la segunda mitad de la década de los setenta el discurso se tornó más realista. sin embargo, lo cierto es que las razones aducidas se basaron exclusivamente en la inadaptación al cambio de un tipo de crecimiento extensivo a otro intensivo 3. Page 447

Con la llegada de Yuri Andropov, en 1982, los planteamientos se fueron haciendo más realistas, aunque no se rechazó la tesis anterior, e incluso se siguió utilizando. El agravamiento de la situación económica acentuó las corrientes reformistas y Andropov emprendió una tarea tendente a mejorar el funcionamiento organizativo y el clima social. De esta forma, inició una recomposición del aparato administrativo sustituyendo parte de la jerarquía política y económica, al tiempo que aumentaba el volumen de inversiones ensayando nuevas prácticas, con la pretensión de mejorar el rendimiento del trabajo.

Su sucesor en el cargo, Konstantín Chernenko, supuso un freno a las medidas de modernización emprendidas por Andropov, pero tras su posterior fallecimiento, le relevó Mijaíl Gorbachov como secretario general del PCUs representando a las corrientes más favorables a la reforma 4. A partir de aquí, las líneas reformistas se hicieron más manifiestas y se promovieron medidas cuyo objetivo era emprender un cambio radical en la economía soviética 5.

La perestroika «... es general y compleja (...), la reforma de la dirección económica actual es radical y profunda (...), la fuerza motriz (... ) consiste en la amplia democratización de la sociedad, y ante todo el establecimiento de la autoadministración" (Aganbeguian, A. G., 1989, p. 225). Gorbachov, así como los economistas e intelectuales que apoyaban las tesis reformistas, situaron en los años setenta el germen de la situación del momento. La explicación de la misma, según ellos, radicaba en los errores cometidos en la era brezhneviana, cuando no se consiguió una adaptación del tipo de crecimiento extensivo a otro intensivo. En ningún momento se planteó la posibilidad de buscar el origen en una etapa anterior, lo que hubiera supuesto cuestionar el marco de gestión y el modelo de acumulación surgidos en los años treinta. sin embargo, fue en estos años cuando se gestó un sistema económico cuya estructura ha tenido un Page 448 impacto sobre la actividad productiva, y que mostró, décadas después, sus resultados y consecuencias más graves.

En el XII plan quinquenal (1986-1990) se plantearon el crecimiento moderado, la reestructuración de la economía y la mejora de las condiciones de vida como los objetivos centrales. De esta forma, las medidas tomadas se encaminaron a su consecución, al tiempo que se constataban los numerosos frenos que ralentizaban, y en algunos casos impedían la puesta en práctica de tales medidas. Las acciones emprendidas en el transcurso del período 1985-1987 se asemejaron más a las antiguas campañas que a verdaderas reformas del sistema económico.

Una segunda fase tuvo lugar en los años 1987 y 1988, cuando el cambio radical del marco de gestión se situó en el centro del discurso reformista. se pretendió construir un mercado socialista donde el plan marcase las orientaciones básicas, pero en el que las empresas tuvieran capacidad de autogestión y el funcionamiento mercantil permitiese una mayor calidad de la producción y una adecuada distribución de los recursos. La Ley sobre las empresas del Estado, aprobada el 30 de junio de 1987 y que entró en vigor el 1 de enero de 1988, pretendió sustituir los índices de producción de obligado cumplimiento por pedidos dirigidos a las empresas y realizados por la administración central a la vista de las cantidades entregadas de determinadas cantidades de productos. Los órganos centrales de planificación, como el Gosplan, estarían sujetos a cambios importantes, se pasaría gradualmente de la distribución centralizada al comercio de los medios de producción, se reformaría el sistema de formación de precios y el sistema financiero-crediticio.

Sin embargo, el tiempo demostró la fuerza del pasado y del aparato administrativo que estrangulaba la autonomía de las empresas y la extensión de las relaciones mercantiles. La perestroika se enfrentó asimismo a la confrontación entre reformadores y conservadores, que se agudizó en la segunda fase cuando la «realización práctica» (Claudín, F., 1988, p. 89) de la perestroika pasó al primer plano.

En definitiva, al llegar al año 1990 el sistema ministerial aún estaba presente, a pesar de la disminución del número de ministerios económicos. Las enmiendas a la ley sobre las empresas del Estado Page 449 fueron orientadas a la restricción de las actividades de las empresas, las nuevas formas de actividad económica no se desarrollaron totalmente, y en algunos casos ni siquiera de forma parcial. Por tanto, «en el dominio de las reformas estructurales, queda pues mucho por hacer, sea para permitir la aplicación de textos ya adoptados (...), sea para definir nuevas normas» (Lavigne, M., 1990b, p. 29)

II Indicadores básicos

El estudio de los indicadores macroeconómicos refleja un ralentizamiento del crecimiento a lo largo de la década de los ochenta, que llegó a ser negativo en 1990.

La tasa de crecimiento medio anual de la Producción Material Neta (PMN) se estabilizó en torno al 3% en los años 1981-85, mientras que en 1971-75 fue del 5,1, y en 1976-80 del 3,7%. El Ingreso Nacional Producido (INP) presentó una tasa de crecimiento medio anual del 3% en la primera mitad de los ochenta, y el Ingreso Nacional Utilizado (INU) creció un 2,7% anual (Cuadro 3). Cualquier indicador que se considerase mostraría la recesión prolongada que se inició a finales de los años setenta 6.

Los años siguientes al inicio de la perestroika no mostraron ninguna mejora de los indicadores y en 1990 se asistió a una contracción de las tasas de crecimiento que pasaron a ser negativas. El INP creció a una tasa media anual del 1,1% en el período 1986-90, siendo del -4% en el último año. Por su parte, el INU aumentó un 1,4% anual, situándose en el -4,2% en 1990 (Cuadro 3). Estos datos constatan la profunda fase depresiva que atravesó la Unión soviética en sus últimos años de existencia y que siguió agravándose en los años siguientes, después de su desintegración. Page 450

Cuadro 3

Índices y tasas de crecimiento del INP y del INU

1980 1985 1990 1981/85* 1986/90*
INP
Índice Tasa 100.0 - 116.1 +1.9 122.5 -4.0 -+3.0 -+1.1
INU
Índice Tasa 100.0 - 114.3 2.7 122.3 -4.2 -+2.7 -+1.4

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