Deserciones

AutorConcepción Arenal
Páginas52-54
52
CAPÍTULO IV.
DESERCIONES.

prisionero, es la libertad. Por conseguirla, pequeños le parecen todos los sa-

prodigiosos, de milagros de fuerza, de paciencia y de ingenio de los reclusos,
para evadirse y quedar libres.
-
redes se le encierra; la prisión es aquel lugar techado o al aire libre donde por
fuerza se le retiene, y por eso intenta fugarse cuando trabaja en los arsenales,
en los caminos, o descuaja la tierra virgen de una apartada colonia penal. La
  

se la vigile cuidadosamente por el mar. Y no podía menos de ser así; las fugas
de los presos están en proporción de la libertad que tienen y la comunicación
con sus compañeros: por eso no hay fugas entre los sujetos al sistema celular
y son frecuentes en las colonias penales. Limitándonos a las inglesas de la
Australia como debemos en este escrito, haremos un resumen de las deser-

sublevaciones, que cuando quedan triunfantes, tienen de común con la deser-
ción el sustraer el penado a la acción de la ley.
Los capitanes de los buques de transporte que llevaban penados, respon-
dían de los muertos con presentar sus cadáveres, pero por cada desertor pa-
gaban 4.000 rs. próximamente: el Gobierno, que no tomaba precauciones
para que los deportados no perecieran durante la navegación, las tomó para
que no se escaparan. Se comprende que la vigilancia sería extrema e impo-
sible de burlar. Algunos la burlaron, sin embargo, durante el viaje aprove-
chando las recaladas en diferentes puertos. Pero las deserciones durante la
travesía fueron en corto número; sólo las mencionamos para probar lo dicho
más arriba, de la destreza de todo preso deportado o no, para sustraerse a la
vigilancia de sus guardadores.
La deserción puede decirse que empezó tan pronto como los deportados
a Botany-Bay saltaron en tierra. En aquella desconocida e inhospitalaria no
podían internarse inmediatamente; pero a dos buques franceses de la expe-

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR